miércoles, 26 de marzo de 2014

LIBRO SOBRE LAS MUJERES PAMPEANAS


En la tarde de hoy en el recinto de la Sala del Pensamiento de la Cámara de Diputados de la Provincia de La Pampa, se llevó a cabo la presentación del libro "Memorias del Primer Peronismo en La Pampa", cuya autora es María Herminia Di Liscia, licenciada en ciencias políticas, ex Decana de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La Pampa.

La apertura del acto lo realizó la actual Vicegobernadora y Presidenta de la Cámara de Diputados, la profesora Norma Durango no sólo en su calidad de anfitriona, sino además porque el mismo cuenta con el auspicio de esa Legislatura, habiéndose publicado a través de la Universidad Nacional de La Pampa y una Editorial de Buenos Aires.


La profesora Durango destacó la personalidad de la investigadora Di Liscia y el aporte para el tema de Mujer y Género que tiene ahora en esta publicación la presencia y el trabajo en la política de las mujeres pampeanas desde el comienzo en que se sanciona la ley nacional que le otorga los derechos políticos a las mujeres.

Aunque el libro gira alrededor del protagonismo de las mujeres afiliadas al peronismo histórico, también hay testimonios y el análisis de algunos de sus capítulos tienen no sólo la mirada y el juicio de las otras mujeres que no participaron del Partido Peronista Femenino que lideró Evita hasta su muerte en julio de 1952.

Dos referencias que hizo la profesora Di Liscia me hicieron acordar de aquella época. La primera fue cuando mi mamá recibió la Libreta Cívica. Una libreta mucho más pequeña que la de los varones que teníamos nuestra Libreta de Enrolamiento. Ella hizo un comentario como ama de casa y madre de cuatro hijos y embarazada, refiriéndose a este tema desde la perspectiva del nuevo deber y obligación que tenía y no desde el derecho que se le había otorgado. Evidentemente el rol tradicional de la mujer, esposa, madre e hija estaba culturalmente bien arraigado en una pequeña localidad del oeste pampeano.

Mi otro recuerdo fue al momento de mostrarse una foto en la que aparece en la Primer Legislatura Pampeana que funcionaba en la sala del actual Concejo Deliberante de la Municipalidad de Santa Rosa. En primera fila una de las mujeres que aparece es Ahimer Figueroa, maestra de Victorica, que fue una de las seleccionadas por Evita para integrar, junto a otras seis mujeres de distintos pueblos de La Pampa, el tercio de los veintiún diputados.

Ahimer Figueroa era maestra y muy allegada a la Parroquia de Victorica, su cuñado Eladio Rodríguez, fue Intendente de Victorica en esos años, hasta que llegó el golpe de Estado del año 1955. Recuerdo que solía escuchar su nombre en las conversaciones familiares, en mi casa, en la de mis tíos y en la de mis abuelos y además la solía ver con su familia porque en esos años estaban al frente del Hotel "Francés". Ella le consiguió una vacante a mi prima Teresa para que ingresara a la Escuela Hogar de Santa Rosa, donde vino como internada para comenzar la escuela secundaria.

Se mencionó la presencia en la sala de la hija de la primera Senadora Nacional por la Provincia Eva Perón de aquel momento de apellido Novik, oriunda de Doblas. Pudimos conversar con ella que es Investigadora del CONICET y enterarnos que tiene el proyecto de escribir un libro sobre la participación y actuación de su madre en ese periodo, aunque con un enfoque más social que político.

