El día 6 de diciembre del presente año 2013 llevamos a cabo en el Salón de Actos de la Municipalidad de Victorica, del descubrimiento de una placa de agradecimiento, por haber permitido que allí funcionara los primeros años la Escuela Provincial de Comercio "Félix Romero".
El señor Intendente Hugo Kenny, también ex alumno de dicha Escuela, decidió adherir al homenaje agregando otra placa con nuestros nombres, gesto que agradecemos.
También agradecemos a Genobeba Crova, Celia Porras, Irma Poggi y Gladys Guaycochea que nos acompañaron en el acto y posterior brindis. También agradecemos a la hija de Susana Medina y la hermana de Ernesto Raful, que nos acompañaron gentilmente en representación de sus familiares.
"Estamos hoy aquí, en este lugar tan
especial para nosotros, con la finalidad de hacer memoria, evocar recuerdos y
agradecer a muchas personas e Instituciones, que trabajaron, colaboraron,
participaron y cooperaron para que un grupo de jóvenes de la década de 1950
pudiésemos tener la posibilidad de acceder a la educación secundaria.
En primer lugar vamos a invocar la
bendición de nuestro Señor, que nos ha permitido asistir a esta ceremonia.
En segundo término diremos que hoy
estamos presente algunos de aquellos primeros seis egresados con el titulo de
Perito Mercantil, de nuestra querida Escuela Provincial de Comercio Félix
Romero.
Permítannos evocar el
espíritu de nuestros compañeros que ya han partido, me refiero a Susana Beatríz
Medina, quien fue abanderada de la Escuela y a Ernesto Elías Raful, que después
fue profesor de la misma, igual que Susana.
Allá por el mes de abril del año 1959
comenzábamos las clases en este Salón, cedido por la Municipalidad, amoblado
con bancos y mesas prestados por la Escuela Nº 7 y con el piano prestado por el
Club Social. Ese mismo año comenzaban también las clases en la Universidad
Provincial de La Pampa.
En el patio se construyó el mástil donde
diariamente izamos la bandera. Allí se llevó a cabo el 1º de abril el acto
inaugural, haciendo uso de la palabra el señor Presidente de la Asociación
Propietaria el señor Ángel Silvestre Villegas, a la sazón gerente del Banco de
la Nación, seguidamente usó de la palabra la entonces Directora señora de Ares
y cerró el acto el delegado del gobierno don Armando Forteza.
La Rectora Organizadora fue la Directora
de la Escuela Nº 7 doña María Fredesbinda Bustos Bazán de Ares, quien junto a
todos los profesores, secretaria, preceptora y personal no docente nos ayudaron
a culminar ese primer año que fue para muchos, por distintos motivos, una
prueba sobre todo de la voluntad, que cada uno teníamos, de esforzarnos para
continuar estudiando.
Por eso nuestro agradecimiento a estas
personas, muchas de las cuales trabajaron sin cobrar salario docente alguno,
algo digno de destacar.
Cuando llegó el segundo año el salón se
dividió por un tabique y nosotros funcionamos en el aula más chica, la del
fondo. Hubo cambios en el personal docente y directivo, nuestra segunda
Directora, después que renunciara doña Mecha para continuar su carrera como
Inspectora de Zona, en marzo de 1962 pasó a ser María Nélida S. de de la Torre,
que se había incorporado a la vida cultural y educativa del Victorica de
entonces.
En
tercer año se recurrió a habilitar lo que había sido el local del archivo de la
Municipalidad, contiguo al grupo de sanitarios. Era un pequeño local largo y
estrecho donde cabíamos apretados los 14 alumnos que íbamos quedando, de
aquellos 28 que habíamos comenzado. Es que varias compañeras fueron a estudiar
magisterio, otros cambiaron de domicilio, algunos otros se desgranaron.
El año 1961 salió la ley que
provincializó al Instituto Félix Romero y lo convirtió en la Escuela Provincial
de Comercio. Recuerdo que Celia Santamarina nos llevó a la casa del entonces
diputado Alberto Gesualdi a agradecerle como autor del proyecto de ley que
permitió sentar las bases definitivas y consolidar el esfuerzo de toda una
comunidad.
