Hace unos días el Concejo Deliberante de Victorica (La Pampa) me invitó a dialogar sobre el nombre de la plaza del pueblo, ante un posible cambio, en virtud de la solicitud presentada por las agrupaciones aborígenes del lugar. Agradezco la invitación y ahora hago conocer cual fue el tenor de mi exposición.
El primer pueblo que se fundó en el
Territorio Pampeano, después de desalojado el aborigen, por las tropas del
Ejército Nacional, se inició con la creación del Fortín Resina, rebautizado
luego con
el nombre General Benjamín Victorica.
Seis meses después de haberse
establecido los regimientos en el Fortín, se tienen noticias de la cercanía de
la gente que capitaneaba el cacique José Gregorio Yancamil.
El mayor Nicolás Santerbó sale en su
búsqueda con la intención de apresarlo. La persecución se hace poniendo rumbo
hacia el río Salado y en el paraje conocido con el nombre de Cochicó, en los
alrededores de Puelén, se lleva a cabo el combate entre un piquete de alrededor
de veinticinco soldados y Yancamil y sus lanceros.
Los soldados son derrotados y varios de
ellos muertos, no sabemos cuántos indios murieron, pero Yancamil no puede ser
apresado y se dirige a buscar refugio hacia la pre cordillera en territorio del
Neuquén.
Antes de retirarse las tropas de Victorica hacia los cuarteles de origen (Córdoba y San Luis), van hasta el lugar donde estaban los restos de sus compañeros muertos, los recogen y los traen a Victorica, los que son depositados en el osario del cementerio.
Las tropas habían levantado en el centro
de la plaza una pirámide en la que se colocan cuatro grandes placas en cada una
de las caras, las que han sido confeccionadas en los talleres del Ministerio de
Guerra en Buenos Aires con el bronce de cañones fundidos.
En la placa que mira hacia la manzana
donde estaban los cuarteles (actual escuela Nº 7), se puede leer: “La Nación
Agradecida a los Bravos de Cochicó”, en tanto que en la placa que mira hacia la
calle General San Martín (actual Nº 15) se puede leer los nombres del oficial,
suboficiales y soldados muertos.
El año 1909 el entonces Gobernador del
Territorio Nacional Pampa Central, visita Victorica y las autoridades locales
presididas por don Luis Gómez y el secretario municipal don Víctor Rochereul,
llevan a la comitiva a recorrer el pueblo, incluyendo una visita al cementerio,
en donde se encontraban los restos de los soldados muertos.
Como no se encontraban en condiciones
dignas, dado que estaban a la vista los huesos de los cadáveres, el gobernador
aconseja buscar un lugar más apropiado y decoroso. En el libro de la
Municipalidad al folio Nº 174 el Gobernador Felipe Centeno deja constancia el
15 de mayo de 1909 de su agradecimiento por el recibimiento del vecindario.
Es a partir de esa sugerencia que Félix
Romero, quien se desempeñaba en ese momento como Presidente de la Biblioteca
Bartolomé Mitre, toma en consideración el tema y comienza desde la Institución
un proyecto que culminará con la construcción frente a la puerta de acceso de
la Iglesia de un túmulo, que fue diseñado por Ludovico Brudaglio. Allí son
depositados los restos de los soldados, en donde permanecerán durante varios
años. Existe una antigua fotografía en la que se puede observar el lugar.
El año 1922 al conmemorarse el 40º
aniversario del Combate de Cochicó, se realiza el acto frente a la pirámide y
en esa oportunidad uno de los que habla es el maestro don Félix Romero, quien
en ese momento era Concejal de la Municipalidad.
La primera plana del periódico El
Heraldo, del día domingo 27 de agosto de 1922, que se editaba en Victorica y
cuyo propietario era el señor Juan Giménez, comenta in extenso el desarrollo
del acto y transcribe los discursos.
El acto era presidido por el señor
Intendente Doctor Ricardo Calusio y contaba además con la presencia del
Teniente Coronel don Agustín Urtubey en representación del Centro Militar de
Expedicionarios al Desierto.
