viernes, 30 de diciembre de 2011

LOS SASTRES DE VICTORICA

En la Guía de Miguel de Fougéres, (maestro francés) con datos de 1905, se inscribió como sastre en Victorica, al italiano “Tito” Biggi, quien también figura como subdirector de la Banda de Música.


Después de 1908 con la llegada del tren desde Capital Federal a Telén, las grandes casas como Gath y Chaves, Harrods, La Piedad, La Mondiale y similares, que enviaban a través del correo, las revistas y folletos con ofertas de temporada de todo tipo de prendas ya confeccionadas, vieron facilitadas sus ventas.

Los últimos sastres radicados en Victorica con taller de confección de ropa a medida, salón de ventas y exposición, fueron Francisco Garzaniti, al frente de su sastrería “Arbiter”, cortador diplomado y con un extenso surtido de casimires “de la mejor procedencia para satisfacer los gustos más exigentes y como siempre a los precios más bajos”, según publicitaba en 1944 y José Martinowski, un inmigrante polaco que junto con José Álvarez, según Delmiro Viglino, eran los dos únicos anarquistas del pueblo hasta la década del 50.






1.- Ubicación y personal


El italiano Garzaniti tenía su local contiguo a la Farmacia “Del Pueblo” de Domingo Frois Regis, (frente a la escuela nacional Nº 7) mientras que Martinowski estaba instalado frente a la plaza, al lado de la panadería de Andrés Figueiro.

Tenían algunos ayudantes y aprendices, generalmente mujeres, por ejemplo Martinowski había contratado a Susana Jofré y a las hermanas Marini, (Sara y Mercedes) más un aprendiz varón (“Negro” Platino) que luego fue sastre en Córdoba.

Garzaniti por su parte contó con el trabajo de Juan Orlando “Quico” Muñóz, “Cholo” Galván, de Susana Jofré y de Selva Cesanelli.

Estos hacían las tareas repetitivas como ojalar, hilvanar, coser, planchar, pegar botones, broches, cierres, et., hasta que aprendían a cortar piezas sencillas.

Pararse a mirar los maniquís o el trabajo de los sastres cuando cortaban la tela con la aplicación de moldes de papel era una diversión para los más chicos.

Ver a hombres empuñando la aguja o la máquina de coser, con el alfiletero de puño calzado y el centímetro colgado alrededor del cuello, llamaba la atención.

2.- Biografía

Francisco Garzaniti llegó a la Argentina el año 1926, durante la presidencia de Torcuato de Alvear, procedente desde Guardavalle, provincia de Catanzaro, Italia. Viajó sólo, atraído por las noticias de su amigo Domingo Lorente, que era del mismo pueblo y que estaba instalado en Santa Rosa, capital de La Pampa, con un taller de sastrería.

Trabajó con él un tiempo y luego se fue a Buenos Aires a estudiar el arte de Sastrería en las Escuelas “Arbiter”. Después de finalizado el curso y con su diploma en mano volvió a Santa Rosa, con la intención de ingresar a la Policía, para lo cual decidió nacionalizarse.

Como esta perspectiva no prosperó, decidió irse el año 1935 a instalar en Victorica, donde no había sastre.

Al poco tiempo y por esas casualidades del destino, cierta vez el Médico Simón Sigalevich, (ucraniano) invita a Francisco si lo quiere acompañar a Rucanelo, (pequeño pueblo entre Victorica y Eduardo Castex) donde tiene que atender una paciente.

Es en esa circunstancia que conoce a quien luego sería su esposa, María Oliveri, hija de Antonia Olivieri. El primer hijo a quien bautizaron con el nombre de Alfredo llegó el año 1938. Después arribó Marcelo y por último el matrimonio dio a luz a la niña a quien bautizaron con el nombre de su madre, María.






El abuelo de los Garzaniti por parte de madre, Diego Oliveri, llegó a La Pampa en 1905, junto con un hermano Natalio, fue uno de los tantos italianos que contrataron los ingleses para el tendido de los rieles, la construcción de las estaciones y los galpones. Se instaló en General Pico, probablemente haya compartido con otros italianos que llegaron a la zona y fueron contratados también para la Empresa Ferroviaria (Ferrocarril Oeste) como Luiggi Cesanelli, Carmelo Lamónica, Isidro Condotta o Teodoro Leyton.


Después arrendó un campo en las inmediaciones de Rucanelo y lo trabajaron junto con su hermano.

Los Garzaniti, dejan Victorica el 10 de abril del año 1958, luego del incendio de la Farmacia de Frois, que los afectó como linderos. Se radicaron en La Plata (Provincia de Buenos Aires) donde sus hijos menores continuaron estudiando el nivel secundario.

