miércoles, 28 de mayo de 2014

Victorica y su plaza "Héroes de Cochigó"



Hace unos días el Concejo Deliberante de Victorica (La Pampa) me invitó a dialogar sobre el nombre de la plaza del pueblo, ante un posible cambio, en virtud de la solicitud presentada por las agrupaciones aborígenes del lugar. Agradezco la invitación y ahora hago conocer cual fue el tenor de mi exposición.
El primer pueblo que se fundó en el Territorio Pampeano, después de desalojado el aborigen, por las tropas del Ejército Nacional, se inició con la creación del Fortín Resina, rebautizado luego con el nombre  General Benjamín Victorica.
Seis meses después de haberse establecido los regimientos en el Fortín, se tienen noticias de la cercanía de la gente que capitaneaba el cacique José Gregorio Yancamil.

El mayor Nicolás Santerbó sale en su búsqueda con la intención de apresarlo. La persecución se hace poniendo rumbo hacia el río Salado y en el paraje conocido con el nombre de Cochicó, en los alrededores de Puelén, se lleva a cabo el combate entre un piquete de alrededor de veinticinco soldados y Yancamil y sus lanceros.
Los soldados son derrotados y varios de ellos muertos, no sabemos cuántos indios murieron, pero Yancamil no puede ser apresado y se dirige a buscar refugio hacia la pre cordillera en territorio del Neuquén.

Antes de retirarse las tropas de Victorica hacia los cuarteles de origen (Córdoba y San Luis), van hasta el lugar donde estaban los restos de sus compañeros muertos, los recogen y los traen a Victorica, los que son depositados en el osario del cementerio.
Las tropas habían levantado en el centro de la plaza una pirámide en la que se colocan cuatro grandes placas en cada una de las caras, las que han sido confeccionadas en los talleres del Ministerio de Guerra en Buenos Aires con el bronce de cañones fundidos.

En la placa que mira hacia la manzana donde estaban los cuarteles (actual escuela Nº 7), se puede leer: “La Nación Agradecida a los Bravos de Cochicó”, en tanto que en la placa que mira hacia la calle General San Martín (actual Nº 15) se puede leer los nombres del oficial, suboficiales y soldados muertos.
El año 1909 el entonces Gobernador del Territorio Nacional Pampa Central, visita Victorica y las autoridades locales presididas por don Luis Gómez y el secretario municipal don Víctor Rochereul, llevan a la comitiva a recorrer el pueblo, incluyendo una visita al cementerio, en donde se encontraban los restos de los soldados muertos. 

Como no se encontraban en condiciones dignas, dado que estaban a la vista los huesos de los cadáveres, el gobernador aconseja buscar un lugar más apropiado y decoroso. En el libro de la Municipalidad al folio Nº 174 el Gobernador Felipe Centeno deja constancia el 15 de mayo de 1909 de su agradecimiento por el recibimiento del vecindario.


Es a partir de esa sugerencia que Félix Romero, quien se desempeñaba en ese momento como Presidente de la Biblioteca Bartolomé Mitre, toma en consideración el tema y comienza desde la Institución un proyecto que culminará con la construcción frente a la puerta de acceso de la Iglesia de un túmulo, que fue diseñado por Ludovico Brudaglio. Allí son depositados los restos de los soldados, en donde permanecerán durante varios años. Existe una antigua fotografía en la que se puede observar el lugar.

El año 1922 al conmemorarse el 40º aniversario del Combate de Cochicó, se realiza el acto frente a la pirámide y en esa oportunidad uno de los que habla es el maestro don Félix Romero, quien en ese momento era Concejal de la Municipalidad.
La primera plana del periódico El Heraldo, del día domingo 27 de agosto de 1922, que se editaba en Victorica y cuyo propietario era el señor Juan Giménez, comenta in extenso el desarrollo del acto y transcribe los discursos.