Norma Durango había mencionado a la Diputada Nacional Delia Parodi, nativa de Ingeniero Luiggi, quien fuera muy allegada a Perón y Evita, aunque ella hacía varios años que estaba residiendo en Buenos Aires. Por su parte la Investigadora y autora del libro destacó el importante aporte de la primera Secretaria de la Mujer en nuestra provincia, la ex Diputada Provincial Marta Turín de Llanos, quien estaba presente.

miércoles, 12 de marzo de 2014

DOS ALEMANES EN VICTORICA



PERSONAJES DE ANTAÑO.
            En una toma fotográfica, del año 1946, probablemente para los festejos del cincuentenario de los Salesianos en La Pampa, entre un grupo de colaboradores de la obra de Don Bosco en Victorica (La Pampa), junto al RPS  Juan Nazi y al Dr. Adolfo López Seoane, por entonces intendente municipal, aparece entre varios vecinos, don Luis Schwarz.
            En la memoria de 1951, de la Cooperativa de Electricidad de Victorica, fundada en 1946, que contaba con un motor de tecnología alemana Otto Deutz, se agradece la acertada colaboración de don Luis Schwartz, la que se reconoce en igual dimensión que la prestada durante 1950, era presidente de la misma por esos años don Gregorio Maceda.

            Don Luis era un alemán, probablemente llegado a la Argentina, como tantos otros inmigrantes, huyendo de los preparativos bélicos de la segunda guerra mundial.  De estatura mediana, cabello castaño, cutis cetrino, ojos pardos, nariz aguileña.  Hablaba el castellano con el duro acento de su idioma natal. Vivía frente a la sucursal de Federico Calandri. Cruzando la calle estaba el ex hotel “Francés” de los Cazaux, por aquellos años regenteado por don Marcos Figueroa y su familia. En la otra esquina estaba la casa de don Sebastián Carballo y su familia.

            Aparentemente el inmueble donde estaba la vivienda y el taller, más un automóvil Chevrolet 1938 color azul que conducía don Luis, habrían pertenecido a don Clemente Casadeval  dueño de un campo en la zona.
            Hacia el costado oeste estaba la vivienda de don Pedro y Magdalena Baldi italianos, y hacia el norte, separado por un baldío se encontraba el boliche del judío da nacionalidad alemana don Jonathán Humberto Raiman y unos metros mas allá la carnicería del árabe  Bóles.
El bolichero judío.
             Según Enrique Pereyra, (alias el Negro Jofré), Raiman había llegado a Victorica desde una de las provincias sureñas, era un hombre de cutis rosado fuerte, lampiño totalmente, dado que no tenía, cabellos, cejas, bigotes o barba y no era porque se afeitaba, sino porque directamente no asomaban. El correveidile del pueblo decía que eso era producto de las torturas a las que habría sido sometido en su país de origen.

            De estatura baja, fornido, ojos claros, con manchas en sus manos y brazos y aun en parte de la cara y el cuello, probablemente vestigios de quemaduras, a las que habría sido sometido por sus torturadores. Usaba bufanda o pañuelo y anteojos ahumados permanentemente, aún dentro del local en el que trabajaba.
            Mientras que don Luis era técnico electricista, entendido en radiorreceptores, don Humberto era “bolichero”. Vendía copas al mostrador, pero también tenia una mini despensa, en la que comercializaba, vino suelto que compraba en bordelesas, uva fresca de su propia parra, zapallitos del tronco, cebolla de verdeo y algunos choclos de estación de su quinta en el terreno del fondo, más golosinas, cigarrillos, tabaco y fósforos. También atendía algunos parroquianos que jugaban a las barajas españolas y mientras se divertían tomaban café y bebida blanca,en invierno, caña, cognac o ginebra “Llave” o “Bols” o cerveza y vino en verano.

            Algunos de sus parroquianos diarios eran Paulino Correa, Urbano Sosa, José Jofré, Matos, el que le hacía la quinta, Dorta un mecánico del taller de Roberto Pagella,  “mudo” Carballo,  “Lalo Cisneros”,  “Lalo Sosa”, el carnicero Bóles y el propio Schwarz, quien tomaba allí su primera caña de la mañana.
            El 24 de julio de 1943 un núcleo de vecinos eleva al Consejo Municipal del pueblo un petitorio para el arreglo de la calle gobernador Luque, entre ellos esta la firma de Humberto Raiman.
            Don Luis Schwarz era católico practicante, colaborador de la obra de Don Bosco en Victorica. Probablemente haya llegado allí por indicación de algún cura de los alemanes del Volga que estuvieron en Colonia Barón en la Iglesia San José y en Telén.