Por su parte José Martinowski hizo el servicio militar en 1930 en su país. Había nacido en octubre de 1910 en el pueblo de Slawentyn (Polonia). Cuando intuyó que se avecinaba la segunda Guerra Mundial, comenzó los trámites para emigrar a la Argentina donde ya se encontraba instalado uno de sus hermanos.

José llegó en noviembre de 1936, cuando La Pampa está atravesando los peores años de la década dramática de las cenizas, los vientos y las sequías.

Conocerá entonces a Máximo Onischuck, (Santa Rosa) quien tenía sastrería –con una cartera de clientes importantes- en la época de la confección a medida para las clases medias y altas.

A fines de 1939, cuando Europa ya estaba envuelta en la II Guerra Mundial, su amigo Corchón lo invitó al casamiento de Naumchuck en Winifreda. En esa fiesta José conoce a la joven Alejandra Tijovich de la Colonia “La Espiga de Oro”, a quien cortejó durante seis meses, haciendo el trayecto todos los fines de semana en bicicleta, luchando con el clima, el cansancio y las lomas. A principios de abril de 1940 deciden casarse.

Es nuevamente su amigo Corchón quien lo pone en contacto con Victorica en los primeros años de la década de 1940. En un viaje en automóvil descubrió toda la belleza del noroeste de La Pampa.

En Victorica, Martinowsky quedó deslumbrado con algunas pequeñas quintas y huertas caseras que aún quedaban, de las que a fines del siglo XIX y primeros años del XX supieron dar renombre a viñedos y vinos caseros, como los italianos Mazzuco, Imbelloni, los Falabella, los Marzano y los Vittanza, los españoles García, Urmente, Aguiar y Maldonado.



A José le hacen degustar uvas, sandías melones, choclos y zapallos que estimulan los recuerdos familiares.


Es tanto el entusiasmo de José, que al regreso le describe a su esposa un Victorica como un verdadero vergel y le propone trasladarse a vivir allí, donde la gente le ha parecido también abierta y hospitalaria.

Al poco tiempo alquilan la casa de Santa Rosa y hacen lo propio con una vivienda frente a la plaza Héroes de Cochicó en Victorica, la que transformarán en su hogar y taller de sastrería. En el terreno del fondo, que se toca con los de Imbelloni, José instala la huerta, el gallinero y una conejera.

Allí nació su hija única Alejandra “Chichita”. Lo sorprendió la muerte en 1958, cuando presidía el Club Independiente que había promovido como fundador.

Curiosamente el mismo año y con diferencia de pocos meses Victorica se queda sin sastre. Uno emigra y el otro fallece a los pocos meses.

Después cuando a principios de la década de 1960 Ricardo Guzmán, casado con Dora Gesualdi, instaló su negocio de venta de ropa que era una sucursal de Ñaró Suixtil y sus famosas 290 medidas, el trabajo se hizo mucho más escaso y fue languideciendo hasta desaparecer. La confección industrial y en serie fue una competencia imposible de sostener por parte de la confección sobre pedido y de tipo artesanal.

La profesión de sastre terminó con estos dos personajes que compartieron la fe católica y fueron ambos colaboradores de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced y de la Obra de Don Bosco. Martinoski dirigía el Coro, como lo había hecho en su país de origen.

FUENTES: Suplemento Caldenia (Diario La Arena) 24-10-2004 y 22-5-2005 “Un sastre polaco en el oeste” y “La industria de la moda en Victorica” de Luis Ernesto Roldán

Entrevistas y Cuestionarios: Alejandra Martinowski y María Garzaniti

Fotos: Familias Martinowski y Garzaniti. Archivo del autor.




jueves, 29 de diciembre de 2011

El Bajo de las Palomas


Como hoy es el día del cumpleaños de Oscar García, (músico, cantor y escritor de nuestra pampeanidad) aprovecho para dedicarle estos sentires propios, salidos de su pluma emocionada por los afectos.




“El primer paisaje de mis recuerdos se llama Bajo de las Palomas, por aquel entonces una colonia de chacareros. El Bajo de las Palomas fue otro de los asentamientos que españoles, italianos y algunos portugueses, habían elegido para radicarse y formar sus familias, con la esperanza de vivir de lo que el trabajo en el campo podía brindarles.

Bajo de las Palomas era otro nombre que se sumaba a los de las pequeñas colonias cercanas a la nuestra. La Delfina, Colonia Lagos, El Guanaco, El Destino, guardan sonidos y voces amigas que despiertan viejos afectos. Ubicadas entre la capital pampeana, Santa Rosa y el pueblo de Winifreda, al oeste de la Ruta Nacional 35, se fueron despoblando hasta su extinción para ser sólo un nombre, una referencia geográfica.

Allí se habrán soñado pueblos y futuros que la sequía convirtió en pesadillas.