El acto era presidido por el señor Intendente Doctor Ricardo Calusio y contaba además con la presencia del Teniente Coronel don Agustín Urtubey en representación del Centro Militar de Expedicionarios al Desierto.
Dice don Félix Romero en el fragmento inicial de su discurso:
“Señores: Los pueblos que celebran la memoria de sus antepasados, haciendo revivir en su corazón, las actitudes, el genio, el talento o sus acciones heroicas, marchan decididamente con paso progresivo hacia el porvenir. Doblemente si estos homenajes van más allá de la simple ceremonia, ofrendando hechos como el que nos proponemos, al dar a ésta plaza el nombre de “Héroes de Cochicó”, y tratando además de que los sobrevivientes de la conquista del desierto, reciban en forma real y positiva la justicia a que son acreedores.”

Según don Miguel Marzano, al momento en que el Coronel Urtubey usó de la palabra, “hizo alusión a que afortunadamente dos de los soldados habían alcanzado escapar del asedio aborigen para dar cuenta al Mayor Santerbó del peligro que los aguardaba. En ese instante Yancamil, que hasta el momento había permanecido en silencio, levantó la cabeza y con gesto airado proclamó: ¡Mentira, yo los maté…yo los maté!”


Al año siguiente, se produce el traslado de los restos de los soldados muertos en Cochicó, desde el túmulo al frente de la Iglesia hasta la pirámide, donde son depositados en la base del monumento, al pié de la placa en la que figuran los nombres y apellidos de los que perdieron la vida en el combate al que nos hemos referido.

Ese año estarán presentes en el homenaje una delegación de soldados de Buenos Aires, que vienen con la Banda de Música para tocar en la ceremonia y luego de la misma. Se rinde homenaje y se hace guardia de honor.  Preside los actos el Gobernador del Territorio don Baldomero Téllez. También están presentes alumnos de los “Exploradores” de Don Bosco de Buenos Aires, que han traído su banda de música y que participarán en esos días en un encuentro amistoso de fútbol con el recientemente creado “Club Sportivo Cochicó”.

Hay que recordar que el 6 de septiembre del año 1930 se produce el golpe de Estado mediante el cual el Ejército comandado por Uriburu, derroca al presidente Hipólito Yrigoyen, quien será reconocido por la Corte Suprema de Justicia como nuevo presidente de Argentina.
Se profundiza a partir de ese momento la cultura militar y se inicia la serie de golpes de Estado que no permitirá que se afiance el sistema democrático, recién recuperado definitivamente en 1983.

El año 1931 al realizarse una nueva conmemoración de los hechos frente a la pirámide, al hacer uso de la palabra el Director de la Escuela Nacional de varones el maestro Armando Romero Chávez, reivindica a la cultura aborigen y al final de su discurso expresó:
“Por eso y aunque sea sólo como un grito en plena pampa, pido que, ya que tienen obelisco los soldados caídos en el desastre de Cochicó, lo tenga también el indio, que es carne y alma nuestra, y cuyos últimos vestigios agonizan en las desoladas tierras de Colonia Emilio Mitre. Y pido para el indio su monumento magno, aquí en La Pampa, que fuera la tierra libre de sus grandezas romancescas, y que hoy, después de la conquista, es tierra esclava de los magnates”.

El monumento que el maestro solicitó lo inauguramos el año 1999 en el paraje Leuvucó, lugar de asiento de la última dinastía ranquelina, al norte de Victorica.
José Gregorio Yancamil falleció en su casa en Victorica alrededor de las 20 horas un 8 de febrero del año 1931. Unos años antes, el maestro de la Colonia Emilio Mitre, deja consignado en su diario la conversación que ha mantenido con Yancamil.
El día jueves 12 de febrero del año 1914, el maestro-director de la citada escuela consigna bajo el título “Para la Historia. Relato de un testigo” la visita de Santos Morales y su amigo Gregorio Yancamil.
“Cuantos errores, Señor, hace cometer la ignorancia” dice el viejo cacique y  más adelante, después que ha escuchado del maestro la lectura de un artículo aparecido en un periódico, relacionado con los actos de conmemoración del combate, Yancamil expresa: “!Cuanto se miente, Señor, cuanto se miente! Y seguidamente le hace escuchar a Lorenzo Jarrín la versión de los hechos de Cochicó de los que ha sido protagonista principal.

