"PRINCIPIOS DE LA PRÁCTICA POLÍTICA ESTALINISTA: liderazgo carismático / Populismo demagógico / Culto a la personalidad / Partido único / Estatizaciones masivas / Nacionalismo paranoico / Alianzas oportunistas (un año con Hitler, el siguiente con Churchill) / Industrialización forzada basada en la exacción de las actividades agropecuarias / Descalificación de los adversarios políticos y persecución de la prensa independiente / Uso de los órganos parlamentarios (soviets) en el modo de la unanimidad / Craso positivismo disfrazado de hegelianismo.
Hecha la lista, la conclusión es descontada: lo que explica la fascinación de buena parte de mi familia y de la izquierda argentina por los Kirchner es que el kirchnerismo es una encarnación débil del estalinismo, con su tradicional carga de populismo, nacionalismo e industrialismo. De ahí su confusión entre socialización y estatización y entre propiedad estatal y propiedad de los miembros del bureó político, su pérdida de los límites entre Estado y gobierno y entre gobierno y partido, su concentración de poder en una sola cabeza –por llamarla de alguna manera– su deseo totalitario de unanimidad y sus periódicas purgas internas, su idea delirante de que se combate la pobreza combatiendo la generación de riqueza y su delirio industrialista-nacionalista en pleno desarrollo de la sociedad global del conocimiento y la información.
De ahí el desprecio por la oposición, por la independencia de la prensa y por los mecanismos republicanos, descalificados otra vez como formales. De ahí también la idea del “socialismo en un solo país” y de la concepción de la economía industrial como única economía “real”, la sorpresa inmensa por la existencia del mundo y por la consecuencias de la economía “irreal” en la realidad económica. De ahí los privilegios de la Nomenklatura, la dacha en El Calafate, la cooptación de una casta de intelectuales orgánicos amigos del régimen y la edificación de una leyenda en torno al líder que tiene el modesto inconveniente de contradecir su biografía.
De ahí también, finalmente, la extraordinariamente simétrica descalificación del estalinismo a la socialdemocracia y del kirchnerismo a la oposición progresista: se vendieron al sistema, se hicieron capitalistas, son aliados de nuestros enemigos, les paga la Embajada. Se corrieron, en suma, a la derecha, ilusión espacial sólo comprensible si se piensa que el estalinismo es la izquierda".(Fernando A. Iglesias.Diputado Nacional de la Coalición Cívica. Crítica de la Argentina 26-12-2008)
La Presidenta Cristina Fernández en su reciente visita a Egipto.
–"¿Usted dice que éste es un gobierno peronista sin sensibilidad social? –El peronismo, como todos los partidos importantes del mundo, tiene un ala derecha, un centro y una izquierda. Los halcones y las palomas están también en los Estados Unidos: están en todos lados. La gran influencia gremial, que siempre tuvo problemas con la izquierda, tiñó un poco al justicialismo. El verdadero justicialismo, a mi criterio, es el progresista. Esto de declamar progresismo... Son mucho más progresistas los dirigentes que se le están yendo al Gobierno por izquierda. No puede haber un presidente progresista rodeado de gente que no tiene nada que ver con el progresismo. Es todo una mentira, es falso. Es un progresismo berreta, por favor.
Caricatura de Néstor Kirchner, actual presidente del Partido Justicialista y principal operador político del Gobierno Nacional y asesor presidencial "ad honorem".
"Un asesoramiento lógico le hubiera dicho a Kirchner que en diplomacia se trata de evitar las derrotas seguras, como sería en este caso. Primero, Kirchner buscó insistir con su elección, argumentando que consenso y unanimidad son conceptos distintos y en consecuencia podía ser electo aunque se opusiera alguno de los países del grupo.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
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