Centro del encuentro social de chicos y grandes fue la escuelita que dirigía don Marcelino Badillo. Lindaba con el campo de mi abuelo que era el lugar donde vivíamos con mis padres y un solo peón, don Alfredo Espinosa, un viejo amigo de la familia.


A quinientos metros de la tranquera de entrada al campo de mi abuelo estaba la casa. No era muy grande. Una amplia cocina, dos habitaciones, un baño y una habitación más pequeña que se usaba como despensa, donde se guardaban las mercaderías y alimentos.

Separado de la casa, pero a pocos metros, estaba el galpón de chapas donde se guardaba cereal, aperos y un sulky. Casi enfrente, una pequeña herrería con su fragua para trabajar los metales. El molino de viento para extraer el agua y el tanque australiano donde se depositaba el preciado líquido. Los bebederos y los corrales completaban el paisaje que manos laboriosas habían levantado con convicción y trabajo.

A don Espinosa le gustaba dormir al aire libre, bajo las estrellas. Por eso se armaba la cama sobre el techo de la cosechadora. A mí me gustaba ir a hacerle compañía antes de irme a dormir, porque me enseñaba a reconocer la Cruz del Sur y Las Tres Marías, y me contaba historias de Bairoleto bajo el cielo impresionante de La Pampa.

Dicen los que han andado el mundo que en pocos lugares puede verse un cielo como éste. Esto sucedía por las noches, cuando el viento amainaba, y el campo recobraba su paz.

Por aquellos días la sequía era tremenda, las cosechas se perdían y los animales se morían. El viento erosionaba los campos. En pleno mediodía se oscurecía el cielo porque el viento llenaba el aire de arena y polvo. Para poder soportar el polvillo que invadía todo, se colocaban lienzos de arpillera mojados, tapando las aberturas de las viviendas. La decepción y la miseria golpeaban duro y, aunque yo no lo sabía aún, muchos vecinos comenzaban a emigrar. Abandonaban sus propiedades o las malvendían, escapando del azote de la sequía y la miseria.

Los ojos de los chacareros se llenaban de arena y tristeza. Lenta pero inexorablemente el campo se iba raleando. El éxodo había comenzado.”

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NOTA: Fragmento de una de las páginas del exquisito libro de Oscar García, donde relata sus recuerdos de niño, en la casa de campo de los abuelos.

FUENTE: García, Oscar: “La patria del corazón”, Editorial Dunken, Buenos Aires 2008.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL BIOGRAFO EN VICTORICA

Los hermanos Lumière (franceses) presentaron por primera vez sus films en el sótano del Grand Café, del Salón Indien de París el 28 de diciembre de 1895.


Auguste y Louis Lumière proyectaron en un aparato que había sido construido en su propia fábrica, el film que mostraba la salida del personal femenino y masculino de la empresa familiar. Otro de los film captaba la llegada de un tren a la Estación de Ciotat, ambas causaron gran sorpresa entre el público.

Es probable que el francés Alfonso Capdeville, quien se desempeñaba como Intendente de Victorica (1891-1899) haya tomado contacto con esta creación que abriría paso a la cinematografía, dado que anualmente viajaba a su Francia natal una o dos veces por año.

El primer Hotel de Victorica fue vendido por don Francisco Lemme (italiano) a don Juan Bautista Cazaux (francés) el año 1904. Según dice Walter Cazenave (Álbum del Centenario) el hotel se denominaba “Hotel de Francia”, aunque años después, sin poder precisar fecha, su nombre comercial era “Hotel Francés”.





Es el propio Cazenave, en el Álbum citado, quien especula con que probablemente se hayan comenzado a ver funciones de “Biógrafo” en Victorica alrededor de 1904 o 1905.


El año 1904 fue el de la inauguración del Salón de la “Sociedad Italiana, Humberto 1º”, el que contó desde sus orígenes con una boca para teatro y proyecciones de Biógrafo.

La llegada del Ferrocarril del Oeste desde la Estación Once a Telén, probablemente favoreció a las distribuidoras nacionales de films, atendiendo más directamente los requerimientos del noroeste del Territorio Nacional de La Pampa.

Como eran los principios del cine mudo, los italianos que contaban con la participación de algunos ejecutantes de música, amenizaban las proyecciones. Luego cuando integraron la Banda propia, esta debió ser un complemento por los números en vivo que integraban la función.

No obstante el "Hotel Francés" y también el "Italiano" de Lemme como tenían Bar y Restaurant ofrecían el valor agregado a los parroquianos de las bebidas o las infusiones en la mesa. La música se agregaba mediante un fonógrafo en el que se colocaban discos de pasta.

Posteriormente el Hotel Francés, adquirió un equipo de energía para tener mayores posibilidades de proyección, las que se hacían no sólo dentro del Salón, sino en el amplio patio en las temporadas de primavera-verano.



