sábado, 28 de junio de 2008

NECIO


Hace unos días, el actual presidente del partido Justicialista a nivel nacional, ha expresado algunas consideraciones referidas al conflicto actual, que mantiene la administración de su esposa con la comisión de enlace, formada por las cuatro entidades agropecuarias.

Y eso no tiene nada de reprochable, pero cuando comienza a comparar la situación política en la que se encuentra y el fundamento de las decisiones que toma, con respecto a las que tomó el ex presidente Juan Domingo Perón, quien prefirió en septiembre de 1955, refugiarse en la cañonera paraguaya y evitar la guerra civil, que hubiese sido un baño de sangre muy grande, con el que hubiese quedado manchado para siempre el peronismo, no puedo menos que decir que no estoy de acuerdo.

Decir además que “a mi no me va a pasar” y querer comparar lo incomparable o incluso desmerecer la frase que Perón utilizara a su retorno a la Argentina luego de dieciocho años de exilio, cuando tratando de pacificar los espíritus expresó: “todo en su medida y armoniosamente”, como una frase blanda, casi de un espíritu como dice Jorge Asís “acostumbrado a arrugar”.

En este caso, no sólo no estoy de acuerdo, sino que me animo a decir que el actual presidente del Justicialismo es un necio. Es decir su conducta, sus reflexiones y su estrategia son propias de un imprudente, terco y porfiado, que con tal de hacer creer a algunos que tiene razón, no tiene empacho en intentar pintar las decisiones de Perón en aquel contexto, totalmente distinto del actual, como las de un mojigato.

El historiador Fermín Chávez, antes de dejar este mundo publicó en 1990, un libro que tituló “La chispa de Perón”, de ese texto extraigo la siguiente página.

“Fórmula mágica. El 14 de noviembre de 1947, las Universidades Argentinas le otorgaron el título de Doctor Honoris Causa y el General pronunció un importante discurso. De él sacamos el párrafo siguiente:

“Sintetiza un autor el genio griego con la siguiente relación. En el tempo de Apolo, en Delfos, aparecían en su pórtico máximas como ésta: Nada con exceso. La medida ante todo. Según la primera de estas sentencias, todo exceso es en sí un mal y, según la otra, la medida en sí es un bien. Se contraponen, por lo tanto, exceso y comprensión de la vida obtendrá diversas formulaciones: una en la filosofía, otra en la política, las restantes en el arte. Todas ellas nos darán el sentido del equilibrio, la fórmula mágica del arte de conducir hombres y gobernar pueblos”.

Como se puede apreciar, no es que Perón estaba reblandecido, después del golpe de Estado y los dieciocho años de exilio que debió pagar por esa noble decisión y entonces para que no lo sometieran de nuevo, había tomado el camino de la tolerancia. Muy por el contrario, el estaba convencido en 1973 que había que llevar adelante una revolución en paz. Tan convencido que hasta se reconcilió con sus antiguos enemigos y el abrazo con Balbín es uno de los gestos de mayor profundidad política en ese sentido.

Claro que esto todavía no lo pueden entender aquellos que quisieron continuar con las armas para tomar justicia por su propia mano. Esos a los que Perón echó de la plaza de Mayo, son los que hoy creen que la violencia verbal y el “apriete”, son herramientas válidas para hacer entrar en razón a quienes piensan diferente, hasta ponerlos de “rodillas”, sean éstos legisladores, gobernadores o dirigentes del sector agropecuario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts with Thumbnails