En la última fila en el extremo derecho con mano en bolsillo está don Luis Schwarz, al lado de don Roberto Pagella vecinos de la cuadra
 
            En los primeros años de fundación de la Colonia Santa María aparece por el año 1915 cuando se hacen cargo los salesianos, un cura llamado Ludovico Schwartz, primer capellán vicario que conocía el idioma alemán. El año 1937 el RPS Luis Schwartz aparece en Telén, pero aquejado por  enfermedad poco tiempo después se retira de La Pampa.

            En 1940 don Luis Schwarz presenta un presupuesto a la Asociación de Beneficencia para la instalación eléctrica de timbres en el Hospital de Victorica y posteriormente otro  para instalación de agua corriente, fría y caliente, a la cocina nueva. En el membrete de las hojas se lee “Taller Mecánico”, debajo los rubros “Instalaciones de agua corriente” y en el renglón siguiente con letra de imprenta más pequeña y en negrita, “Electricidad y Radio”.

            El alemán y el judío-alemán, sostenían una amable vecindad, pero cuando el alcohol desinhibía y aflojaba la lengua, el pensamiento nacionalista duro de don Luis herían la sensibilidad del hosco y huraño Raiman.  Ambos eran inmigrantes, sin familia constituida en Victorica.. Schwartz era cliente del Hotel Figueroa, mientras que Raiman comía en su propia casa. Ambos eran clientes de la lavandera y planchadora doña Jacinta Gil viuda de Nuñez, que vivía en un rancho en la esquina, frente a lo del italiano Cesanelli y de Germán Funes uno de los porteros de la escuela 7.
            Enrique Pereyra recuerda que Schwartz usaba un cinto con una gruesa hebilla en la que había inscriptas tres palabras en alemán. Vestía chaquetilla de mecánico con varios bolsillos, botines y sombrero de paño.

            Teresa Spadini, junto a Mary Balbi cuando niñas, se quedaban absortas frente a la puerta o la ventana del local de Raiman, mirando los grandes cuadros con hermosas reproducciones de ángeles de bellísimos rostros y alas blancas recortadas sobre un firmamento celestial.
El radiotécnico.
Por esos años iniciales de la década del 50 la Cooperativa extiende el radio y el horario de prestación del servicio eléctrico. Asimismo la mejora general de los salarios permite que las familias de los trabajadores puedan acceder a los electrodomésticos y sobre todo al radiorreceptor. La radio era el aparato más preciado por toda la familia porque a ella nos apegábamos todos, en distintos horarios. Los niños, para escuchar Tarzán o Sandokán el Tigre de la Malasia, las abuelas, las madres y las tías para escuchar el radioteatro “Los Pérez García”, nuestros padres los programas de tango como “El Glostora Tango Club”, los de humor como “La Revista dislocada” y el deporte, fundamentalmente el fútbol, el box y el turismo de carretera.

            Por aquellos años, las familias más pobres tenían radios que alimentaban con una batería que era necesario hacer recargar. Uno de los lugares donde se recargaban era justamente la Cooperativa. Mi padre había preparado un esqueleto de carretilla en la cual a mí me tocaba transportar el acumulador. Allí lo solía ver a don Luis compartiendo el trabajo junto al español Maragoñas, mientras preparaban la parrilla para el asado de la guardia nocturna.
            Me solía llamar la atención ver, por la  vidriera de su local, a don Luis con grandes auriculares, arreglando aparatos de radio, mientras trataba de sintonizar en onda corta el programa de su preferencia.

            El amigo Cacho Peralta recuerda una discusión con  “Titoro” Jiménez, quien ofuscado le recriminaba a Schwartz en duros términos su demora en entregarle el radiorreceptor, que hacía varias semanas aguardaba en la pila. “Titoro” profería ya agravios de subido tono como “viejo atorrante, sinvergüenza” a lo que don Luis solo contestaba con su silencio, mientras Jiménez ya montado en cólera le expresa “Viejo borracho, prostituto”, ante lo cual don Luis, ya duro de oido y turbado por la discusión quiebra su silencio y le desmiente en voz alta: “Un momentito, puto no, puto no.!!”

