Este año Argentina celebrará el segundo Centenario de la puesta en marcha del camino hacia la libertad, un 25 de mayo, pero antes, el próximo 12 de febrero Victorica, el primer pueblo de la provincia de La Pampa, capital del Departamento Loventué, fundado bajo la visión nacional de ocupar el desierto, festejará sus 128 años de existencia.
Alrededor de la laguna, en el Parque "Los Pisaderos" flamearon desde temprano las banderas argentinas,en el escenario natural donde se llevó a cabo el tradicional desfile de la Fiesta Provincial de la Ganadería del Oeste Pampeano, en un dia a pleno sol. Aunque sensiblemente disminuida en su caudal, los sapos y los loros celebraron aquella mañana alborozados por la lluvia bendita de la noche anterior.
Cuando se cumplió el primer Centenario de Argentina, La Pampa era aún Territorio Nacional y ya se había conformado la primera Comisión Pro Autonomía, en la que participaron dos comerciantes victoriquenses de entonces, Viniegra y Lemme.
Victorica, se fundó por el contingente de tropas que envió el Ejercito Nacional, para asegurar la nueva frontera, creando fortines. En realidad el mandato era acampar en Poitahué, pero dado la intensidad de las lluvias de aquel verano de 1882, los comandantes decidieron pegar la vuelta y establecer los cuarteles en Echohué.
Poitahué significa, "atalaya", "divisadero", derivado el nombre de las grandes lomadas y cerros existentes en los alrededores, en el cual pensarían los soldados establecer el mangrullo del fortín para estar precavidos con mucha anticipación de los movimientos de personas y animales .
Según alguna toponimia echohué, en cambio, significaría "donde hay resinas", provenientes de muchas de las plantas autóctonas de la zona. Por eso el Fortín fue bautizado como "Fortín Resina" en sus primeros tiempos.
Con esa resina los indios hacían un pegamento que utilizaban para unir las puntas de obsidiana a las flechas, las lanzas a las tacuaras y los tientos a las boleadoras de piedra.
El lugar elegido cumplía con los requerimientos mínimos de seguridad y subsistencia de las tropas y los colonos que vinieron con ellas. Agua cerca, abundante leña, tierras con buenos pastos y una hondonada rodeada de lomadas.
"¡Victorica…es tradición!...
¡Victorica…es horizonte!...
…y ayer fue pampa nomás…
Campo abierto a los malones…
Relincho prendido al viento,
Lanzas bolas y galopes.
Ausencia del alambrado,
Lugar crecido en rigores…
Y entre pasto puna y cielo
El verde oscuro del monte.
Garras de pumas alzados,
Madrigueras de feroces,
Ciervos, barrancos y gatos,
Grandes lagunas y molles.
¡Victorica…es tradición!...
¡Victorica… es horizonte!... "
¡Victorica…es horizonte!...
…y ayer fue pampa nomás…
Campo abierto a los malones…
Relincho prendido al viento,
Lanzas bolas y galopes.
Ausencia del alambrado,
Lugar crecido en rigores…
Y entre pasto puna y cielo
El verde oscuro del monte.
Garras de pumas alzados,
Madrigueras de feroces,
Ciervos, barrancos y gatos,
Grandes lagunas y molles.
¡Victorica…es tradición!...
¡Victorica… es horizonte!... "
(Fragmento del poema de Víctor Abel Gimenez, que fuese recitado por Pedro Cabal desde el palco de locutores y payadores el sábado por la tarde en "Los Pisaderos")
"Thanan tué", traducido por algunos investigadores como Telén, significaría "retumba la tierra". Algunos creen que ese era el retumbar de los kultrunes cuando los jefes aborígenes de las distintas tribus se "juntaban" a parlamentar sobre la mejor estrategia para rechazar el avance de las tropas nacionales.
Otros, como Rodolfo Casamiquela se inclinan por aceptar que en algun tiempo remoto hubo en ese lugar un gran temblor, que habría producido el hundimiento del suelo. Esa gran cava habría dado origen a la laguna que algunos aborígenes denominaban "tulüm o trelén".
Muchos años después, un francés, dueño de campo en la zona y que había sido intendente de Victorica entre los años 1891 y 1899, fundaría una colonia francesa a la que denominó con el nombre de su campo.