A veces las funciones de Biógrafo se hacían a beneficio de alguna Institución, como las que supo organizar la comisión de la Biblioteca Popular "Bartolomé Mitre" en la sala de la Sociedad Italiana.


Cuando se fundó el "Club Social" se agregó a fines de la década de 1910 un salón más para las proyecciones.

La sala construida y equipada especialmente para proyecciones cinematográficas apareció en Victorica en las postrimerías de la década de 1920. Estaba situada contigua al "Bar y Confitería Victorica", que regenteaba Sansinanea.

Posteriormente y luego que los Salesianos construyeran la planta alta del edificio del Colegio "Don Bosco", la sala se equipó para cine y teatro.

jueves, 15 de diciembre de 2011

LOS CAMIONEROS

Hasta fines de la década de 1910 y principios de la de 1920 que fue una de las más benéficas para la producción agropecuaria, el transporte de granos, reses, lanas y otros "frutos del país" era mayoritariamente tracción a sangre.
El camión como medio de transporte terrestre comenzó a difundirse en la década de 1920 aproximadamente en la zona del noroeste del entonces Territorio Nacional de La Pampa Central.

Los camiones están detenidos frente al Hotel Francés y en ellos están subidos el equipo de futbol y los directivos del Club Cochicó que se había fundado el año 1923


Su aparición trajo la necesidad derivada de abrir caminos, que suplantaran las simples huellas por las que transitaban los carros, sulkys, volantas y las tropas de ganado, de un lugar a otro. Recién el 5 de octubre del año 1932 se promulgó la ley 11.658 por la que se dispuso la creación de la Dirección Nacional de Vialidad a la que se dotó de recursos con afectación específica para la construcción de caminos provenientes de un impuesto de 5 centavos por litro de nafta y un 15 % sobre el valor de los lubricantes.

El año 1896 el Concejo Municipal de la mano del presidente don Alfonso Capdeville autoriza la apertura del camino que uniría Victorica con Toay, a donde estaba previsto la llegada del primer ferrocarril al Territorio. La idea era acercarse a la punta de riel más cercana.

Después de la llegada del ferrocarril del Oeste a Telén el año 1908, la zona tuvo acceso a un camino paralelo a las vías que tenía obligación de construir la empresa concesionaria. Eso conectó a Victorica con Loventuel, Luan Toro, Rucanelo, Conhelo y Eduardo Castex.

De Victorica hacia Santa Isabel y zonas aledañas el camino fue conocido como "la travesía" prácticamente hasta que se pavimentó la ruta a mediados de la década de 1980.

El camión del alambrador Rodolfo "Fito" Medina, con varias décadas encima, todavía funcionaba en la década del setenta (Victorica)
El otro aspecto para el desarrollo del transporte de cargas por camión, fue el acceso a los combustibles y a lugares de reparaciones de los vehículos que con el paso de los años y los malos caminos sufrían roturas y desperfectos muy a menudo. Desde las más simples de pinchar neumáticos, hasta las más comunes de romper palier por los arenales, sobre todo en la década del treinta en delante, con las reiteradas sequías y los ventarrones que tapaban las huellas.


El año 1938 la Guía del Ferrocarril del Oeste registro en Victorica tres talleres mecánicos, a cargo de Gaudencio Pablo, Berasategui Hermanos y Roberto Pagella. El taller de vulcanización lo atendía don Antonio Barreix.

Los primeros automóviles que llegaron a Victorica los vendió la firma Llorens, Antich y Cía. a principios de la década de 1920.

En 1925 los hermanos italianos Imbelloni ya tenían camiones (según puede verse en la foto más arriba)con los que recorrían la zona llevando mercadería a la zona rural donde vivía la mayor parte de la población aún y de vuelta regresaban con lanas, cueros, clinas y otros productos.

Este viejo camión "canadiense" se lo ha dotado de una grua y era utilizado por su dueño, que tenía empresa de productos forestales en Victorica a mediados de la década del setenta
Nuestro abuelo Luis Cesanelli reemplazó el carro con las mulas para llevar los andamios y las herramientas cuando compró el camión usado por el Club Cochicó a mediados de la década del treinta. Era uno marca Rugby, (cuyo representante era Viniegra Hermanos), que supo manejar nuestro padre, que entró a trabajar con él cuando construyó la estancia “Las Vertientes”, y el Atelier al pintor Ortiz Echagüe.

La explotación del lanar en gran escala, sobre todo hasta que funcionó el sistema del Atuel-Salado a fines de la década de 1940 produjo gran cantidad de ovejas, corderos y de lanas que se traían hasta Telén o Victorica donde se vendían en las Ferias o se embarcaban hacia los ya tradicionales mercados de Avellaneda y Liniers.