            El Dr. Simón Sigalevich, un ucraniano, quien fuera director del Hospital desde 1956 en adelante, contrata a don Luis Schwartz para que colabore con el Alemán   Juan Kasper y el coterráneo Dailoff en el mantenimiento del motor y las instalaciones eléctricas.
La madre de todas las caídas.
            La soledad y el desarraigo, lo llevaron sus últimos años a refugiarse en la bebida. Recuerdo que solía aparecer por la cantina del club Social donde trabajé desde 1958 a 1962. En verano tomaba cerveza o cinzano con fernet y en invierno café negro sin azúcar acompañado de dos o tres copas de ginebra o coñac.
            Pero al club Social llegaba alrededor de la una de la mañana, después de haber pasado por el boliche de Jofré, el de “La Pobrecita”“La Posta” de Valentín Ramos, la cantina del club Cochicó por esos años regenteada por Jorge Moisés y a veces por la confitería del “Gato” Lamónica. Cuando escuchaba sus pasos vacilantes en el piso de madera, le encendía la luz para que no se llevara por delante la enorme villa, que estaba colocada a la entrada.

            El alumbrado publico por aquellos años se cortaba justamente a la una de la mañana. De modo que en noches oscuras y con varias copas encima, don Luis caminaba intuitivamente, dado que ese trayecto lo hizo durante varios años.
            Todo fue normal hasta que un grupo de vecinos de Victorica, a principios de la década del 60 se les ocurre donarle al municipio un monumento a la madre, el que es colocado en el centro del camino que comienza en la esquina de la Iglesia. El cura Eugenio Rolhaiser un descendiente de los alemanes del Volga la bendice, ante la presencia de la banda que dirige Mecca, rodeada de vecinos y autoridades.

            Una noche, don Luis venia mascullando sus cuitas, rumbo al club Social, el alumbrado ya se había cortado después que bajó los escalones del club Cochicó. Calculó los pasos que tenía que dar para subir los escalones de la plaza y se aprestó a continuar caminando. Pero se llevó por delante el monumento a la madre que su mente no tenía registrado y la noche oscura y sin alumbrado no le permitieron visualizar. “La madre que los parió, ¿quien carajo puso esto acá?!!”, contaba el "Negro" Di Dio que habría expresado don Luis, indignado por haber sufrido una caída inesperada a raíz de la cual se rompió la nariz.

            En 1960 don Luis ya tiene competencia instalada en el pueblo, porque Benjamín Berrio ha puesto desde hace unos años su propio taller de reparación de radio. Cuando nos reuníamos con el “flaco” Etcheverry“Toto” Becerra a cenar en lo de Figueroa nos encontrábamos con don Luis que era cliente del hotel. En el vecindario se había corrido la voz, no sabemos si estaba magnificada por el temor de algunas dueñas de casa o de las niñas que tenían hermosos mininos, que a don Luis le gustaban los gatos al asador.
            En tanto al judío Raiman también le aparece competencia,  del “Toto”  Álvarez, quien abrió boliche frente al taller de Pagella, el propio Matos su quintero, también ha hecho lo mismo.

A la derecha, el cuarto hombre, de sobretodo es don Luis Schwarz. A la izquierda del Obispo se encuentra el fotógrago Rex Murad, conocido como "Turco" Prado y entre ambos detrás el Párroco RPS Juan Nazzi



La gente ha podido acceder a heladera propia para su hogar, de modo que la venta de bebida fría  disminuiyó, lo mismo que la de barras de hielo que compraba en lo de Rochereul y mantenía en el sótano para ir fraccionando y revender en trozos. Por otro lado las verduras y hortalizas como las frutas no solo las venden a domicilio el “Gallego” Urmente, sino también Pedro Piccolomini, además que la mejora de los caminos permite la llegada periódica de camiones con fruta, papa, ajo y cebolla desde las provincias vecinas. Ya sus años casi no le permiten subir a la escalera para atar cada racimo de la parra y colocarle la bolsa de papel madera para defenderlos de los pájaros y menos hincarse en la tierra para sembrar ajos o zanahorias.

