lunes, 13 de octubre de 2008

PUEBLOS ORIGINARIOS

Algunos lonkos, con autorización municipal, se aprestan a izar la Bandera ARgentina y colocar también su estandarte, en el mástil frente al edificio comunal, sobre la avenida San Martín.



Hace unos meses atrás se presentó en el Concejo Deliberante de la Municipalidad de Santa Rosa una iniciativa particular con algunas firmas solicitando el cambio de nombre de la Avenida Roca, por considerar que, su nombre no es digno de este homenaje, dado su responsabilidad en el exterminio de mapuches y el despojo de sus tierras, muchas de las cuales pasaron a propiedad de los militares y sus parientes por haber intervenido en la denominada "Conquista del Desierto".
Hasta aquí, todo perfecto, es una petición dentro del sistema democrático, a las autoridades legalmente constituidas y a quienes tienen la facultad para disponer el cambio de denominación de calles y avenidas. Esta petición ha sido reiterada recientemente ante las nuevas autoridades electas de la Municipalidad.


Lonkos y dirigentes de asociaciones aborígenes de Santa Rosa y Toay, enarbolando el estandarte del pueblo rankel, en el acto de desagravio al Pabellón Nacional.
Pero ahora se ha pasado a las "vías de hechos", rellenando con escombros y hormigón el busto de quienes estos sectores extremistas denominan "Julio Asesino Roca". Además desataron toda su furia descargando con fuerza una gran maza sobre el monumento, al que infligieron serios daños. Aparentemente la policía no intervino porque esto se hacía en "forma festiva", dado que por los alrededores al mismo tiempo había murgas, orquestas, cánticos y bailes.
Estos arrebatos de "justicia por mano propia" y destrucción u ocultamiento de una parte de la verdad para enzalar otra, no parece apropiada, porque esta agresión violenta, se sabe como comienza, pero no como termina.
Hace dos días, precisamente el 12 de octubre pasado apareció en el Hall de la Municipalidad local una bandera argentina, que fue bajada del mástil y manchada con pintura roja y tirada en el piso en supuesto repudio al festejo del "Día de la Raza".
Pero este movimiento no es local, sino que proviene de la Capital Federal y la corriente de pensamiento que lo sostiene tiene como líder al escritor David Viñas, al que han adherido algunos escritores locales.

Grupo de jóvenes, rellenan con mezcla el busto de Julio A. Roca para enmascararlo, como señal de repudio a que la Avenida lleve su nombre.
Revisar la historia para hacer relectura de algunos pasajes de la misma, revalorizando o desvalorizando algunos momentos y ciertos personajes, puede ser productivo si esto sirve para conocer y comprender mejor el presente y evitar los mismos excesos y errores en que pudieron haber caído en su momento quienes actuaron en otro contexto político, cultural y social del mundo y de la Argentina.
En Santa Rosa, Capital de La Pampa frente a la Escuela Normal que lleva el nombre de Julio Argentino Roca, sobre la Avenida que lleva también su nombre, está emplazado el busto en homenaje, que en otro momento se impuso como necesario y que otros ciudadanos con el mismo derecho que los que ahora se oponen, llevaron a cabo.
Pintada al pie del monumento de Julio A. Roca, a quien un grupo, agrede con los epítetos de "represor, asesino y exterminador". Santa Rosa (La Pampa) Argentina.

 
Desde hace un tiempo se viene cuestionando el festejo del 12 de Octubre como "Día de la Raza", que fuera instituído por el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Algunos sectores están proponiendo que se conmemore el 11 de Octubre como el último día en Libertad de, lo que ahora se denominan "pueblos originarios" y que antes eran designados como indios o más precisamente aborígenes.
Junto a estas iniciativas se ha comenzado una campaña nacional de algunos sectores ideológicos contrarios a la monumentalización de Julio Argentino Roca, el otrora ministro de Guerra que tuvo a su cargo la estrategia de exterminio de los últimos grupos aborígenes que resistían en 1879.
Creo y me parece justo que se pueda peticionar, que se hagan todos los debates que se crean necesarios y oportunos y que se repudie a quienes se crea merecedores de estas acciones. Pero creo que tirar abajo, destruir, ocultar, sacar, extirpar, aquellos bustos, placas, u otros elementos que recuerdan otros momentos históricos del mundo, la provincia o la ciudad, no hace a una cultura de la diversidad y el respeto.
Puedo compartir muchos de los argumentos que sustentan las críticas de investigadores, escritores, historiadores, políticos e intelectuales sobre la denominada "Conquista del Desierto" o sobre el "Día de la Raza" o sobre el autoritarismo y la represión, pero a condición de no caer en los mismos métodos que se están repudiando.



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