Después que comenzó la segunda Guerra Mundial se reactivó la deforestación del bosque de caldén que había comenzado fuertemente durante la primera Gran Guerra que le hizo decir a Wenceslao Jaime Molins, el enviado del diario La Nación en 1917:

“está la comarca en plena explotación. La leña, en parvas interminables, se alinea junto a los alambres del ferrocarril. En Luan Toro, el stock de consideración aguarda tren rodante para volcarse en la Capital Federal. Cruzamos las hachadas de Marti, de Paz y Tronconi. Las industrias agropecuarias poca vitalidad dan todavía a la zona. Se está en la faena primitiva de descuajar el bosque para entregar los campos a la roturación.”

Después de terminada la Segunda Guerra en Europa, el gobierno nacional importa material utilizado en la misma como camiones “Ford canadienses” 4x4 y los “Studebaker” también 4x4, dado que ambos eran “guerreros”, empleados especialmente en las zonas desérticas y/o montañosas, de los cuales llegan algunos a la zona del noroeste que se utilizaron para trabajos en los campos hasta entrada la década del setenta.

Actualmente los modernos camiones y sus equipos gozan de un lugar especial, preparado frente a la Estación de Servicios "Victorica" (2009)
Los nuevos camiones de la empresa Ford, -década 1960- fueron vendidos en la zona de Victorica por la firma de don Gaudencio Pablo (continuador de la ex firma de Juan Llorens) que tenía la Agencia Ford y por vendedores de General Alvear (Mendoza) que recorrían desde Santa Isabel hasta la zona de Victorica y sus alrededores.

Hoy es el día del Camionero, en aquellas épocas que hemos descripto no existía en la zona una agremiación y tampoco una empresa de transporte de cargas por camión las que recién aparecieron en la década del 1960 de la mano de Juan Pagella y otros, que paulatinamente fueron ganando terreno en la medida que el Ferrocarril perdía eficiencia y que se quedaron con la totalidad del mercado a partir del año 1978 en que se menguaron los viajes semanales desde Once a Telén, hasta desaparecer definitivamente a mediados de la década de 1990.

domingo, 11 de diciembre de 2011

ANIVERSARIO DE UNANUE

El 10 de diciembre del año 1910, al sureste de General Acha y entre las estaciones de Gamay y Epupel, se fundó el pueblo que lleva el nombre de un científico y hombre público de nacionalidad peruana, recordando a José Hipólito Unanue, quien fuese ministro del General San Martín y presidiera el gobierno de Perú en 1826.

Según la tradición, la decisión de crear el pueblo proviene de un grupo de agricultores que ya habían comenzado a roturar el suelo en procura de obtener cereales, actividad hacia la que fueron incitados por las empresas ferrocarrileras en poder de los ingleses por ese entonces y que lo hacían por dos motivos, para obtener tonelaje a transportar a los puertos y ganar fletes y porque los cereales de la pampa argentina, eran apetecidos en las islas británicas. 

Mientras la economía del Territorio Nacional de La Pampa Central, se desarrollaba en expansión, la explotación de la ganadería, basada fundamentalmente en el lanar, abasteció no sólo las necesidades de la zona, sino que había producción suficiente para enviar a los grandes mercados concentradores de hacienda como Avellaneda o Liniers aprovechando el transporte del ferrocarril del Sud, que conectaba a la región con el Puerto de Bahía Blanca.


El Ferrocarril de pasajeros dejó de funcionar en la época del gobierno militar de la dictadura del denominado "Proceso de Reorganización Nacional". El levantamiento de los servicios fue uno de los problemas que implicaron un retroceso en el desarrollo lugareño y regional.

Pero además del ferrocarril cuando se pavimentó la ruta Nacional Nº 35 que proviene de Córdoba y llega hasta el puerto de Bahía Blanca, esto acercó a Unanue a las principales vías de transporte terrestre. Hace unos años la provincia pavimentó además los pocos kilómetros que la separaban de la mencionada ruta. También pasa por Unanue la ruta provincialo Nº 9.

Una obra que dió impulso a la zona fue la llegada de la obra de interconexión de la línea de electricidad de alta tensión del complejo Chocón-Cerros Colorados.



Mediante Resolución Municipal registrada bajo el número 11, en la sesión del 12 de Octubre del año 1988, se aprobó la entrada en vigencia del Escudo de la localidad.
Su autora es Marta Rosalía García. Según la descripción que se hace del mismo se trata de "un escudo con forma redonda, dividido en tres campos. En la parte superior, un sol personificado representa el porvenir del pueblo.
"En el primer campo se observa la imagen de un caldén, árbol característico de la zona, y como fondo, la línea (eléctrica) de alta tensión que proviene de El Chocón y representa una etapa de significativo progreso para el lugar.
"El campo inferior, que se ubica a la izquierda, contiene la figura de un vacuno, símbolo de la actividad ganadera. En el de la derecha, los silos representan la agricultura. El conjunto de símbolos se completa con dos espigas de trigo que recubren los laterales y con el nombre de la localidad en la base."

