¿Aerolíneas Argentinas, se transformará en el nuevo test del gobierno para calibrar su poder residual en el Congreso Nacional?
Por la importancia de la decisión, fundamentalmente en lo que atañe al impacto sobre las ya deterioradas finanzas publicas del Estado Nacional, este caso me trae a la memoria dos cuestiones: la anulación de los contratos petroleros que había convenido el gobierno de Frondizi con empresas extranjeras, realizada por el gobierno radical de Illía que le costó al país mucho dinero. La otra es la anulación del contrato que hizo de la Rúa del convenio que había realizado el gobierno de Menem para los nuevos documentos con la empresa Siemens, que también le costará al país mucho dinero.
Cuando se privatizó Aerolíneas (con el voto de los santacruceños, dicho sea de paso) el Estado Argentino ya se hizo cargo de una deuda parecida a la que ahora, de prosperar en el Congreso esta reestatización, volveríamos a echar sobre las arcas del Fisco Nacional.
La Empresa continúa siendo deficitaria, como lo era cuando se la privatizó,, pero con la perspectiva de que si el precio del petróleo continúa subiendo, de no poder nunca ser una empresa rentable. Porque para serlo se debieran ajustar muchas tuercas de la ecuación económica-financiera, entre ellas el precio de la tarifa.
Si como es probable el gobierno opta por tomar esta reestatización como una bandera política y querer demostrar con esto su distancia del modelo neoliberal de los 90, seguramente los subsidios al transporte continuarán aumentando.
Pero el agravar el problema de caja tal vez no sea el problema de fondo. El real y verdadero problema es que los subdidios se pagan con los recursos que provienen de los impuestos y los impuestos los pagamos todos los ciudadanos. En cambio los beneficios los reciben sólo los que viven en la Capital Federal y el conurbano bonaerense y ahora únicamente los que viajan en avión.
El caso de nuestra provincia de La Pampa es parecido al tema de las retenciones al agro. Nuestra capital provincial tiene un sólo vuelo semanal y para colmo está compartido con Viedma. Lo cual traducido quiere decir que seguiremos poniendo más esfuerzo tributario para que otros puedan gozar de tarifas bajas y de los servicios que diariamente les preste Aerolíneas Argentinas.
Poco federalismo, nada de integración regional y mucho menos que nos digan que esta es otra política de "redistribución del ingreso". Si a la alta regresividad de la carga tributaria se le agrega cada vez más una discriminación negativa para las economías regionales y las comunidades del interior. A otro perro con el hueso del "progresismo".
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