sábado, 18 de julio de 2020

El drama del éxodo atuelero.


Allá por el año 1904 en el pueblo de Victorica corrió como reguero de pólvora la noticia de la discusión entre el francés Juan Bautista Cazaux y el italiano Francisco Lemme.

Lemme había venido con la columna colonizadora que acompañó a las tropas del ejército desde la Villa Mercedes (San Luis) como proveedor y se había establecido como comerciante.

En tanto que Cazaux era un recién llegado al pueblo, había arribado con su familia desde la “Isla del Chalileo”, en la que había sido criador de ovejas, pero se decidió a emigrar porque estaba cansado de las frecuentes inundaciones que afectaban su campo, producto del desborde de los ríos Salado y Atuel.

Según dicen las noticias periodísticas, Cazaux decide vender todo porque una prolongada lluvia, sumada a las crecientes de los ríos había producido la muerte de muchos animales y antes de perder todo decidió buscar otro horizonte para su familia numerosa. Traía mucho dinero ahorrado, más el producto de la venta, con el cual le compró a Lemme el hotel y el almacén que estaba cruzando la calle.

El pleito comenzó a los pocos días cuando se descubrió, con la caída de un revoque, que las paredes estaban asentadas en barro. Los Cazaux después compraron una chacra y algunos fueron concejales y juez de paz.

La década de los “años malos”.

Para comienzos del año 1930 en los alrededores de la cuenca de los ríos Atuel-Salado-Chadileuvú-Curacó ya estaban fundados todos los pueblos y paralizadas las líneas de ferrocarriles, con proyectos hacia el oeste que nunca se concretaron.

Había aparecido el automotor, que iría desplazando lentamente al transporte de carga tracción a sangre, pero aún no había puentes, así que era un peligro cruzar cuando los ríos traían mucha agua.

Pero en estos años se combinó además de prolongadas sequías, fuertes vientos huracanados. La agricultura temprana y la falta de conocimiento de los manejos de los suelos arenosos produjeron la voladura de la capa fértil del suelo. Los escasos rindes de las cosechas eran devorados por las inmensas plagas de langosta.

A todo esto, se sumó la caída de los precios internacionales de la lana, los granos y las carnes y trajo como consecuencia la quiebra de los pequeños comercios.

Entre los años 1933 y 1937 se producirán la interrupción de varios de los brazos con que las aguas del Atuel ingresaban al Territorio Nacional de la Pampa Central, conformando un gran delta y dando origen aguas abajo a grandes humedales. Algunos fueron por taponamientos y desvíos construidos por lugareños en territorio mendocino.

Allí se produjo a lo largo de casi toda la década un éxodo continuo de adolescentes y adultos jóvenes que emigraron hacia el este, arrimándose a las orillas de los pueblos de Victorica, General Acha, Toay en busca de trabajo. A veces también las familias numerosas preferían emigrar por motivos de educación y de salud. En 1933 se había cerrado la escuela de la Colonia Emilio Mitre por falta de alumnos dijo el maestro.


El corte del Atuel

Cuando el año 1947 se puso en marcha las turbinas del complejo “El Nihuil” construido por el Estado Nacional sobre el cauce del río Atuel, en territorio de Mendoza, el cauce histórico del rio que solo tenía activo un brazo denominado “Arroyo Butaló” que pasa por Algarrobo del Águila, el agua no llegó en cantidad suficiente.

La viuda de Domínguez, la madre de los hermanos Tomás, Félix y Julio, doña Ana Alcaraz que había sufrido la pobreza y el desamparo de la década anterior les dijo a los suyos, “acá no hay nada más que hacer” y comenzaron a juntar sus cosas para emigrar hacia Santa Rosa. Terete el nieto y sobrino recordaba que ellos vivían a pocos metros de la costa del rio y que solían ir a pescar.

Llegaron a Santa Rosa y se ubicaron en una manzana fiscal donde de a poco levantaron el rancho con las cosas que habían traído en el camión de su tío Amir Sol.

Aquí tuvieron que cambiar de oficio. Terete fue “chico de los mandados”. Julio se hizo lavacopas y Tomás jornalero rural a destajo. Después con los años los hermanos Dominguez contaron y cantaron como era la vida en el oeste pampeano.

Nota: La primera foto la tomé en la APE, al frente se observa a Bautista Cuello conocido popularmente como "Tuta" un puestero del oeste que le cantó y reclamó por las aguas del Atuel. También se lo ve a Rubén Evangelista uno de los responsables de la publicación del "Cancionero de los Ríos".
En la segunda foto se lo ve al amigo "Terete" Domínguez, después de una actuación en el Teatro Español de Santa Rosa donde solía recordar su época de la niñez cuando cortaba o entraba leña, acarrear agua, lustrabotas y "chico de los mandados"

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