Como se desprende de los elementos incluídos en el escudo ahora la ganadería está concentrada en el vacuno fundamentalmente. Todavía se continúa practicando la agricultura que fue el fuerte inicial, que ahora necesita de capacidad de almacenaje para evitar lo que sucedía antes de tener que vender apresurado y al precio que se ofreciera. Por eso los silos han sido incluídos en el escudo y ahora las modernas tecnologías de producción y almacenaje han cambiado el paisaje con modernas máquinas y silos de otros materiales.

Los que solo apuestan a la agricultura y fundamentalmente al trigo, suelen tener a veces los mismos fracasos que los pioneros, por factores meteorológicos, agotamiento del suelo por falta de rotación de cultivos y  problemas en los mercados internacionales que son los formadores de precios.

jueves, 8 de diciembre de 2011

GENERAL MANUEL JORGE CAMPOS

CENTENARIO DE SU FUNDACION
La tradición relacionada con el poblamiento y la fundación del núcleo inicial del pueblo que se denominó en primer término “Monte Ralo”, recuerda el nombre de don Felipe Iglesias Albes, asistente del General Manuel Jorge Campos uno de los Jefes de la columna que ingresó, durante la denominada “Conquista del Desierto” en 1879 proveniente del oeste de la provincia de Buenos Aires.

Don Felipe, según la tradición oral vivía solo, siendo el encargado de una Posta de la Mensajería que circulaba entre Púan (Buenos Aires) y General Acha (La Pampa Central).

Según su hijo Pedro, el General Campos le presta a don Felipe su padre y a su compadre don Ángel Bravo un pedazo de tierra para que la trabajen. Pero como los ingresos eran muy pocos, decide poner una Fonda, negocio que al poco tiempo también lo abandona porque le daba pérdidas y entra a trabajar para la firma Agar Cross relacionada con la venta de maquinaria agrícola.


Toponimia
La zona a la que estamos aludiendo era conocida con el nombre aborigen de “Mari Mamuel”. Según el investigador Rodolfo Casamiquela “Mari Mamuel” sería una variante del topónimo Mari Manuel, cuyo análisis y significado explica: “Mari, es diez y mamüll monte, árbol, mata. El todo: diez árboles o montes”.

La escueta consideración de Casamiquela está concluida con esta frase: “Vuletin (obra citada, 136), coherente.”

Consultando a Alberto Vuletin en su obra “La Pampa. Grafías y etimologías toponímicas aborígenes” leemos: Marimamuel (diez montes)

Toporística: (Guatraché) Importante salina que anteriormente, como muchos otros de estos depósitos salinos, fue una laguna. Se menciona en la diligencia de mensura de la sección y abarcaba los lotes 3, 4, 7 y 8 de la Fracción C, Sección III.

Colonia Pastoril ubicada al sur de la salina precitada casi inactiva en la actualidad.

Etimología: Mari, diez; mamuel, monte (de árboles). Aún cuando actualmente no hay arboledas en el lugar, pudieron existir diez agrupaciones de árboles que fueron el motivo generador del topónimo”. Cita luego otras etimologías: Guaycochea “diez palos” (Consejo Nacional de Educación); Stieben “ diez árboles”.



El dueño de las tierras

Cabe recordar que el Coronel Manuel Jorge Campos, luego de terminada la campaña de la “Conquista del Desierto”, fue designado comandante militar de la zona, al mando de la Tercera Brigada, de la Tercera División.

Allí frente al valle “Quiñe-Malal” fundó un 12 de agosto del año 1882 el pueblo al que se le impuso el nombre de “General Acha”, que sería la primera capital del Territorio Nacional de La Pampa Central.

El dueño de “Mari-Mamuel”, alrededor del 1900 era don Samuel Donovan, también militar. Como sabemos todos los militares que participaron en aquella batida final contra el aborigen, fueron beneficiados por el Estado Nacional con la entrega de tierras por la denominada “Ley de Premios”, que variaba según el rango militar.

Alrededor de 1908 se comenzó a construir la línea férrea (Guatraché Land and Company) al norte de Guatraché y que atravesó sucesivamente a “Monte Ralo”, Apuyaco y Alpachiri.

El año 1911 Donovan (descendiente de irlandeses) vendió una parte de sus tierras a la empresa del Ferrocarril del Sud, propiedad de los ingleses.

El pueblo se fundó en tierras cuya propiedad pertenecía a los sucesores del General Manuel J. Campos, quien había fallecido, siendo Diputado de la Provincia de Buenos Aires, el año 1908.

