miércoles, 20 de mayo de 2009

BENEDETTI

HOMENAJE AL HOMBRE Y SU PALABRA

Mario Benedetti nació en el Sur de América, pero su poesía es universal. Entendible, comprensible para todas las edades y las clases sociales. Para todas las sensaciones y todos los sentimientos.

Ha dicho Horacio Salas, que en su opinión, Benedetti, es después de Neruda, el poeta más popular de América Latina.

Fue uno de los tantos exiliados, por la dictadura militar de su país, que fue una característica de nuestra vida política en el siglo XX, en esta Latinoamérica, donde el canto a la libertad fue tan perseguido, donde la demanda de justicia fue tan censurada.

¿Quien duda que fue un hombre comprometido con su tiempo, con su pueblo y con sus convicciones?

Pero además de eso fue un poeta traducido a veinticinco idiomas. Muchos de sus poemas se transformaron en canciones, que todos cantamos alguna vez. Sus novelas fueron leídas, llevadas al teatro y al cine y también viajaron por el mundo.

Mario Benedetti ha dejado este mundo, que hubiese sido sin él mucho más hostil, mucho más desesperante y desesperanzado.

En estos tiempos, en que necesitamos de más filosofía vital, de más poesía existencial, su ausencia se notará, pero nos ha legado el fruto de sus emociones, sus pensamientos y su sentir popular. Vaya entonces nuestro Homenaje con estos dos poemas salidos de su pluma excepcional, que son solo un granito de arena, de esa inmensa montaña que nos dejó (más de ochenta obras)

Benedetti recibe de manos de la reina Sofía de España el premio con que lo distinguió aquel país a su obra escrita en la lengua de Cervantes y traducida a más de veinte idiomas.


Memorándum

Uno llegar e incorporarse al día
Dos respirar para subir la cuesta
Tres no jugarse en una sola apuesta
Cuatro escapar de la melancolía

Cinco aprender la nueva geografía
Seis no quedarse nunca sin la siesta
Siete el futuro no será una fiesta
Y ocho no amilanarse todavía

Nueve vaya a saber quien es el fuerte
Diez no dejar que la paciencia ceda
Once cuidarse de la buena suerte

Doce guardar la última moneda
Trece no tutearse con la muerte
Catorce disfrutar mientras se pueda
(De Preguntas al azar)


Mario Benedetti rodeado de libros en su biblioteca personal, mira a la lente con halo de paz en su cara.



Pausa

De vez en cuando hay que hacer
una pausa

Contemplarse a sí mismo
sin la fruición cotidiana

Examinar el pasado
rubro por rubro
etapa por etapa
baldosa por baldosa

Y no llorarse las mentiras
sino cantarse las verdades.
(De Poemas de otros)


Más Poemas de Mario Benedetti aquí

Poemas de Benedetti en su propia voz aquí

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