El progreso y los años a ambos les van restando capacidad laboral a la par que comienza a deteriorarse su salud. El cigarrillo y el alcohol hacen el resto. Don Luis Schwartz es suplantado en la Cooperativa por el más chico de los Kasper, en tanto que el otro hermano Felipe Kasper que trabajaba en lo de Calandri, terminó comprándole la propiedad en la que estaba no solo el taller de radios sino tambien la fosa del taller mecánico y su vivienda. Lo que fue la vivienda y comercio de Raiman fue demolido y sobre el terreno se construyó años después una vivienda familiar.

            Raiman falleció en septiembre de 1961, el diagnostico de Simón Sigalevich fue tumor de laringe. El acta de defunción lo consigna como de nacionalidad alemana, con sesenta y un años de edad, soltero y comerciante.
            No se consigna documento de identidad alguno ni dato de filiación sobre sus padres. Curiosamente aparece como declarante de la muerte don Aloisio Schwarz, soltero, domiciliado en Victorica de cincuenta y nueve años, quien dice ser amigo del fallecido.

            Alcanzó a conocer la noticia de la captura en la Argentina de Adolf Eichmann en mayo de 1960, el mayor exterminador de judíos en la Alemania nazi. Seguramente Raiman recordaba algunos crímenes horrendos del holocausto, por eso era que no podía tolerar ni en broma que alguien lo denigrara con anécdotas entre alemanes y judíos.
            Cierta vez don José Jofré que era uno de sus pocos amigos, lo invitó a comer un asado, al que asistió Raiman. Luego de degustar el mismo y ya en la sobremesa uno de los invitados con unas copas de más lo agredió por su condición de judío, manifestándose de acuerdo con la política de Hitler. Eso bastó para que nunca más Raiman aceptara otra invitación a la casa de su amigo que también tenia boliche en la zona de la estación del ferrocarril. 

            Su vecino y connacional Schwartz lo sobrevivió más de una década. Alguien le había otorgado una pensión para que pudiese sobrevivir sus últimos años. Tampoco hay datos sobre filiación, ni documento de identidad alguno y menos causa de la muerte de don Luis que ocurrió un mes de mayo de 1972, la que es declarada por un empleado municipal.


viernes, 7 de marzo de 2014

LAS MUJERES EN VICTORICA

Como estamos en la semana que se conmemora el Día de la Mujer, me voy a referir a algunas de las que tuvieron participación, fuera del hogar, en el primer pueblo de La Pampa. Digo fuera del hogar, porque salvo ciertas excepciones en los finales del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX, la mujer no trabajaba fuera del hogar y tenía muy escasa participación en las actividades sociales y culturales.

Me refiero a Victorica, situada en el departamento Loventúe, en el noroeste del entonces Territorio Nacional de La Pampa Central. Como se sabe este fue el primer pueblo fundado por las tropas del Ejército Nacional, luego que la línea de frontera se corriera de la provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba, San Luis y Mendoza hacia estas tierras.

El collage está integrado por fotografías de algunos momentos en los que participaron un grupo de mujeres en aquella sociedad machista, en esa comunidad de frontera, a la que el ferrocarril recién llegó a mediados del año 1908, con predominancia las primeras décadas de hombres.

La primera fotografía de tamaño grande es del año 1904, está tomada delante de la parroquia de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced. Hay que recordar que el edificio de la Iglesia fue construido por mano de obra aportada por miembros del Ejército y con la colaboración pecuniaria de la comunidad. A la Iglesia iban fundamentalmente las mujeres, algunas a misa diaria y otras los fines de semana. Allí integraban cofradías y distintas comisiones religiosas, participaban en el coro, eran madrinas y otros roles eclesiásticos.