Cuando llegó el momento del cuarto año,
el lugar que se utilizó como aula, fue el salón de la Biblioteca “Bartolomé
Mitre”, otra entidad que cooperó para albergarnos, a la que también agradecemos
esa predisposición. Cuando me refiero a las Entidades y Organizaciones
obviamente que estoy evocando a las personas que las dirigían, entre ellas doña
Mecha, con quien participamos junto a unos pocos compañeros de un petit Salón
Literario por las noches, con ella, el Reverendo Pedro Marano, el profesor
Mirkin.
Y cuando llegó el último año tan sólo
quedamos seis. El acto de colación de grado y entrega de certificado se realizó
en el patio. En mi caso particular no estuvieron mis padres, porque ya se
habían ido a radicar a Santa Rosa, porque ya sabían que ese era mi próximo
destino, dada la decisión de continuar en la Universidad que le había comentado
a mi madre.
La organización de nuestra despedida
estuvo a cargo de los compañeros de 4º año, a quienes queremos agradecerles
sumamente ese gesto y la alegría que disfrutamos juntos esa última semana.
Recuerdo que nos llevaron en andas desde este lugar por la calle 15 hasta el
taller de Pagella y nos trajeron por la calle 17 desde nuevo hasta aquí.
El baile de egresados se llevó a cabo en
el Salón del Club Cochicó, otras de las Instituciones que nos albergó en las
clases de educación física, en los ensayos del Coro y en las fiestas. Es por
eso que también agradecemos a esta Entidad que este año ha cumplido sus 90 años
de vida.
Alguien ha dicho que el agradecimiento
tiene origen en los recuerdos del corazón, es por eso que agradecemos
profundamente a todos los que hoy nos están acompañando en este acto de
colocación de esta placa que vamos a descubrir en instantes, en particular y
muy especialmente a quienes fueron nuestras profesoras y profesores, secretarias
y preceptoras.
¿Y porqué ponemos esta placa aquí, además
de querer expresar en ella nuestro agradecimiento a la Municipalidad? Porque para nosotros aquel fin de curso lo tenemos
registrado en este salón donde se realizó la cena con los familiares, los
miembros de la Asociación Cooperadora y los profesores. Aquí han quedado el
sonido de nuestros pasos, el eco de nuestras voces y las risas juveniles.
Permítanme agregar ahora algunos
recuerdos personales. La educación que recibimos en nuestra Escuela, nos fue
muy útil. Lo pude comprobar cuando ingresé al primer año de la Facultad de
Ciencias Económicas. La disciplina que habíamos adquirido, los valores que nos
habían inculcado, los conocimientos que nos habían transmitido, las actitudes
en las que fuimos formados me permitieron estar a la misma altura de los
egresados de las escuelas de la capital y de otras provincias con los que me
encontré.
La Doctora de la Torre me había
confeccionado una carta para el Rector de la Universidad, quien me recibió y
luego accedí a una beca de estudios. Muchas Gracias Nelita, no olvidaré jamás
esos gestos que tuvo conmigo y todos sus alumnos.
También quiero recordar al abuelo Luis
Cesanelli que era mi tutor y al evocarlo es para mí una gran emoción porque
este salón, al igual que el de la Biblioteca y del Club Cochicó fueron construidos
por él y la gente de su empresa.
Quienes me han precedido en el uso de la
palabra ya han hecho mención a otros aspectos fundamentales, que no voy a
reiterar, pero deseo agregar un agradecimiento más a tres personas que fueron
para mí regreso a Victorica, después de recibirme en la Universidad, de gran
ayuda, las tres muy estrechamente vinculadas a la creación de la Escuela. Ellas
fueron don Orlando Martín, don Domingo Frois Regis y la entonces Directora de
la Escuela Nelita Suarez de de la Torre, que me recibieron amablemente, me
apoyaron con trabajo profesional y me ayudaron a reinsertarme en esta
comunidad.
Y para culminar quiero recordar que
nuestro título está firmado por la Rectora de la Torre y como secretaria Carmen
Falabella y que en el acto que se hizo en el patio de esta Municipalidad hace
cincuenta años en mi caso recibí el mismo de manos de doña Lucita Kenny y un
obsequio de don Abraham Nicolás que era por aquellos años el Presidente del
Club Cochicó.
Muchísimas gracias a todos, han sido
ustedes muy amables en acompañarnos!" (Luis Ernesto Roldán)
Leído en Victorica (La
Pampa) el 6 de diciembre de 2013
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