sábado, 14 de febrero de 2009

FABRICA DE FIDEOS

Los vecinos de Victorica del 30 tuvieron la oportunidad de tener una fábrica de fideos en la localidad, que les permitía el acceso a pastas frescas, sobre todo en la época en que aún vivían varios de los italianos afectos, ellos y sus descendientes, a este tipo de alimentos.

Recordemos que en Victorica en 1904 se inauguró un moderno edificio de la “Sociedad Italiana Humberto Primo” y que por los alrededores existía lo que Pedro Telmo Lobo denominó “el barrio latino”, por la cantidad de familias de descendencia italiana que estaban afincadas.

El empresario industrial que puso en marcha la fábrica habría sido don Ceferino Huarte. Según nos contó su nieta Yolanda Huarte, quien nos facilitó las fotografías, don Ceferino no sólo vendía la producción en Victorica, sino también levantaba pedidos en los pueblos vecinos, que él mismo entregaba. Aparentemente el empuje inicial dio como para llegar hasta el sur de San Luis, en aquella época de caminos de tierra.


El personal posa para el fotografo en plena tarea de producción. Hombres jóvenes ¿y las mujeres?

La fábrica estuvo instalada en el local de su propiedad en la esquina de las calles Jaime Sidebottom y Coronel Ernesto Rodríguez, cruzando la calle estaba la casa de familia de los abuelos Cesanelli-Paz, uno de los italianos y dos cuadras más allá la panadería de los Marzano, enfrente de la panadería vivía el italiano Orestes Marini, el placero.

Es la primera noticia que tenemos de este emprendimiento, dado que cuando conocí el edificio, ya estaba instalada allí la Barraca de Eladio Rodríguez en la década del cincuenta.
En una de las habitaciones de la casa de familia de ese antiguo edificio, Sara García comenzó con un Instituto Regional de Enseñanza Privada Integral.

Por lo que se observa en una de las fotos, en la fábrica trabajaban tres o cuatro personas, lo cual da una idea aproximada del volumen de producción que pudo haber alcanzado, dado que para la misma se empleaban también maquinarias.

Por lo que se puede apreciar hubo una oportunidad laboral para jóvenes, que se iniciaron en una tarea no tradicional. En una bandeja se puede ver tallarines y en la mesa de al lado otras pastas puestas a orear.

La industria de la alimentación, como la producción de pan y galleta, las sodas y bebidas gaseosas, los chacinados, las hortalizas y hasta algunas frutas tuvieron como vemos en este caso un desarrollo local importante desde 1900 hasta el mediados del treinta, comenzando desde allí una lenta declinación que termina de agotarse por una serie de circunstancias internacionales, nacionales y propiamente locales.


En el salón de la esquina funcionó la Fábrica de fideos de Ceferino Huarte

También el desarrollo de la vid tuvo comienzos promisorios y aún hasta hace algunas décadas atrás todavía quedaban en algunas antiguas casas de familia restos de frondosos parrales que supieron proveer de uvas frescas para la mesa.

Aún hoy en la Estancia "La Marianita" hay parrales plantados probablemente por don Ceferino Huarte, o acaso por don Máximo García su suegro, que fue tambien vitivinicultor, y que aún producen sus buenos racimos de uvas frescas.


Después don Ceferino se dedicó de lleno a las actividades agropecuarias y abandonó este emprendimiento de fabricar pastas frescas para las mesas victoriquenses y sus alrededores.

En la Guia que publicó el Ferrocarril del Oeste bajo el rubro Industrias se incluye una "Fideería" (sic) cuyo propietario por 1938 (año de publicación) era don Tomás Rodriguez Bouciguez.

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