Campos poseía una Estancia a unos 15 kilómetros de distancia del lugar que se eligió para el nucleamiento a urbanizar. La mencionada estancia se conocía con el nombre de “La Chispa” y en ella trabajaron muchos aborígenes, cortando y quemando ladrillos para la edificación de vivienda y otras mejoras en el lugar.


Colonización

Aproximadamente desde 1920 en adelante, la mayor parte de las tierras, ubicadas dentro del ejido de “Monte Ralo”, después bautizado con el nombre de General Manuel J. Campos, fue trabajada por colonos de ascendencia judía que caracteriza el poblamiento no sólo de Campos sino de varias otras localidades del Departamento Guatraché y de su vecino Hucal, al sur.

El almacén de Ramos Generales más antiguos que se reconoce como tal fue el de don José María Martocci, instalado aproximadamente en 1908.

Indudablemente que la llegada del ferrocarril, cuyo primer tren se detuvo en la Estación el 11 de diciembre del año 1911, produjo la valorización de las propiedades de la zona.

La Estación fue la que primera recibió el nombre de General Manuel J. Campos, según otras fuentes las tierras pertenecían ya a la familia Otero.

Las lluvias registradas por estadísticas oficiales dicen que el año 1921 alcanzaron los 870 milímetros. Sin embargo casi al finalizar esa década que había sido buena, el año 1929 el pluviómetro tan sólo registro una escasa precipitación anual de 296 milímetros. El año 1930, que marca el comienzo de la década de vientos y sequías en La Pampa, registra en Campos la cantidad de 442 milímetros. Al promediar la década trágica, la cantidad de lluvia caída alcanza tan solo a 368; el año 1938 es aún menor, dado que escasamente llegan a los 349. Pero los dos años de extrema sequía se registran en 1941 con el mínimo de 215 milímetros y el año siguiente con una cifra muy parecida de 218 milímetros.

Después del desastre ecológico muchos colonos, sobre todo los de origen judío emigran, algunos integran el grupo de los que se van al Chaco en busca de mejores posibilidades.
Otros se van a la Provincia de Buenos Aires o a la Capital Federal, donde está comenzando el proceso de industrialización por sustitución de importaciones luego del la Gran Depresión Mundial.

Una de esas familias que emigra es la del niño Julián Plaza quien había nacido en el pueblo el 9 de julio del año 1929. Su padre le había enseñado a tocar el bandoneón desde muy niño. Al llegar a Buenos Aires se le abren las posibilidades de continuar con su pasión por el instrumento y en la década del cuarenta con tan sólo quince años debuta en la Orquesta de Edgardo Donato.
La Municipalidad de General Campos le tributó un homenaje post morten el año 2009, en el que estuvieron presentes sus hijos Diego y Claudio.


Las Instituciones
El año 1922 el Consejo Nacional de Educación puso en funcionamiento la escuela que llevaría el Nº 133. El nuevo edificio recién se inauguró el 22 de abril del año 1951 siendo una de las obras del Primer Plan Quinquenal del gobierno de Juan D. Perón. El primer Director fue el maestro cordobés Pedro Inchauspe, quien dio comienzo a las actividades escolares con una matrícula de 43 alumnos. Los alumnos se fueron incrementando en la medida que crecía la población: en 1932 eran ya 75 y el año 1942 alcanzaron la cifra de 105.
La "Salina Chica" era explotada por una empresa cuyo nombre comercial era "Salinera La Española", siendo sus propietarios los señores Arturo Ballester y Eugenio Molina, quienes ya habían realizado en 1918 trámites por la ocupación y explotación de campos en la zona.
La explotación de la salina se realizó entre el año 1939 y 1954 aproximadamente cuando cesó su explotación por baja rentabilidad y otros inconvenientes.
El año 1964 se creó el "Club Unión" que integró su equipo de fútbol y es el organizador de la tradicional Fiesta Regional del Tambo que celebra la producción lechera, característica de la zona. La primera se realizó el año 1976, actuando esa noche el Conjunto Musical "Sol Naciente" de La Pampa.
Las primeras vacas Holando las trae don Ángel Martocci desde Chivilcoy (Buenos Aires) y las comparte con otros productores, es el inicio de la cuenca lechera en la década del 1950.

CELSO J. VALLA Misionero

ANIVERSARIO DE SU MUERTE

El 8 de julio del año 1919 en Las Gamas, partido de Colón (Provincia de Buenos Aires), nacía el niño Celso J. Valla, quien quedó huérfano de madre a los ocho años. Recibió su vocación sacerdotal como alumno interno del Colegio Don Bosco de la localidad de San Nicolás. Luego realizó estudios normales en el Seminario de Bernal de la provincia de Buenos Aires.

