Lo que describieron los reporteros y la propia gente que llamó a los medios, es sumamente preocupante.
“La cantidad de agua produjo una de las mayores inundaciones en la historia de la ciudad. Cientos de vecinos quedaron con sus viviendas en ruinas y hubo daños materiales incalculables.
Las imágenes impactaban. Era una ciudad bajo agua, con viviendas, calles, autos y cientos de personas afectadas. Recorrer Santa Rosa en la tarde de ayer fue acercarse demasiado a una zona de desastre. Los más de 160 milímetros que se registraron durante gran parte de la jornada dejaron un saldo inicial de 45 evacuados, barrios enteros casi sumergidos, accidentes, prolongados cortes de luz y daños materiales por un valor difícil de dimensionar.
El panorama fue desolador, con vecinos que perdieron todo, con habitaciones inundadas en el Hospital, la zona del Casino y del Tiro Federal con verdaderos ríos de correntadas marrones, la confitería de la terminal de ómnibus con más de 20 centímetros de agua, un gomón que servía para rescatar gente y cloacas desbordadas que hacían aflorar su nauseabundo contenido hacia el interior de los hogares.
Para tener un registro similar hay que remontarse a una noche de noviembre de 1976, hace 34 años, cuando cayeron 207 milímetros y Santa Rosa quedó bajo el agua”. (La Arena 09/03/2010)
Desde hace ya muchos años, se vienen realizando reuniones a nivel internacional, nacional y regional sobre dos problemas fundamentales para la subsistencia de la humanidad sobre el planeta Tierra. “El calentamiento global” con su efecto “invernadero” y “el cambio climático” derivado con sus terremotos, “tsunamis”, “huracanes”, cada vez más arrasantes.
Hemos podido observar los grandes desastres internacionales y nacionales por la televisión. Se han realizado varias películas sobre el tema, incluso se le otorgó el premio Nobel a Al Gore por su investigación llevada a la pantalla grande con este tema.
La altura a la que llegó el agua en algunas calles de Santa Rosa el día de la lluvia 8 de marzo de 2010
Sin embargo, pareciera ser que aún los planificadores, los administradores y quienes tienen poder de decisión para ejecutar obras públicas o autorizar la ejecución de obras privadas, no estarían tomando las debidas precauciones con respecto a estos anuncios.
Esto es realmente alarmante, porque si no se toman con responsabilidad, ni la rigurosidad necesarias las previsiones, para evitar, disminuir o morigerar los efectos de estas catástrofes, las mismas volverán a repetirse cada tanto con grave perjuicio para toda la comunidad. Esta conducta pone en serio riesgo a las personas y sus patrimonios, como también el patrimonio público.
Además de los daños directos a los afectados, luego surgen los colaterales, que pueden llegar a ser también importantes, como acciones judiciales, enfermedades derivadas y otros problemas de difícil solución si no se realiza la infraestructura necesaria para evitar estos flagelos que tienden a repetirse cada vez más a menudo y con mayor intensidad.
Cuando vino el ciclo húmedo en la década del ochenta la laguna “Don Tomás” se desbordó y como consecuencia se inundó el sector de viviendas más cercanas al cuenco, llegando el agua a penetrar en la Escuela detrás del Molino Werner, e instalándose en la calle Duval.
Vista de la inundación en los alrededores del Casino a la vera de la ruta nacional 5
En la zona de la ruta nacional 5 sobre la banquina el agua permaneció durante largo tiempo e incluso produjo la inundación de viviendas. Esto dio origen a un juicio por daños y perjuicios contra la Municipalidad de Santa Rosa.
Incluso se pudo observar que las rutas pavimentadas en las últimas décadas actuaban como diques de contención para el escurrimiento de las aguas hacia las pendientes naturales. O por el contrario varias rutas nacionales tuvieron que ser levantadas para evitar que el agua que pasaba de un lado al otro las volviese intransitables o de alto riesgo. Todo eso dejó muchos miles de hectáreas bajo agua durante largos años y rodeo varios pueblos vecinos, subiendo las napas freáticas y contaminando las aguas subterráneas.
