Según la toponimia, la acepción etimológica, consignada por los maestros investigadores Ignacio Guaycochea y Enrique Stieben, pitral lauquén o pitralauquen, significa "laguna de los flamencos". El sustantivo tiene otras grafías: "Pithrál Lauquén (E. Tello), Pitral Lauquen (E. Stieben).
Esta laguna está situada dentro del Departamento Loventué, ubicada precisamente en el lote 4, Fracción D, de la Sección VIII, y es conocida desde épocas muy lejanas.
Cuando la laguna estaba en su mayor esplendor y con su caudal máximo, el sitio era reducto de muchas aves, perdices, martinetas, pájaros, no sólo la paloma torcaz, sino loros barranqueros, cardenales y otros animales del bosque nativo como choique, venado de las pampas. Entre las aves sobresalían los flamencos, una zancuda de hermoso plumaje color rosado, que vive permanentemente en las lagunas o bañados, formando colonias numerosas, se las puede observar actualmente en Parque Luro, en Salinas Grandes y otras lagunas.
La misma pertenecía al paraje denominado Poitahué, que según la toponimia significa: "divisadero, atalaya o mangrullo". Según el maestro investigador Enrique Stieben, sería "observatorio" o "la atalaya", en tanto que Eliseo Tello lo enuncia como "lugar desde donde se atalaya" y para el maestro don Ignacio Guaycochea significaría "eminencia del lugar".
Se trata de, un paraje alto, con un médano y una laguna. Justamente como el lugar es elevado, servía para que los "bomberos" de la tribu pudiesen detectar, desde lejos, los movimientos de animales y seres humanos, como para dar aviso y prevenir a los caciques sobre las novedades.
Poitahué estaba aproximadamente alrededor de unos 50 kilómetros de Leuvucó al sur, el otro centro poblado rankelino, sede del cacique Mariano Rosas, asentado en los alrededores de esa gran laguna.
En el paraje Poitahué vivió el Cacique Manuel Baigorria, hijo del cacique Pichuín Hualá y de Rita Castro, una cautiva puntana de El Morro, provincia de San Luis. Era nieto del cacique Llanquetruz II. Sus hermanos fueron los capitanejos Quinchan, Cayomuta, Epuhueque, Caispán y Luis. Sus hermanas María, Celia y Josefa.
Nació el año 1837, y como perdió a su padre a temprana edad, el coronel Manuel Baigorria, el militar unitario que desertó y se refugió en los toldos rankelinos, se ocupó de su crianza y educación, dado que era muy amigo de Pichuin Hualá.
Cuando el Coronel Lucio Victorio Mansilla, realizó su famosa excursión a los toldos de Mariano Rosas el año 1870 en Leuvucó, también visitó las tolderías del cacique Manuel Baigorria o Baigorrita que estaba instalado con su gente más al sur, en el "Quenque". Según la toponimia Quenqué es un paraje con monte, hoy bastante raleado en el lote 14, Fracción D, Sección VIII. La etimología del término que sería una deformación de "quenquén", significa abrojo chico, conocido también en muchos lugares como "cepacaballo". Se trata de un pequeño abrojo, muy perjudicial en la zona donde se crían ovejas.
"Salíamos del monte, descendiendo por un plano ligeramente inclinado hacia una cañada. Allí íbamos a parar, haciendo noche al borde de una lagunita llamada pitralauquén, lo que quiere decir: laguna de los flamencos. Trae su nombre de que en aquel paraje hay siempre muchos de estos pájaros", describe Lucio V. Mansilla en su conocido libro "Una excursión a los indios ranqueles".
Y agrega seguidamente para completar el cuadro: "El sol se ponía tras las alturas de Poitaua, y sus arreboles teñían las nubes del lejano horizonte, cuando hacíamos alto y echábamos pie a tierra. La lagunita, que tiene como cien metros de diámetro, y forma circular, estaba llena de agua. Centenares de rosados flamencos, de blancos cisnes y gansos, de pardos patos y gallaretas, se deslizaban mansamente sobre la líquida superficie."
