Jesús Dahir, llegó a este mundo, en la provincia de La Pampa. Sus abuelos y sus padres eran de Mauricio Mayer, un pueblo fundado por inmigrantes, (en el Departamento Conhello), cuando en Europa comenzaba la Primera Guerra Mundial (1914). Comarca con suelo y clima propicio para el desarrollo de la agricultura.
La familia Dahir -integrada por Julio e Irma Villarreal- lo recibió en su seno el 20 de enero del año 1958, cuando ya La Pampa había dejado de ser Territorio Nacional y se había convertido en una nueva Provincia autónoma y Santa Rosa, su capital, todavía era "un pueblo grande".
Después de terminar la escuela primaria, Jesús, hijo de una familia católica, que lo bendijo con el nombre del hijo de Dios, fue enviado al Colegio Domingo Savio, la Institución Salesiana de la Obra de Don Bosco, en Santa Rosa. Su amigo Mario Cejas, lo recuerda adolescente aún, siendo compañero posteriormente en el Colegio “Ayax Guiñazú”, el colegio secundario nocturno para las personas que trabajaban.
Las décadas del setenta, y del ochenta, para los jóvenes idealistas, soñadores y pacifistas, no les fue propicia, por lo menos en nuestra Argentina, donde las crisis económicas, la violencia y las dictaduras militares estuvieron presentes permanentemente.
Jesús fue uno de los jóvenes a los que por primera vez les tocó ser convocados al Servicio Militar Obligatorio. con tan solo 18 años y para colmo la locura de los militares del Proceso. Aquellos desatinados que amenazaron desatar una guerra con Chile por el tema del canal de Beagle. La cancha del Club Belgrano se llenó aquella noche, en que los muchachos estaban preparándose para su viaje al sur, donde supuestamente irían a defender a la patria.
Después que le dieron de baja y ya con los veinte cumplidos, Jesús desempeñó numerosas actividades, intentando progresar, y en esos múltiples trabajos por cuenta propia y en relación de dependencia, se convirtió casi en un “buscavida”, uno de esos personajes que a fuerza de voluntad golpeaban incesantamente el mercado de las oportunidades y posibilidades, inventando su porvenir.
Como no le atraía la rutina, su vida laboral está plagada de cortas experiencias en distintos oficios, profesiones, empleos y actividades. De casi todas ellas ha obtenido historias que ha convertido en letras para su cancionero, habiendo transformado el trajín de la vida en la cantera inagotable de sus poemas entrañables. El ha reconocido muy humildemente que "tengo un Duende en el bolsillo, que está sin mi permiso".
En algunos trabajos se sintió cómodo, en otros hasta alcanzó algún grado de satisfacción, pero cuando se sintió pésimo fue siendo empleado de un Banco, en la etapa de la expansión del “financierismo”, esa puerta de "la plata fácil" que abrió Martínez de Hoz en la Argentina, de la mano de los militares, que golpe de Estado mediante, iniciaron aquel denominado "Proceso de Reorganización Nacional", que abrió las puertas a la más horrenda represión de Argentina, que culminó en la Guerra de Malvinas (1982).
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Según sus propias reflexiones, si tuviera la oportunidad de volver a empezar, “lo haría casi igual”, tal vez le dedicaría más tiempo a sus hijos, porque si alguna factura le tiene que pasar a su amor a la música, “es la de haberme perdido la infancia de mis hijos” reconoce.
El músico
Según expresa, el rítmico sonar de aquellas maracas, que agitaba casi como jugando en su niñez, lo marcaron para siempre, porque sintió por primera vez, a través de ellas, el llamado de la música, que desde la planta de sus pies, oyó vibrar en sus piernas y le impactó en su corazón niño, henchido de alegría y vitalidad.Fue en ese momento cuando intuyó que eso era "lo que quería", porque lo sintió borbotar dentro suyo, se adueñó de su vida y lo percibió como la pasión de su porvenir.
Intentó luego amigarse con la batería, pero rápidamente se dio cuenta que ese no era su camino. Después adquirió su primera guitarra a escondidas, sobre todo de su padre, quien desconocía por completo las inclinaciones musicales de su hijo Jesús, quien estaba en la etapa del “metejón” y la urgencia, caminando decididamente hacia su destino.
