En 1915 se funda en nuestro país -República Argentina- la Caja
Nacional de Ahorro Postal, actualmente denominada Caja Nacional de Ahorro
y Seguro, con la finalidad de fomentar
el hábito del ahorro.
En octubre de 1924 se reunió en Milán (Italia)
el Congreso Internacional de Ahorro. Concurrieron delegados
de casi todos los países y se trataron temas sobre
la organización y legislación de las cajas
de ahorro. Al término de las sesiones, el 31 de
octubre, se dejó instituida esta fecha como el Día Universal del Ahorro.
En las escuelas y colegios de nivel primario se enseñaba los beneficios del Ahorro, e incluso se estimulaba a que los niños abriesen una cuenta en la Caja Nacional de Ahorro Postal, para ir depositando aunque fuese pequeñas cifras para el futuro, cuando se llegase a la mayoría de edad.Eran épocas en que la Escuela y los maestros tenían gran influencia sobre las familias y la mayoría de ellos habían realizado esa experiencia en sus propios hogares y en las escuelas en su tiempo. Épocas en que no existía la televisión, en los pueblos había nada más que los pequeños almacenes o tiendas y no los supermercados o los actuales shopping.
Tampoco las mujeres trabajaban fuera del hogar, con excepción de una pequeña proporción. La madre era la gran administradora del hogar, la que estaba permanentemente en contacto con sus hijos y desde el hogar se inculcaba el sentido del no derroche y las formas de ahorrar. Eso se transmitía de generación en generación.
Las monedas y los pequeños billetes del peso moneda nacional que existió hasta fines del año 1969, sirvieron para atesorar y ahorrar depositándolos en la Caja Nacional de Ahorro Postal, que otorgaba una libreta como esta, en la que se anotaban los depósitos, se registraban periódicamente los intereses por los fondos depositados y el menor si necesitaba podía, con la firma de su tutor, hacer retiros parciales.
Eran épocas en que nosotros, los alumnos de la escuela primaria, jamás habíamos escuchado hablar del dólar por ejemplo. Si teníamos alguna noticia del oro y la plata a través de nuestras familias, dado que eran los metales preciosos que aparecían o estaban presentes en algunas alhajas o joyas familiares.
El ahorro a veces eran incentivado en varios momentos del año, como el día de nuestro cumpleaños, para las fiestas navideñas o para la de los reyes magos o cuando se tomaba la comunión, todos momentos especiales en que los niños recibíamos, a veces de algunos familiares, padrinos o amigos de la familia un regalo monetario.
Si había radio en la familia, por ella se solía escuchar a veces la publicidad de la Caja Nacional de Ahorro Postal, que en los pueblos era atendida por la Sucursal de la Oficina del Correo, lugar en que se hacían los trámites.
Recuerdo que durante nuestros años de concurrir a la escuela primaria, el procedimiento era realizado por la escuela, en el que intervenían la maestra, haciendo una clase alusiva para la efemérides e incitando a los alumnos a abrir la cuenta, o a depositar si ya se tenía una. Cada uno llevaba su libreta y la monedita o el billete de dinero que deseaba depositar, el que pasaba a retirar del aula el portero, quien llevaba al Correo local todos los encargues y volvía luego con las libretas y el depósito registrado.
En nuestro caso cuando llegamos al nivel secundario, a todos los alumnos que estábamos en el cuadro de honor de la escuela, la firma de Eladio Rodríguez y Cía, quien tenía una Barraca en el local de la esquina de las calles Coronel Ernesto Rodríguez y Jaime Sidebottom, nos regaló 500,oo pesos moneda nacional de curso legal, que fueron depositados en dicha libreta, como se puede observar, el año 1960.
Ese dinero en mi caso particular lo retiré cuando comencé mis estudios en la Universidad Nacional de La Pampa. A partir de ese momento y desde mediados de la década de 1960 la Argentina entró en crisis económicas periódicas que producían el deterioro de la moneda nacional como elemento de ahorro y atesoramiento.
Siempre recuerdo que el año 1970 al adquirir mi primer auto, solicité un préstamo personal al Banco de la Nación Argentina. Me lo otorgaron a 60 meses en cuotas fijas, las que ya venían impresas en una libreta con todos los cupones para realizar el pago. Cuando terminé de abonar la última cuota a mediados de 1976 ya había cambiado dos veces el auto por otros usados. Es que la inflación, que se iba aumentando peligrosamente, favorecía al que tenía deudas, porque en ésa época aún no se había instaurado lo que vino después y se conoció como actualización o reajuste y que actualmente conocemos como la cuota variable.
Después el incentivo del consumo a través de la televisión y los demás medios de comunicación, de la aparición de las grandes cadenas de comercialización con el concepto del marketing, abrió las puertas al consumismo y el ahorro fue desechado.
Estimado Sr. Roldán: utilizaré algunas de sus ilustraciones y un párrafo de su artículo en el que publicaré mañana en mi Blog. Agradecida, lo saluda atte.
ResponderEliminarProf. Raquel Gail
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