La segunda fotografía arriba pertenece a las "Damas de Beneficencia" cuya Comisión Directiva se había elegido en la asamblea general ordinaria del mes de marzo del año 1913. Esta Institución como se observa estuvo integrado exclusivamente por mujeres, aunque actuaron hombres como asesores y también como aportantes de recursos económicos. Estaba dedicada a colaborar con las familias pobres, con las personas indigentes, con los ancianos solos y con los niños desnutridos o enfermos. En la década de 1920 colocó la piedra fundamental de la Sala de Primeros Auxilios, el antecedente del actual Hospital Regional.
En la tercera fotografía se observan a los maestros y maestras de las escuelas de niñas y varones que existían en la década de 1920 en los pueblos del Departamento Loventué, oficio que hasta ese momento estaba distribuido y a cargo mayoritariamente por hombres, pero que al poco tiempo el sexo masculino iría dejando ese ámbito a las mujeres. En las clases de actividades prácticas las niñas aprendían a coser, a tejer, a bordar, a cocinar y otras actividades relacionadas con el hogar, porque la misión social era ese ámbito fundamentalmente.

Obviamente en las fotos aparecen las mujeres que eran esposas o hijas de familias de clase media y fundamentalmente de la pequeña burguesía terrateniente y comercial del lugar. Como se puede observar eran épocas de los vestidos de escotes cerrados, mangas largas, polleras hasta el tobillo.

Es que a la Iglesia, según las normas de la época no se podía entrar de otra manera, dado que esto era visto como pecaminoso y en la escuela, que era la prolongación del hogar, era donde la mujer debía comportarse como segunda mamá y además la educación estaba separada por sexos, para reforzar los roles, evitar los tempranos deseos de la juventud.

En la foto de la esquina también de la década de 1920 al final de la misma se observa a un grupo de empleados del Almacén de Ramos Generales de la firma J.Llorens, J. Antich y Cía. entre los cuales hay dos o tres mujeres, las que eran empleadas para la Sección Tienda en el sector de artículos femeninos y también para la administración.

La foto siguiente es del año 1938 y está tomada en el salón de actos de la Municipalidad, en ocasión de festejarse los primeros quince años del Club Sportivo Cochicó, que le dio espacio a algunas mujeres en el deporte muy selectivo en aquel momento como era el tenis. Por supuesto que integraban la Subcomisión de damas que colaboraban en las romerías, los carnavales y la preparación de los bailes para las fiestas patrias.

La última fotografía es del año 1949, todavía La Pampa era Territorio Nacional y todavía la mujer no tenía derechos políticos, dado que no podía ejercer el voto, ni ser elegida, algo que recién podrá disfrutar a partir de la sanción de la ley que votó el Congreso durante el primer gobierno de Juan D. Perón y con la presencia de esa mujer que se ocupó porque se hiciesen realidad no sólo la autonomía de La Pampa y los plenos derechos políticos de la mujer argentina, sino también de muchas necesidades concretas de las mujeres maltratadas, desconsideradas y en muchos casos explotadas en trabajos inhumanos.

Esa mujer se llamó Eva Duarte de Perón, quien por su obra ha trascendido internacionalmente como Evita.

sábado, 1 de marzo de 2014

ANIVERSARIO DE REALICO

El pueblo que lleva por nombre Realicó, está situado al norte del departamento que lleva el mismo nombre, en la provincia de La Pampa, muy cerca del límite con la provincia de Córdoba.
Fue fundado por el señor Tomás Leopoldo Mullally, descendiente de familia irlandesa, que provenía de la provincia de Buenos Aires y que había heredado un campo en esa zona.

El Ferrocarril atravesó con sus vías esas tierras antes que se produjese el acto de la creación un 2 de marzo del año 1907. La llegada de este moderno medio de transporte a la región del norte pampeano, la comunicaba con el puerto de Buenos Aires, valorizando enormemente las tierras, circunstancia que llevó a Mullally a tomar la decisión de generar un pueblo alrededor de la estación.
El loteo de las tierras dio sus frutos y alrededor de nueve meses después el lugar ya contaba con unas 120 casas y ocho hornos de fabricación de ladrillos que producían alrededor de 300 ladrillos por mes. Se estimó la población viviendo en ésa época en una cifra alrededor de 800 personas aproximadamente.