Dice don Félix Romero en el fragmento
inicial de su discurso:
“Señores: Los pueblos que celebran la
memoria de sus antepasados, haciendo revivir en su corazón, las actitudes, el
genio, el talento o sus acciones heroicas, marchan decididamente con paso
progresivo hacia el porvenir. Doblemente si estos homenajes van más allá de la
simple ceremonia, ofrendando hechos como el que nos proponemos, al dar a ésta
plaza el nombre de “Héroes de Cochicó”, y tratando además de que los
sobrevivientes de la conquista del desierto, reciban en forma real y positiva
la justicia a que son acreedores.”
Según don Miguel Marzano, al momento en
que el Coronel Urtubey usó de la palabra, “hizo alusión a que afortunadamente
dos de los soldados habían alcanzado escapar del asedio aborigen para dar
cuenta al Mayor Santerbó del peligro que los aguardaba. En ese instante
Yancamil, que hasta el momento había permanecido en silencio, levantó la cabeza
y con gesto airado proclamó: ¡Mentira, yo los maté…yo los maté!”
Al año siguiente, se produce el traslado
de los restos de los soldados muertos en Cochicó, desde el túmulo al frente de
la Iglesia hasta la pirámide, donde son depositados en la base del monumento,
al pié de la placa en la que figuran los nombres y apellidos de los que
perdieron la vida en el combate al que nos hemos referido.
Ese año estarán presentes en el homenaje
una delegación de soldados de Buenos Aires, que vienen con la Banda de Música
para tocar en la ceremonia y luego de la misma. Se rinde homenaje y se hace
guardia de honor. Preside los actos el
Gobernador del Territorio don Baldomero Téllez. También están presentes alumnos
de los “Exploradores” de Don Bosco de Buenos Aires, que han traído su banda de
música y que participarán en esos días en un encuentro amistoso de fútbol con
el recientemente creado “Club Sportivo Cochicó”.
Hay que recordar que el 6 de septiembre
del año 1930 se produce el golpe de Estado mediante el cual el Ejército
comandado por Uriburu, derroca al presidente Hipólito Yrigoyen, quien será
reconocido por la Corte Suprema de Justicia como nuevo presidente de Argentina.
Se profundiza a partir de ese momento la
cultura militar y se inicia la serie de golpes de Estado que no permitirá que
se afiance el sistema democrático, recién recuperado definitivamente en 1983.
El año 1931 al realizarse una nueva
conmemoración de los hechos frente a la pirámide, al hacer uso de la palabra el
Director de la Escuela Nacional de varones el maestro Armando Romero Chávez,
reivindica a la cultura aborigen y al final de su discurso expresó:
“Por eso y aunque sea sólo como un grito
en plena pampa, pido que, ya que tienen obelisco los soldados caídos en el
desastre de Cochicó, lo tenga también el indio, que es carne y alma nuestra, y
cuyos últimos vestigios agonizan en las desoladas tierras de Colonia Emilio
Mitre. Y pido para el indio su monumento magno, aquí en La Pampa, que fuera la
tierra libre de sus grandezas romancescas, y que hoy, después de la conquista,
es tierra esclava de los magnates”.
El monumento que el maestro solicitó lo
inauguramos el año 1999 en el paraje Leuvucó, lugar de asiento de la última
dinastía ranquelina, al norte de Victorica.
José Gregorio Yancamil falleció en su
casa en Victorica alrededor de las 20 horas un 8 de febrero del año 1931. Unos
años antes, el maestro de la Colonia Emilio Mitre, deja consignado en su diario
la conversación que ha mantenido con Yancamil.
El día jueves 12 de febrero del año
1914, el maestro-director de la citada escuela consigna bajo el título “Para la
Historia. Relato de un testigo” la visita de Santos Morales y su amigo Gregorio
Yancamil.