Recuerda que la primera canción que entonara, la había bautizado “Historiales”. En esos tiempos tenía tan sólo dieciocho años, y mientras desarrollaba su habilidad con la guitarra, comenzó también a componer sus primeras canciones, las que presentó fuera del entorno familiar.
Su padre Julio, quería que fuera Martillero Público, como para que tomara la posta de su profesión. Por eso es que Jesús participa del acto inaugural del Colegio de Martilleros de La Pampa.
Pero a él le gustaba la música, no la inmobiliaria, la guitarra y la armónica, no el martillo. Quería mucho a su padre y por eso le dedicó una canción, pero don Dahir recién se enteró de esto escuchando la radio de su automóvil mientras viajaba. Cuando se reencontraron, Jesús cortó definitivamente el cordón umbilical. Tomó su guitarra, la armónica y sus cuadernos de canciones y salió a cantar a los cuatro vientos por La Pampa y por la región.
El lugar que más le encanta para echar a volar sus canciones es la plaza de Santa Rosa, a la que le ha dedicado uno de sus temas con profunda nostalgia. Allí lo conocí uno de esos años, promocionando su primer cassette.
Jesús Dahir ha acompañado en sus presentaciones a distintos artistas de reconocido prestigio nacional e internacional que nos han visitado, mencionamos entre ellos a Teresa Parodi, Fito Páez, Juan Carlos Baglieto, Ricardo Soule, Rubén Goldin, Daniel Altamirano, Marilina Ross y Antonio Tarrago Ross.
Pero también ha cantado con muchos de sus amigos, como Mario Cejas, "Conejo" Roldán y otros, además de haber participado en festivales.
El poeta
“Cansado de morir” su primer obra musical publicada y editada con auspicio del Gobierno de La Pampa el año 1989 en cassette, está basada en los sentimientos que le produjo la trágica Guerra de Malvinas del año 1982, en la que murieron varios pampeanos. Para su satisfacción esta canción fue utilizada como estandarte en el Encuentro de Jóvenes Americanos en Lyon (Francia).
Porque Jesús no sólo aprendió a tocar la guitarra y la armónica y a cantar canciones que le gustan y lo atrapan sobre el escenario, donde se brinda por completo, sino que casi sin darse cuenta se ha transformado en un escritor pampeano del folklore urbano, con una prolífica obra, mucha inédita, salida de su pluma e inspirada en las cosas cotidianas de la vida.
Jesús Dahir es un poeta, aunque él no lo tenga asumido como tal. Quien es capaz de decirle a un amigo que: “es bien cierto que abrazarse a una ilusión y pelear por ella es como subirse en patineta sobre una estrella, y ya no tiene fronteras, ni límites, ni idiomas, la música será eternamente el paisaje retratando ideas, ilusiones, pasión, dedicación y…amor”, aunque su humildad no le permita reconocerse cabalmente.
Algunos de sus amigos han dicho respecto a su personalidad: “genuino, auténtico e identificable al escucharlo, con la pasión a flor de piel en la manera de escribir e interpretar sus canciones…”(1)
“El turco Dahir, pampeano. Nacido en La Pampa Argentina, creador (aunque el mundo no sepa) de canciones bellísimas, y acurrucadoras del corazón.”(2)
Supo escribir algunos textos en el desaparecido diario santarroseño “La Capital”, bajo el seudónimo "Jerónimo Anónimo”.
El cantautor
Jesús aborda una variada temática, se podría decir que su cancionero es el de las cosas cotidianas, de los simples avatares de vivir, de la obsesión por algunas que aborrece, como la guerra, las injusticias o el capitalismo deshumanizante. En su juventud le parecía ridículo escribirle al amor, “pero después cuando fui descubriendo a Silvio Rodríguez y Joan Manuel Serrat, me di cuenta que hay infinitas formas de cantarle al amor”, reconoce.
Tiene compuestas algunas canciones de las denominadas de “protesta”, donde hunde la espada de su crítica irónica, sobre algunos aspectos de la realidad social que no comparte en absoluto.
Ha permanecido a través de estas más de tres décadas, fiel a sus ideales y ha compartido permanentemente las luchas sociales por una sociedad mejor.
