Nuestros aborígenes fueron cazadores recolectores de la fauna y la flora autóctona, mediante la cual se alimentaban, se curaban y hasta utilizaban en sus creencias religiosas.
Después de la denominada “Conquista del Desierto”, y la etapa posterior de la colonización y poblamiento, la caza indiscriminada de algunas especies hizo que éstas fueran mermando, no se pudiesen reproducir y algunas prácticamente han desaparecido como el “Venado de las Pampas”.
En la Feria Internacional de Francia realizada en París hace 120 años, como parte de los festejos de los Cien años de la Revolución Francesa, el Territorio Nacional de La Pampa participó con varios productos.
Alfonso Capdeville el pionero francés que hacía varios años había ingresado al Territorio Nacional de La Pampa central que había asentado sus reales en la Estancia Epupel, es el comisionista y hombre de negocios que se encarga de fletar los productos e inscribirlos para que estén presentes en el Pabellón que la Argentina montó.
Los cazadores con sus armas, junto a los ciervos muertos y rodeados de ayudantes de a caballo en la Estancia de Pedro Olegario Luro.
Ya sabemos que este suelo en el cual vivimos, fue durante largas décadas Territorio Nacional. La mayoría de los terratenientes de aquella época se oponían a la provincialización y lograron frenarla durante más de cuatro décadas, con distintos argumentos.
Desde el momento que llega la primera línea ferroviaria al Territorio, 1897 a Toay, se facilitan los desplazamientos desde la Capital Federal hacia las estancias en formación en estas tierras, cuyos propietarios buscaban atraer a inversionistas y capitalistas para sus proyectos.
Una de las formas era invitarlos a cacerías y pasar algunos días de descanso, degustando de las comidas y gozando del paisaje, que con el bosque de caldén aún intacto, debió ser maravilloso, como se puede apreciar en algunas fotografías que aún se conservan.
Como se lee en el epigrafe de la foto (del libro "El Parque Luro" de E.O Amieva), son todos apellidos de la alta burquesía nacional de la Argentina opulenta de la década del Centenario.
En 1903 don Ataliva Roca, hermano del entonces presidente, General Julio Argentino Roca, propietario de las tierras de la zona de “Potrillo Oscuro”, cede a su yerno don Pedro Olegario Luro unas 3.000 hectáreas, en las que va a instalar su estancia “San Huberto”.
La historia dice que el Duque de Montpensier, marino español pero de origen francés decidió venir de cacería a la Argentina y le escribió a su amigo Luro, quien lo recibió y se ocupó que los visitantes pudiesen obtener algunos trofeos.
En ese momento estaba de visita en “San Huberto” el periodista enviado por el diario La Nación, Jaime Wenceslao Molins, quien relata, las vicisitudes de la cacería, probablemente con alguna exageración: “guanacos y avestruces cayeron a centenares bajo el proyectil certero de los cazadores.” Incluso hasta describe la cacería de un puma, con algunas líneas propias de un guión cinematográfico.
El segundo dueño de la Estancia "San Huberto" don Antonio Maura en la Glorieta para el tiro "al pichón", junto a invitados.
La actividad cinegética con fines turísticos y comerciales tiene una centuria y algunos años, si se toma aquel de 1903 como punto de partida del “primer coto de caza específicamente organizado como tal en el país, realmente adecuado al deporte cinegético, enriquecido con especies de caza mayor y menor.” Dice Evar O. Amieva en su libro “El Parque Luro”.
Y agrega este otro párrafo: “El Dr. Luro y su familia vivían los veranos en Mar del Plata y al terminarse la temporada balnearia, pasaban el otoño en San Huberto, hasta que las tareas parlamentarias y sus varias empresas lo reclamaban desde Buenos Aires.”
El año 1906 Luro se relaciona con el italiano Ernesto Mutti, afincado en campos de la zona de Nueve de Julio, para contratarlo por dos cuestiones. La primera resolver el problema del agua y la segunda llevar adelante el Coto de Caza.
Mutti había sido cazador de zorros y lobos para el marqués de Malaspina en Italia.
Luro importa los primeros ciervos de los Cárpatos, el “Cervus Elaphus”, conocido vulgarmente como colorado, de gran porte y que en La Pampa al aclimatarse, tomaría mayor tamaño. El plantel inicial está formado por tres machos y siete hembras.
Miembros de la Primera Comisión Directiva del Club de Caza "Mapú Vey Puudú" de Santa Rosa (La Pampa) Argentina, electa en abril de 1963.
Recién en 1963 se organizará el Club de Caza Mapu Vey Puudu en Santa Rosa, con la intención de colaborar con el gobierno provincial en la regulación y la promoción con fines turísticos de la caza mayor y menor.
La reunión fundacional se realizó justamente en la entonces Dirección Provincial de Turismo. Llevada a cabo la Asamblea un 25 de abril del año 1963, se aprobaron los Estatutos y se designó la primera Comisión Directiva que estuvo integrada por:
Algunos de los miembros de la actual Comisión cortando la torta en la cena conmemoración de las cuatro décadas y media de la fundación de la Entidad.
Vicente Rovito, presidente; René Martínez, vicepresidente;
Los Cotos de caza privado han venido creciendo las últimas décadas. Los hay de distinta categoría. Son fiscalizados por la Dirección de Fauna y deben respetar las reglamentaciones vigentes.
Jesús López de Abechuco, secretario; Manuel Oscar Morales, prosecretario;
César A. Tamborini, tesorero; Roberto Ciaffoni, protesorero; La Comisión de Evaluación y Medición posa frente al Trofeo de ciervo colorado, cazado en La Provincia de La Pampa y que se convirtiera en Record Nacional el año 2008.
Vocales Titulares: Santiago M. Álvarez, Emilio Colombato, Ulises, Colla, Ángel Bottini, Roberto Zabucasech, Roberto Macedo.
La Entidad ha crecido y se ha desarrollado en estas más de cuatro décadas y media, en el predio que tiene sobre la Avenida Perón en la jurisdicción de Toay, en la zona de los antiguos médanos de aquella localidad.
Los cazadores de Jabalies junto a sus presas, cuyos trofeos fueron premiados en el Torneo organizado por el Club de Caza el año 2002.
Muchos son los cazadores, pero sin duda que hay algunos nombres que le han aportado dedicación, esfuerzo y emoción a este deporte de “Reyes”. Los Nores Martínez, cordobeses que desarrollaron la raza “Dogo Argentino”, un perro especial para la cacería.
Los López Abechuco, grandes cazadores. Los Ciaffoni, dedicados a la venta de armas y todos los implementos para la cacería, junto a la taxidermia.
Recuerdo que cuando llegué a Santa Rosa, creo que el único negocio de venta de armas era el de los Ciaffoni que estaba situado en la cuadra del Teatro Español.
El Dr. Muñóz, junto a familiares y amistades. Celebrando la obtención del "Ciervo de Oro" y la "Copa Chalenger 2007".
Los Cotos de caza privado han venido creciendo las últimas décadas. Los hay de distinta categoría. Son fiscalizados por la Dirección de Fauna y deben respetar las reglamentaciones vigentes.
Sin duda esta actividad debe ser una de las más antiguas e importantes del Turismo en La Pampa que atrae a personas de distintas partes del mundo, habidas de poder llevarse algún trofeo, algunos de los cuales han llegado a ser record nacional.
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