El primer interrogante sería ¿Cuándo se planifican obras públicas, nacionales, provinciales o municipales, sean viviendas, pavimentos urbanos, desagües, cloacas, escuelas, hospitales, terminales de ómnibus, rutas, etc., se realiza como corresponde el análisis de los suelos, las pendientes, el régimen de lluvias, los movimientos sísmicos, el impacto ambiental sobre la zona de las grandes obras?
Desde hace ya muchos años que no quedan casi espacios adecuados para la construcción de grandes barrios de viviendas en la ciudad capital de La Pampa, lo que ha llevado a situarlos en terrenos que no eran los más aptos. Tampoco se ha querido aceptar estudiar a fondo la idea si no es beneficioso a largo plazo construir más viviendas en Toay, en zonas más aptas, donde la tierra es más económica y aún quedan grandes espacios.
A eso debe sumársele las “soluciones” del tipo “lo atamos con alambre”. Por ejemplo la construcción en la zona norte de la ciudad de Santa Rosa, de un gran cuenco que desde hace varios años se utiliza para evacuar los excedentes hídricos en una zona totalmente urbanizada, con riesgo para la salud por el crecimiento de todo tipo de alimañas en aguas estancadas.
Segundo interrogante ¿se exige que el sector privado cumpla debidamente con lo establecido en las leyes, decretos, ordenanzas y resoluciones relacionadas con los planes reguladores, los códigos de edificación y las demás normas de prevención y seguridad?
Santa Rosa, según estudios realizados tiene acotado su crecimiento desde hace muchos años, hacia el norte por el Aeropuerto, hacia el noroeste por la “laguna Don Tomás”, hacia el oeste por el ejido de Toay, hacia el sur por la “Zona Industrial” y hacia el este por los altos valores de la tierra.
La construcción de edificios en propiedad horizontal en las últimas décadas, algunos de los cuales no están de acuerdo a las normas, ha generado sus propios problemas, incrementando las dificultades de los ramales cloacales que son de antigua data.
También es conocida las viejas enfermedades que han llegado para quedarse en la Argentina durante largos años, porque están relacionadas con la pobreza. El cólera, el dengue, la gripe “A”, el hantavirus y otras similares, están entre nosotros.
Es por eso que se hacen campañas recomendando a la población sobre la necesidad de cumplir con ciertas pautas para evitar contagios. Sin embargo pareciera que al momento de tomar decisiones sobre emplazamientos de obras estos temas no entrarían en el análisis de fondo para decidir las localizaciones.
“En la calle Tierno, en tanto, el agua también ingresó a las viviendas. En avenida circunvalación Santiago Marzo y Poblador Desconocido, un local de venta de repuestos tiene 80 centímetros de agua.
Una decena de autos quedaron varados en cercanías de Edison y México. Lo mismo pasó en la avenida Spinetto, donde hubo 20 autos detenidos. En la esquina de Garibaldi y Alvear una Kangoo fue arrastrada por el agua.
Las casas y comercios ubicados frente al Club Argentino, en la calle Duval, quedaron con más de un metro de agua en su interior”(Diario Textual 09-3-2010)
En primer plano el Estadio de Softbol y al fondo el Centro Judicial de Santa Rosa, ambos a la entrada del parque Recreativo Don Tomás.
El tercer interrogante entonces sería: ¿habrá sido buena idea concentrar toda la infraestructura para hacer deportes alrededor y dentro del predio del Parque Recreativo “Don Tomás”, tan cerca de la laguna, donde suele haber olores nauseabundos, es el mayor criadero de mosquitos y de tanto en tanto aparecen montones de peces muertos?