Se reconoce como un soldado, no ha sido adicto al aplauso fácil. Al que le tocó luchar por sus ideales, por tratar de hacer realidad los sueños, en un contexto, donde pocas veces el viento le fue propicio, más aún, muchas veces luchó en defensa de esos ideales, aún con viento en contra. Su obra ha sido difundida por LRA Radio Nacional Santa Rosa, después por LU33 y también por el Canal 3 de la televisión abierta de la provincia de La Pampa.
Ha realizado actuaciones frente al Obelisco, en el Teatro Cervantes y en el Complejo La Plaza de la avenida Corrientes en Buenos Aires. Ha actuado además en muchos pueblos del sur de Córdoba y en el oeste de la provincia de Buenos Aires, cuando "El Negro" Cuello, representante artístico traía artistas de renombre a La Pampa y llevaba los nativos a que los conocieran en las fiestas o festivales extrapampeanos.
¿Cuáles son las obsesiones de Jesús Dahir como cantautor? El se ha preguntado muchas veces: “¿Qué carajo nos pasó?”
¿Qué secretos aún guarda en lo más recóndito de su ser? ¿Sigue aún con sus miedos, superó la timidez? A muchos de estos interrogantes aún anda persiguiendo respuestas.
Dahir es fundamentalmente un autodidacta, pero ¿a quién leyó Jesús que le haya dejado alguna influencia reconocible? Algún rastro podemos encontrar en su repertorio y en los once discos que ha grabado, en ellos encontramos temas de Víctor Heredia, de Luis Eduardo Aute y de Joan Manuel Serrat. También el cubano Silvio Rodríguez ha despertado sus anhelos e ilusiones. Como la mayoría de los jovenes fue seguidor de Los Beatles y de sus competidores Los Rolling Stone. Cantó, bailó y también disfrutó de las bandas uruguayas como Los Iracundos (que actuaron el el Club All Boys de Santa Rosa) y Los Shakers
¿Cómo fue la infancia de Jesús Dahir? El parece recordarla como feliz. El último de sus discos compactos grabados titulado “Excalibur”, incluye varios temas donde campea la esperanza. Excalibur se llama la legendaria espada del Rey Arturo. Probablemente Jesús haya adoptado ese nombre para su propia espada con la que ha combatido por más de treinta años contra sus adversarios más temibles, el tiempo, la guerra, los dioses malignos, la burocracia, la hipocresía, el desamor. Como dice un poeta pampeano, el combate que Jesús aún sobrelleva es “El David de la palabra, contra el Goliat del olvido”.
(1) Mario Cejas
(2) Sergio “Pampa” Ibarra desde España
¿Cuáles son las obsesiones de Jesús Dahir como cantautor? El se ha preguntado muchas veces: “¿Qué carajo nos pasó?”
¿Qué secretos aún guarda en lo más recóndito de su ser? ¿Sigue aún con sus miedos, superó la timidez? A muchos de estos interrogantes aún anda persiguiendo respuestas.
Dahir es fundamentalmente un autodidacta, pero ¿a quién leyó Jesús que le haya dejado alguna influencia reconocible? Algún rastro podemos encontrar en su repertorio y en los once discos que ha grabado, en ellos encontramos temas de Víctor Heredia, de Luis Eduardo Aute y de Joan Manuel Serrat. También el cubano Silvio Rodríguez ha despertado sus anhelos e ilusiones. Como la mayoría de los jovenes fue seguidor de Los Beatles y de sus competidores Los Rolling Stone. Cantó, bailó y también disfrutó de las bandas uruguayas como Los Iracundos (que actuaron el el Club All Boys de Santa Rosa) y Los Shakers
¿Cómo fue la infancia de Jesús Dahir? El parece recordarla como feliz. El último de sus discos compactos grabados titulado “Excalibur”, incluye varios temas donde campea la esperanza. Excalibur se llama la legendaria espada del Rey Arturo. Probablemente Jesús haya adoptado ese nombre para su propia espada con la que ha combatido por más de treinta años contra sus adversarios más temibles, el tiempo, la guerra, los dioses malignos, la burocracia, la hipocresía, el desamor. Como dice un poeta pampeano, el combate que Jesús aún sobrelleva es “El David de la palabra, contra el Goliat del olvido”.
(1) Mario Cejas
(2) Sergio “Pampa” Ibarra desde España
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