Y a continuación agrega un párrafo ilustrativo sobre el comportamiento de los aborígenes: "Los indios no tienen costumbre de matar las aves acuáticas; así es que no se inquietaron por nuestra aproximación. Acampamos cerca de unos chañarcitos, se acomodaron bien las tropillas, organizando la ronda, no fueran a darnos un malón, se buscó leña y no tardó en alegrar el cuadro un hermosísimo fogón."
"Mis ayudantes y yo nos dimos un baño, turbando la quietud de las aves, que se dispersaron volando en todas direcciones, cuyos nidos saqueamos inhumanamente haciendo un acopio de huevos". Cuando tomé estas fotos (febrero 2014) ni rastros de los flamencos, sólo encontramos patos y algún tero en la laguna sensiblemente disminuida por años de sequía, dividida al medio por el camino vecinal e invadida por el fachinal que crece y que sepulta muchos de los rastros y antiguas marcas y por supuesto el bosque que se describe como "selva" ya no existe más, luego de las dos intensas talas de 1914-18 y de 1939-45 (Guerras Mundiales) y de los incendios que casi anualmente devastan parte del mismo.
"El coronel Racedo se pondrá en marcha, el 10 de abril, con las fuerzas de Sarmiento y Villa Mercedes, y se dirigirá a situarse en el paraje de Poitahué, donde hará su campamento general, " dice la instrucción del General Julio Argentino Roca, fechada en Buenos Aires, el 3 de marzo del año 1879, cuando se estaba iniciando la "batida final de la conquista del desierto".
"Los campos de Poitahué están malísimos, razón que me ha resuelto a establecer el campamento general en este punto, que dista una legua de aquél, y que reune todas las condiciones necesarias para ello", le hace saber a Roca el coronel Eduardo Racedo, comandante de la Tercera División, que estaba acampado en los alrededores de Pitralauquén.
"La vanguardia de la 3a. División Expedicionaria marchó del campamento general de Leuvú Carreta el 14 de mayo, tomando el rumbo suroeste; al poco andar pasamos cerca de la laguna de Poitahué. El camino va costeando la selva del mismo nombre, selva que se levanta en anfiteatro, a causa de los médanos donde crece. Se concluye al pie de unos altos médanos donde sube el camino", dice el Doctor Dupond que acompañó a la división comandada por Racedo.
La descripción es muy interesante y permite hacerse una idea como estaba en aquel año y ese mes el sitio que estoy abordando: "Al acabarse la selva de Poitahué, situada a la derecha del camino, se halla a la izquierda, al lado de dos lagunas, en la llanura, los vestigios de los toldos donde vivía el que fue capitanejo Quinchas, que hace dos meses falleció de viruela, en el cerro Carros, donde hallamos su original sepultura."
Y a continuación Dupond agrega este otro párrafo "Arriba de los altos médanos donde pasa el camino, la vista abarca el más extenso horizonte al sureste y al sur. Primero se ve el paraje conocido por la designación de Rincón de Baigorrita, formado por una espesa selva; en seguida se presenta a la vista el médano y laguna de Miteuqueil, donde los indios saben ir a surtirse de sal, que dicen ser excelente".
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
1.- Olascoaga, Manuel J. "Estudio topográfico de la Pampa y Río Negro". Biblioteca del Suboficial Vol.LI Tomo II. Buenos Aires 1930.
2.- Vúletin, Alberto "La Pampa. Grafías y etimologías toponímicas aborígenes", Editorial Universitaria de Buenos Aires, 2da. Edición novbre. de 1978
3.- Mansilla, Lucio V. "Una excursión a los indios ranqueles", Editorial Capelusz, Tomo II, editado en Buenos Aires año 1966.
Muy interesante articulo Luis.
ResponderEliminarmuchas gracias Raul, siempre es bueno saber que hay algunos amigos que leen este Blog
ResponderEliminarExcelente! Buscando laguna Pitralauquen, con motivo que estoy justamente en la carta nro 42 de Una Excursión a los Indios Ranqueles, me topé con este blog. Estoy fascinado. Muchísimas gracias!!!
ResponderEliminarTe agradezco el comentario.
ResponderEliminarDetras de las huellas de mi tatarabuelo Baigorrita ..gracias.
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