La llegada a la zona por el operativo militar que produjo el emplazamiento del Fortín Resina y luego la fundación del pueblo, estuvo precedida de la excursión que realizara el Coronel Lucio V. Mansilla a los aduares de Mariano Rosas en Leuvucó, situados a veinticinco kilómetros al norte de la actual Victorica.
Luego ya puesto en marcha la denominada "Conquista del Desierto", en la batida preliminar, por allí ingresó la tercera columna al mando del Coronel Eduardo Racedo, quien persiguió a los jefes, apresó a los más débiles y dio orden de matar a quienes se resistieran.
El coronel Ernesto Rodriguez quedó al mando de las tropas que desensillaron en los montes de echohué. Después que cortó postes y preparó bastante leña para el invierno, se dio a la tarea de construir las comodidades necesarias para el fortín y la comandancia. Una de esas tareas, fue la de amasar barro con pasto puna y hacer adobes para las primeras construcciones que suplantaron las carpas de campaña originales.
El barro se pisaba con los caballos, como aún hoy se sigue haciendo en hornos de ladrillos no mecanizados. Ese es el orígen del nombre "Los Pisaderos" un sitio que ha sido declarado lugar histórico por ley provincial.
Los primeros informes del coronel Rodriguez a sus superiores, fueron favorables, dado que se estaban cumpliendo los objetivos por los que habían llegado al lugar.
Hasta que a mediados de agosto de 1882, un grupo aborigen que andaba rondando por la zona les roba una caballada. La persecución terminaría unos días después en un paraje mucho más al oeste en la zona del rio Salado.
En aquellos primeros tiempos, se podía conquistar el desierto si se tenía buenos caballos, se conocia la situación de las lagunas y los sitios para guarecerse, además de donde conseguir comida.
Eso lo sabían los aborígenes que habían vivido en el bosque milenario de caldén, cazando animales de la fauna autóctona y recolectando frutos de la flora lugareña. Además de las rastrilladas por donde iban y venían el contingente de los malones rumbo a Chile, ellos conocían cada una de las innumerables sendas, huellas y atajos.
Pero el Ejército tenía el remington y los aborígenes estaban sufriendo el hambre y las enfermedades, que los ponían en inferioridad de condiciones, no sólo para atacar, sino aún para defenderse.
Los aborígenes eran duchos para andar a caballo, los que amansaban y enseñaban para andar, tanto entre los caldenes, como en los guadales de los alrededores y en los cerros. Se paraban encima del animal para otear el horizonte y descubir alguna presencia extraña.
Muchos de los estancieros de la zona que se establecieron después que pasó el peligro del indio intentando volver a su tierra y que se retiraron las tropas del Ejército en 1887, emplearon a aborígenes para amansar equinos para el trabajo con los animales en el campo.
Sabían ahuecar los grandes caldenes y algarrobos para juntar agua de lluvia que era fundamental para los años de sequía. Se alimentaban con carne de caballo y se curaban con las hierbas y plantas de la zona.
Eran conocimientos transmitidos de generación en generación en forma oral. Muchos años después allí cerca de Leuvucó se fundó la Escuela de Agricultura y Ganadería de la Nación (1952) donde se forman técnicos para las explotaciones agropecuarias.
Victorica, el primer pueblo fundado por los regimientos militares colonizadores en el territorio, por entonces de la Gobernación de La Pampa Central, verá cercenada una gran parte de su territorio al norte, cuando al sancionarse la ley nacional 1532 de organización de los Territorios Nacionales, las provincias de Córdoba, San Luis y Mendoza, logran en el Congreso Nacional en 1884, bajar el límite del paralelo 35 original al 36.
Sin embargo, un decreto de un gobierno de facto institucionalizó como día de La Pampa el 16 de Octubre, en que se sancionó dicha ley que amputó tierras pampeanas, a favor de los antiguos terratenientes de las provincias arribeñas, festejando el instrumento del primer despojo.
Por ese motivo y las fundaciones de pueblos vecinos que se realizaron posteriormente, Telén (1901), Loventuel (1904), antes de la llegada del ferrocarril y Carro Quemado (1924), su ejido se vio reducido sensiblemente, siendo esta una de las causas del estancamiento de Victorica a partir de la primera guerra mundial de 1914, en que se produce además la paralización de los proyectos de ferrocarriles que la cruzarían y que nunca se realizaron.
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