Era un día de pleno sol, elegido especialmente por el fotógrafo, dado que esta toma fue una de las tantas que ilustraron la revista especial que publicó el desaparecido diario Zona Norte de General Pico (La Pampa), el año 1962.
La misma está tomada sobre la vereda que da a la calle General San Martín, actual Nº 15, en el edificio que por esos años ocupaba la sucursal de Correos y Telecomunicaciones, cuando todavía era Empresa del Estado Nacional.
Dicho edificio había sido de la familia de don Máximo García, adquirido luego por la familia del español don Gaudencio Pablo y alquilado posteriormente al Correo. Está situado en la esquina de la plaza, frente a la Iglesia.
En la segunda fila se observa a Ricardo Hadad que había dejado el puesto de mensajero y cumplía funciones administrativas, a su derecha el amigo Jorge Viglino que por ese año era el Mensajero y al final "Cato" Riela guarda hilos con funciones de auxiliar.
Parado sobre el carro, tracción a sangre, sosteniendo bolsas y cajas está don Salvador Zanín, quien tenía la concesión del servicio de encomiendas, con la cual obtenía ingresos adicionales a su función de lechero. Las recogía en la estación del Ferrocarril del Oeste y luego que eran registradas en la Sucursal del Correo, las distribuía a los destinatarios.
Victorica todavía en ese entonces tenía todas calles de tierra y como había que entregar correspondencia en domicilios de residencias que estaban muy alejados del centro, los carteros utilizaban distintos medios de transporte. Por ejemplo, Rogelio Sosa todavía lo hacía a caballo, con el cual podía ir por la zona de médanos e incluso a las chacras aledañas al pueblo.
Los más jóvenes como Hadad, González y Viglino utilizaban la bicicleta todo terreno de rodado ancho. En cambio Olivares hacía el recorrido del radio céntrico de a pié. Riela tenía que utilizar caballo cuando iba a la zona rural a recorrer y verificar el estado de las líneas del telégrafo.
Vaya esta síntesis para recordar que los carteros debían cumplir sus funciones durante todo el año y por ese motivo sufrir muchas veces las rigurosidades del clima: días ventosos, de mucho calor o de mucho frío. Después de rigurosas heladas en invierno o incluso de nevadas o granizos. También con temperaturas altas y baja presión atmosférica.
La Empresa de Correos les proveía de uniforme como se puede observar, pero ya por esos años, por el déficit de la misma, no era habitual que les repusieran los reglamentarios de invierno y verano. Debiendo por ello a veces utilizar los de invierno cuando ya había llegado el verano. Por eso además se observa a algunos que no tienen puesto uniforme.
Esta ropa incluía también el calzado, que para el cartero era fundamental que fuese cómodo, sobre todo para el que realizaba su tarea de a pié, debiendo realizar largas caminatas por calles y veredas que muchas veces no estaban en condiciones.
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