Hacia el final de la entrevista el maestro le pregunta: “-¿A qué atribuye Ud. señor Yancamill, eso de que 17 paisanos, hubiesen vencido a 23 soldados?” A lo que Yancamil contesta: “Señor, a que un indio libre en aquellas épocas luchando por sostener la libertad, por la tierra que creíamos nos pertenecía, valía por 5 hombres, no temía la muerte y luchaba con coraje, esa es la causa.”
El año 1932 se realiza en Victorica los festejos del 50º Aniversario de la fundación del pueblo, que como se había hecho costumbre, se festejaba no el 12 de febrero fecha consignada como creación del mismo, sino el 19 de agosto, día del combate de Cochicó.

En esa oportunidad volvió a visitar Victorica el Coronel Urtubey. La Comisión de Festejos presidida por Juan Giménez, recibió de la Comisión de la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre una carta negándose a “adherir al homenaje que se quería rendir a los Héroes de Cochicó, fundamentando su abstención con estas palabras, “Por ser acto que tiende a perpetuar errores históricos”.

El año 2006 se trasladaron desde el cementerio de Victorica hasta la plaza, los restos del cacique Yancamil, los que fueron situados en el sector este que da frente a la Municipalidad, abriéndose con este gesto el camino de la síntesis histórica.
Ahora estamos en una época de revisar todos los errores cometidos por la generación anterior y contextualizarlos en el nuevo escenario de la inclusión, la justicia y la democracia. Esto nos permite, con total libertad, hacer una nueva lectura de los hechos y acontecimientos para construir un mejor presente para todos, compartiendo el sentimiento patriótico y el amor por nuestra tierra que nos vio nacer.


BIBLIOGRAFIA Y DOCUMENTOS CONSULTADOS
Libro copiador de Actas. Municipalidad de Victorica (La Pampa)
“El Heraldo” Número 445 del domingo 27 de agosto de 1922. Editor Juan Giménez. Victorica (La Pampa)
“Centenario de Victorica y La Pampa”: Editado por S.A. La Capital el 26 de enero de 1982. Santa Rosa (La Pampa)
“Félix Romero, docente, periodista, político, trabajador cultural”. Luis Ernesto Roldán. Victorica (La Pampa), septiembre de 1984.
“Caciques Pampa-Ranqueles” de P. Meinrado Hux. Editorial El Elefante Blanco. Primera edición en Buenos Aires, noviembre del 2003.
“Yancamil…el último grito ranquelino”. Fundación Ferrari, editada en Rosario (Argentina) el año 2000.
“Un quijote en La Pampa. Los escritos de Manuel Lorenzo Jarrín (1883-1942)”. Editado por Fondo Editorial Pampeano (FEP) en Santa Rosa (La Pampa) Argentina, año 2011

1 comentario:

  1. muy lúcida reflexión Luis... Yancamil fue en gran hombre, un ranquel estoico que vivió la mayor parte de su vida en adversidad y entre sus enemigos que sin embargo lo respetaban y temían... me asombra realmente que Yancamil no haya claudicado, que no se haya pasado a bando de los indios amigos, tuvo muchas oportunidades de hacerlo, es mas quizás lo hizo, pero fue solo para sobrevivir y luego fugarse, pero siempre lo vemos luchando por la dignidad de los ranqueles, en pozo del cuadril, en cochicó, contra Mc Clymont, en la isla Martín García, en Santa Ana Misiones, y en la plaza "héroes de Cochicó" es admirable, la entereza moral de ese hombre, defendiendo lo que era justo aun cuando nadie mas lo consideraba así o lo apoyara, poniendo su vida en juego... no sé si todos los que están enterrados en la plaza central de Victorica son héroes, pero en mi opinión él si lo es...

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