Al año siguiente se crea la escuela primaria a la que el Consejo Nacional de Educación le asigna el Nº 34, designando a la maestra Evangelina Vargas Ferreira como directora organizadora de la misma.
Entre los primeros comercios que abrieron sus puertas al público y dedicados a los "ramos generales" ae recuerdan a los de Salazar y Sanchez, "El Progreso", la farmacia a cargo del señor Maggi, la peluquería y perfumería de la señora Bartola Devalle y dos hoteles, "El Imperial" de Sebastián Gandini y el "Centenario" de Teodoro Ferreyra.

"El Hotel se llamó en un principio Hotel Imperial, pero después de la guerra del 14 y del triunfo de los aliados entre los que se encontraba Italia, se le cambió el nombre por el de Hotel Victoria". El propietario de este histórico hotel fue el señor Sebastián José Gandini, de nacionalidad italiana, quien al poco tiempo de la fundación adquirió terrenos donde construirá el sueño de su vida. "Trajo el personal de Buenos Aires, especialmente el de cocina y comedor". Como en un principio no había luz eléctrica, "instaló luz de gas en el salón comedor." Además se preocupó por el amoblamiento y los cubiertos, para lo cual "trajo de Italia un juego de cubiertos de plata para la cabecera de los banquetes,...,grabado con el sello del hotel. La mantelería era de alemanesco de hilo".
Esta actividad agropecuaria, comercial y una incipiente industria local, llevaron al Banco de la Nación Argentina a instalar una sucursal el año 1909 en la joven Realicó, que ya contaba con una Comisaría Departamental para la vigilancia de las propiedades y las personas. 

El año del Primer Centenario de nuestro país, Argentina, en Realicó el día 1º de mayo de aquel año 1910 se registra la fundación de la Biblioteca Popular a la que se bautiza con el nombre "Presidente Avellaneda". Fue su primer presidente don Víctor Machado y lo acompañaron como vocales los señores Antonio Acosta Pereira, que había acompañado a Mullaly en la fundación del pueblo y don Sixto Gil. Se desempeñó como Secretario y primer Bibliotecario el italiano Ludovico Brudaglio, que aportó su experiencia de la Biblioteca "Bartolomé Mitre" de Victorica, donde colaboró durante algunos años.

Una de las primeras disposiciones de la Comisión Directiva, basado en la idea de don Acosta Pereira, fue designar tres Directores Honorarios, recayendo dicha distinción en la personas de los señores Marco Avellaneda (hijo del ex Presidente), Mariano Arancibia, Inspector General de Escuelas y el propio Tomás Mullally, fundador del pueblo y presidente del Concejo Municipal.

Alrededor de 1913/14 el pueblo ya cuenta con otro adelanto tecnológico importante para la época, me refiero al teléfono un servicio local que permitía a algunas familias de alto nivel social contar con el mismo.
Cuando se arriba a la primera década de la creación del pueblo, sus calles y algunos domicilios ya tienen acceso a la electricidad, otro instrumento del progreso con el que se atendió el alumbrado público en las calles céntricas.
La incipiente actividad industrial de la década de 1920, tendrá un gran impulso en la década de 1930 con la instalación de un Molino Harinero. Ya casi al culminar la fatídica década de los "años malos" de las sequías, los vientos, la langosta y la ceniza volcánica, renace la esperanza para los agricultores de la zona.

"Hijo y nieto de molineros, Don Emilio W. Werner nació en Rosario (Pcia. de Santa Fe) el 11 de septiembre de 1894, donde sus padres, Emilio Ricardo Werner y María Teresa Wiswebe, tenían formado su hogar. Al lado de su padre, trabajando desde los 18 años se formó este industrial, quien integró hasta 1935 en calidad de director general y gerente general firma S.A. Molinos Fénix, de su ciudad natal, habiéndose desvinculado de la misma para abocarse al proyecto de su molino propio, eligiendo como punto de radicación la localidad de Realicó, por ser centro de una importante zona triguera y, fundamentalmente por el estratégico nudo ferroviario que le permitiría sacar fluídamente la producción hacia cualquier punto del país, por vía férrea."