En la Provincia de La Pampa, este sacerdote salesiano, es ampliamente conocido, dado que
estuvo al frente de la Iglesia Católica y la actividad de Don Bosco en varias localidades, en tanto que sus actividades misionales le permitieron trabajar con las comunidades más humildes de pueblos y parajes del extremo noroeste de nuestro territorio.

Celso Valla falleció un 8 de diciembre del año 2004 en la localidad de General Acha donde estaba residiendo en ese momento.

La foto (tomada por Santiago Echaniz), que ilustra esta nota está inserta en la tapa del libro que publicara nuestro amigo Silvio Mario Peduto, en la que transcribe una entrevista al referido sacerdote, meses antes de su fallecimiento



Luego pasó a Victorica
"Si, en efecto. Al iniciar el año centenario de los Salesianos en Victorica recé misa en el primer templo construído en el Territorio, anexo al cual está el Colegio, donde un centenar de salesianos conquistaron el vasto sector del noroeste pampeano.
"Esto fue lo que dije: !Cómo no recordar aquel 20 de junio de 1897 en que se constituía la tercera residencia salesiana en el Territorio! Seis meses después llegaba Monseñor Juan Cagliero que fue recibido, bajo arcos triunfales y flamear de banderas, al descender de la galera que lo había traído.
"Se emocionó Monseñor hasta derramar lágrimas al encontrarse con los toldos ranquelinos soñados por Don Bosco y conquistados a la fe por obra de sus hijos.

"El prelado envió al viejo pago al padre Juan Roggerone reconocido como el apóstol de Victorica y luego al padre Luis Botta quien con la cuchara en la mano construye el colegio. Más tarde entran en escenas los padres Juan Nazzi, Domingo Castellaro y Manuel Lario como directores del Colegio ya ampliado y remozado.

"Ahora les quiero dar razón de la misa que rezo aquí. Recordarán aquel 23 de marzo de 1958 cuando fui nombrado Párroco de este pueblo. Ese día, les digo francamente, sentí el carisma de ser misisonero tras las huellas de los padres Buodo y Durando. Con la ayuda de los padres Rolheiser, Razza, Melo, Bavaresco y Calandri comencé por bendecir todos los hogares y manejando el jeep de doble tracción, llegar hasta las estribaciones de la cordillera, sorteando médanos y espinillos para levantar una docena de capillas, incluyendo el sur puntano."

El RPS Celso J. Valla no sólo trabajó con la gente del oeste y conoció in situ sus necesidades que trataba de satisfacer con lo que tenía a su alcance, sino que también fue un historiador de la Obra Salesiana en La Pampa y de la cultura e identidad pampeana.

Dentro de su vasta obra publicada citaré aquí aquellas que sobrepasan las cien páginas, dejando de lado innumerable cantidad de folletos, opusculos o publicaciones realizadas en revistas, diarios y periódicos.
1965 "La obra escrita del Padre Buodo" (106 páginas)
1969 "Un cura de promoción Social, Padre José Ochoa" (235 páginas)
1970 "Homenaje de La Pampa al R.P. Angel Buodo" (163 páginas)
1971 "Bernal y los Salesianos" (236 páginas)
1972 "El Apóstol del Oeste Pampeano, padre José Durando" (137 páginas)
1982 "La Iglesia en La Pampa" (206 páginas)
1990 "El Desierto, ayer y hoy" (143 páginas)
1994 "Un siglo de actividades" (102 páginas)
Además cabe citar su intervención en la reedición de dos obras fundamentales para la historiografía de La Pampa. Me refiero a: 1) "Edición ampliada e ilustrada de la Historia de las Misiones Salesianas de La Pampa del padre Lorenzo Massa. s.d.b.(2 tomos, 1027 páginas) y 2) "Las Misiones y los Salesianos en La Pampa, ampliación de la obra de monseñor Roberto J. Tavella (365 páginas)

    Por sus cuantiosos libros de índole histórica, es considerado el más fecundo historiógrafo de La Pampa. Fue miembro de la Junta de Historia Eclesiástica Argentina, de la Junta de Estudios Históricos de La Pampa, de la Junta de San Felipe y Santiago de Salta. Además numerosos diarios y revistas de la Argentina lo contaron entre sus frecuentes colaboradores. 

Dijo de Valla el conocido sacerdote Jesuita RP Guillermo Furlong en 1971: "porque contribuyó a hacer la historia, e igualmente escribirla, junto con otros salesianos que son honra y prez de la historiografía argentina"
                    
FUENTES:
1. "El Desierto. Ayer y Hoy" 1891 Centenario de la Misión Oeste Pampeano 1991, Valla, Celso J., editado el año 1991
2. "Mano a mano con Celso J. Valla" 1945 - 2005 Rumbo a las Bodas de Diamante por Peduto, Silvio M.  julio del 2004

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