Se sabe además que las plantas de tratamiento de líquidos cloacales están situadas sobre el nivel que tiene la mencionada laguna y cuando llueve intensamente se rebalsan y los derrames no sólo atraviesan los predios cercanos sino que también llegan hasta la laguna “Don Tomás”, contaminando todas las aguas superficiales y las napas subterráneas.
Por otra parte hace muchos años ya se ha intensificado la construcción de pavimento en las zonas altas de la ciudad, lo que aumenta la velocidad con la que llega el agua y también la cantidad que se traslada al cuenco de la laguna. Recién, después de veinte años por lo menos que había que haberlos realizado se están llevando a cabo los desagües pluviales, obra aún sin terminar.
El cuarto interrogante sería ¿porqué se realizan emprendimientos de distinto tipo, públicos y privados, sin la correspondiente construcción de infraestructura necesaria, para que los servicios de gas, alumbrado, transporte, recolección de residuos, cloacas y desagües estén garantizados para su cumplimiento en tiempos de ciclo húmedo como en el ciclo seco?
La obra del mega estadio aún sin concluir y con plazos de ejecución totalmente vencidos. Muy cerca de la Laguna Don Tomás.
Por otro lado en la última década se realizaron en los alrededores del predio de la Laguna “Don Tomás” dos grandes mega obras que ameritaban un serio estudio de su impacto ambiental, como sobre los problemas que podrían sobrevenir al construirlos en una de las zonas más bajas de la ciudad.
Me refiero a la construcción (aún sin terminar) del denominado “Megaestadio” y el designado “Centro Judicial Santa Rosa”. Según las noticias periodísticas de los últimos tiempos, el famoso gran Estadio habría tenido problemas con la carga de la cubierta probablemente a consecuencia de errores de cálculo, aunque también podría ser por deficiencias en los estudios de suelos pertinente.
Asimismo el “Centro Judicial” ya se ha inundado en dos o tres oportunidades, lo que provoca el corte de energía y la consecuencia de falta de funcionamiento de las máquinas y aparatos de aire acondicionado central y de extracción de agua.
Desde hace ya varios lustros las autoridades nacionales y provinciales acordaron que el dinero que antes se utilizaba para construir infraestructura en los barrios conocidos como “FONAVI” (Fondo Nacional de la Vivienda) se utilizara para incrementar el presupuesto para levantar más viviendas dado el déficit habitacional.
En edificio del Centro Judicial inaugurado hace pocos meses ya ha tenido varias experiencias de inundaciones de sus cocheras y otras zonas aledañas.
De esa manera dejaron de financiarse y consecuentemente construirse con fondos del FONAVI toda la infraestructura básica, desagües, pavimentos, luz eléctrica, gas, agua potable, incluyendo Escuelas, Centros Comunitarios, Centros Asistenciales y de Seguridad.
Por eso ahora se debió suspender las clases porque las escuelas quedan lejos de los principales barrios que se han inundado y los micros de gran porte han suspendido su itinerario. Por otro lado aún el único hospital de gran complejidad como es el “Lucio Molas” se ha inundado en algunas dependencias.
Como la ciudad capital de La Pampa seguirá ejerciendo su influencia de atractivo por motivos educacionales, de salud y aún de oportunidades laborales, el interior continuará despoblándose y la gran urbe continuará creciendo. Si no hay una política de retención de la población en los pueblos, si no se lleva a cabo una verdadera descentralización de las funciones del Estado, estos temas se agravarán.
El último interrogante sería por ahora ¿habrá posibilidad de que el oficialismo y la oposición, tanto de nivel nacional, provincial como municipal, se pongan de acuerdo para realizar las siempre mencionadas “políticas de Estado”, a los fines de hacer las obras de largo plazo, muchas de las cuales no se ven porque hay que enterrar muchos kilómetros de caños, cables o construir grandes conductos que van enterrados y no sirven para “cortar la cinta” y sacar la foto?
No hay comentarios:
Publicar un comentario