En la noche del sábado 22 de agosto del
año 2015, en la librería Fahrenheit de Santa Rosa (La Pampa) se llevó a cabo la
presentación del libro “Juan Calfucurá. Correspondencia 1854-1873” del investigador
de la historia regional pampeana, nativo de Winifreda, Omar Lobos, Licenciado
en Letras en la Universidad Nacional de La Pampa.
La obra, como lo expresa su mismo autor,
es el producto de casi dos décadas de indagaciones en archivos históricos, donde
Lobos persiguió el rastro del gran cacique araucano, entre los que se citan al
Archivo General de la Nación, el Archivo Sarmiento, el Archivo Mitre, el
Archivo de La Plata, el Archivo Salesiano de Bahía Blanca y también el de
Estanislao Zeballos de Luján, entre otros varios repositorios documentales.
Esta no es una novela, aquí no hay
ficción. Su primera novela sobre el tema la conocimos el año 2011 bajo el
título “La veranada del chachai Calfucurá”,
editada también, como en este caso que nos ocupa, por Ediciones Colihue.
Tampoco es un libro documental a secas.
No se trata de una estricta compilación de documentos, aunque haya insertas en
el texto 127 cartas y otros 600 documentos
más relacionados con el tema principal.
Y no es así porque el autor se ha
preocupado por contextualizar, con detalle minucioso cada uno de los mismos,
para hacer surgir de ellos con la mayor verosimilitud posible, con la mejor
nitidez, la voz del Cacique Juan Calfucurá, el hombre que generó y condujo la
gran confederación indígena de Salinas Grandes. Pero no solo la voz del gran
estratega aborigen, sino también la vida en su aduar y en su gran comarca donde
el patriarca ejercía su justicia distributiva.
Es que Omar Lobos es un Filólogo, es
decir una persona que “estudia los textos escritos y, en ellos, la
estructura y la evolución de una lengua y su desarrollo histórico y literario,
así como la literatura y la cultura del pueblo o grupo de pueblos que los han
producido”.
Nos dice el editor, que este
libro puede leerse como “crónica histórica sin solución de continuidad”. Que es
un libro de historia no nos cabe duda. Pero como el mismo autor expresó hoy en
la presentación el que habla es Calfucurá a través de su correspondencia, es la
voz del gran jefe de la Confederación Indígena Salinera, pero también desfilan
los sucesos fundamentales de medio siglo de nuestro país en los momentos
intensos de sus intentos de organización del Estado, entre los que aparecen “las
guerras civiles, la secesión de la provincia de Buenos Aires de la
Confederación Argentina, la Guerra contra el Paraguay, las rebeliones
montoneras en el Noroeste y en el Litoral y revoluciones varias”. No hay
opiniones, ni interpretaciones del autor sobre lo que dicen los documentos, solo
las asépticas citas documentales sobre las fuentes y alguna escueta frase para
aclarar o completar algunas vinculaciones de unos elementos con otros.
El libro contiene 569 páginas,
un comentario introductorio a la
compilación, redactada por el propio autor, una norma muy práctica para el
lector cual es la anotación en cada documento de que fondo ha sido extraído, un
muy detallado índice que facilita la búsqueda y consulta y como anexo, el mapa
de La Región Pampeana durante la guerra de Fronteras (Segunda mitad del Siglo
XIX), diseñado por Norberto Mollo el año 2014.
Seguramente que este nuevo
libro que se agrega a la literatura regional pampeana, como expresó la Profesora Dora Basttistón,
se convertirá en un texto fundamental para quienes quieran investigar, escribir
o simplemente leer para comprender como funcionaron esos dos ámbitos: el del
puerto de Buenos Aires y el del otro lado de la frontera.
Para esta investigadora, a
partir de ahora, merced a este gran aporte de Lobos no será la misma visión de
los conceptos de desierto o de civilización que manejaremos no sólo los
pampeanos, sino los argentinos y también los americanos del sud.
En la tarde de hoy
compartieron la mesa de diálogo con el autor la escritora Dora Battistón, el
escritor Alberto Acosta y el escritor Luis Talone, quien le realizó tiempo
antes una entrevista para la televisión pampeana.
Con el micrófono Alberto Acosta, a su lado Omar Lobos, el autor, seguidamene Dora Battistón y luego Omar Talone
A la primera pregunta de
Acosta sobre cómo es que llega a elaborar este libro y que puntos de contacto
tiene con su novela anterior que hemos citado, Lobos respondió que su encuentro
con el tema Calfucurá fue en el preciso momento en que estaba por irse de
Argentina con una beca a estudiar las leyendas eslavas, cuando fue “embargado”
por Juan Calfucurá. Y fue tanto el impacto que le produjo esa primera mirada
con Piedra Azul, que el magnetismo de la personalidad del sujeto, lo hechizó
para siempre y con cada nuevo documento que iba hallando o descubriendo, su
respeto hacia ese hombre aumentaba, por el sólo hecho de aparecer nombrado por
la prensa o en los documentos oficiales, sino también en cada decisión que
tomaba.
Es que sin dudas Calfucurá, el
chachai, o “Piedra Azul” ocupó el centro de la escena de la política de
aquellos tiempos, por eso el libro está dedicado precisamente “A Don Juan
Calfucurá”.
El autor reconoce que el libro que ha
presentado le debe tributo a P. Meinrado Hux, quien con sus publicaciones sobre
Calfucurá, orientó mucho sus primeras búsquedas. Y al final de su “Comentario a
la recopilación” el investigador y profesor Omar Lobos expresa un deseo muy
sencillo: “Si con todo este material el amable lector siente que se configura
una voz, la voz de un hombre, de un jefe, una voz que viene –quizá por primera
vez- del lado de los despojados, de los vencidos, los acallados, y se hace oír,
el trabajo de todos estos años estará retribuido con creces”.
Creo no equivocarme si me adelanto a
augurar que este libro que nos ha legado Lobos se convertirá en uno de los
clásicos fundamentales de la Biblioteca Pampeana, porque habla de las raíces de
nuestra identidad como pueblo, e interpela también a nuestra propia sangre, dado que, aunque muchos no lo quieran reconocer, por nuestras venas corre sangre mestiza, según las investigaciones sobre el ADN, que nos han informado que el 56 % de los argentinos descendemos de algún linaje indígena.
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