"Al arribar a Realicó en 1937, era ya casado con Luisa Schmidt, y padre de 4 hijos; Emilio, Luisa, Rodolfo y Federico. Con sólo 42 años y una severa disciplina al mejor estilo alemán, fue viendo crecer su sueño de ladrillo y cemento. Así pone en funcionamiento el Molino Harinero el 30 de octubre de 1938 y adquirió en 1945 las instalaciones de los Molinos Bancalari, de la ciudad de Santa Rosa, que convenientemente modernizado y ampliado entra en producción."

"Cuando comenzó a funcionar, en 1938, el molino solo contaba con un grupo de 4 silos para el almacenamiento del trigo, cuya capacidad era de 2.100 tt. Realicó, durante 1938, vio renacer dos esperanzas. A las copiosas lluvias que ese año como un regalo del cielo volvieron, se le sumaba la esperanza de una fábrica como la principal fuente de trabajo después del ferrocarril, ya que muchos jóvenes realiquenses y de la zona que, sin la posibilidad de continuar estudios veían en el trabajo la probabilidad de un progreso personal."

"En el año 1947, Don Emilio W. Werner, extiendo su radio de acción al integrar la dirección del Molino de Villa del Rosario, en la pcia. de Córdoba, que en el año 1950 inaugura un modernísimo molino que está dotado de los últimos adelantos técnicos en la materia. Recién diez años después, el 30 de agosto de 1948, la empresa Kobusch, Vogel y Cía. comenzó la construcción de otros 4 silos que le permitieron llegar a una capacidad de almacenaje de 4.637 tt. de cereal."
"En sus comienzos el Molino producía unas 620 bolsas diarias de harina de excelente calidad, cuya marca de comercio -en honor al pueblo -había sido registrada Realicó 000-. Sucesivas reformas lo han llevado a duplicar su producción obteniendo alrededor del año 1963, para sus Bodas de Brillante, más de 290.000 bolsas anuales. En el lapso de estos años, contando desde su inauguración, a la original producción de harina y sus naturales residuos de trigo, se han adicionado harinas leudantes Toay, polvo de hornear Mejoralín, alimento para niños Toaycita, postres semolados Toaylindo y gérmenes de trigo estabilizados Rucanelo."

"La mayor cantidad de estos subproductos eran absorbidos por las zonas de: San Juan, Mendoza, San Luis, Córdoba, La Pampa y Buenos Aires. En los últimos (años) de la administración Werner llegó a comercializar el producto en las pcias. del norte, e incluso en Bolivia. El trigo venía directamente de las chacras en una sucesión de las conocidas chatas rusas, que emprendían diariamente el viaje con su carga al molino, siendo las mismas tiradas por caballos."

"En el año 1970, al fallecer don Emilio Werner el molino quedó en manos de sus hijos..." Por supuesto que hubo muchos cambios entre los cuales vale destacar los del ámbito del trabajo y del transporte. "El trabajo manual realizado antes por 150 hombres (años de apogeo del Molino Werner, década del 60 al 70) es hoy realizado por 40 personas en forma estable que se distribuyen entre las tareas administrativas, de producción y de mantenimiento. Hoy en día se cargan aproximadamente 10 camiones por día, ya que estos suplantaron al ferrocarril como medio de transporte..."

BIBLIOGRAFIA CONSULTADA
"Centenario de Realicó. Cien años, cien historias. 1907 2 de Marzo 2007. Editado por la Municipalidad de Realicó. Ediciones Pitanguá, Santa Rosa, La Pampa, Argentina. Primera Edición 2007.
Fotografías: Fototeca "Bernardo Graff" y de la WEB

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