“Cuantos errores, Señor, hace cometer la
ignorancia” dice el viejo cacique y más
adelante, después que ha escuchado del maestro la lectura de un artículo
aparecido en un periódico, relacionado con los actos de conmemoración del
combate, Yancamil expresa: “!Cuanto se miente, Señor, cuanto se miente! Y seguidamente
le hace escuchar a Lorenzo Jarrín la versión de los hechos de Cochicó de los
que ha sido protagonista principal.
Hacia el final de la entrevista el
maestro le pregunta: “-¿A qué atribuye Ud. señor Yancamill, eso de que 17
paisanos, hubiesen vencido a 23 soldados?” A lo que Yancamil contesta: “Señor,
a que un indio libre en aquellas épocas luchando por sostener la libertad, por
la tierra que creíamos nos pertenecía, valía por 5 hombres, no temía la muerte
y luchaba con coraje, esa es la causa.”
El año 1932 se realiza en Victorica los
festejos del 50º Aniversario de la fundación del pueblo, que como se había
hecho costumbre, se festejaba no el 12 de febrero fecha consignada como
creación del mismo, sino el 19 de agosto, día del combate de Cochicó.
En esa oportunidad volvió a visitar
Victorica el Coronel Urtubey. La Comisión de Festejos presidida por Juan
Giménez, recibió de la Comisión de la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre una
carta negándose a “adherir al homenaje que se quería rendir a los Héroes de
Cochicó, fundamentando su abstención con estas palabras, “Por ser acto que
tiende a perpetuar errores históricos”.
El año 2006 se trasladaron desde el
cementerio de Victorica hasta la plaza, los restos del cacique Yancamil, los
que fueron situados en el sector este que da frente a la Municipalidad,
abriéndose con este gesto el camino de la síntesis histórica.
Ahora estamos en una época de revisar
todos los errores cometidos por la generación anterior y contextualizarlos en
el nuevo escenario de la inclusión, la justicia y la democracia. Esto nos
permite, con total libertad, hacer una nueva lectura de los hechos y
acontecimientos para construir un mejor presente para todos, compartiendo el
sentimiento patriótico y el amor por nuestra tierra que nos vio nacer.
BIBLIOGRAFIA Y DOCUMENTOS CONSULTADOS
Libro copiador de Actas. Municipalidad
de Victorica (La Pampa)
“El Heraldo” Número 445 del
domingo 27 de agosto de 1922. Editor Juan Giménez. Victorica (La Pampa)
“Centenario de Victorica y La Pampa”: Editado por
S.A. La Capital el 26 de enero de 1982. Santa Rosa (La Pampa)
“Félix Romero, docente, periodista,
político, trabajador cultural”. Luis Ernesto Roldán. Victorica (La
Pampa), septiembre de 1984.
“Caciques Pampa-Ranqueles” de P. Meinrado
Hux. Editorial El Elefante Blanco. Primera edición en Buenos Aires, noviembre
del 2003.
“Yancamil…el último grito ranquelino”. Fundación
Ferrari, editada en Rosario (Argentina) el año 2000.
“Un quijote en La Pampa.
Los escritos de Manuel Lorenzo Jarrín (1883-1942)”. Editado por Fondo
Editorial Pampeano (FEP) en Santa Rosa (La Pampa) Argentina, año 2011
muy lúcida reflexión Luis... Yancamil fue en gran hombre, un ranquel estoico que vivió la mayor parte de su vida en adversidad y entre sus enemigos que sin embargo lo respetaban y temían... me asombra realmente que Yancamil no haya claudicado, que no se haya pasado a bando de los indios amigos, tuvo muchas oportunidades de hacerlo, es mas quizás lo hizo, pero fue solo para sobrevivir y luego fugarse, pero siempre lo vemos luchando por la dignidad de los ranqueles, en pozo del cuadril, en cochicó, contra Mc Clymont, en la isla Martín García, en Santa Ana Misiones, y en la plaza "héroes de Cochicó" es admirable, la entereza moral de ese hombre, defendiendo lo que era justo aun cuando nadie mas lo consideraba así o lo apoyara, poniendo su vida en juego... no sé si todos los que están enterrados en la plaza central de Victorica son héroes, pero en mi opinión él si lo es...
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