lunes, 29 de julio de 2013

ORESTE MARINI Placero

La mayor cantidad de italianos que llegaron a la Argentina se radicaron en "La Boca", pero algunos sin familia a cargo se internaron tierra adentro.  Trabajaron un corto lapso en Buenos Aires y luego se largaron hacia el interior, desde donde llegaban noticias de facilidades para conseguir tierras y demanda de mano de obra para trabajar en distintos oficios.

La mayor cantidad inmigraban buscando mejorar su situación social y familiar y escapándole a las guerras y las dificultades económicas de su Patria de origen, en caso de ser menores de 20 años los varones necesitaban contar con el permiso expedido por el Distrito Militar.

Una de esas personas fue don Oreste Marini, nacido en el Municipio de Servigliano, de la provincia de Fermo (antes pertenecía a Ascoli Piceno), a 60 kilómetros al sur del puerto de Ancona y a 25 kilómetros al norte de la ciudad de Ascoli Piceno en Italia. Don Oreste viajó como polizón en el barco, su madre lo hizo esconder, porque ya había sufrido la  pérdida de dos hijos. La mayoría de los tanos pobres viajaban en tercera, muchas veces en condiciones no demasiado decorosas. Llegó a la Argentina en compañía de otro italiano de apellido Sciaffoni que también vivió con su familia un par de años en Victorica, el primer pueblo del Territorio Nacional de La Pampa Central.

Don Oreste nació el 19 de marzo del año 1895 y habría llegado a la edad de 17 años a la República Argentina, dos años después se iniciaría la Primera Guerra Mundial en Europa y en aquellos años el servicio militar obligatorio eran por lo menos cuatro o cinco años.

Después de un tiempo en la Capital Buenos Aires, toman el tren que los lleva al puerto de Bahía Blanca al sur de la provincia de Buenos Aires y de allí abordan el ferrocarril del Sur que los trae hasta General Acha, que hasta hacía poco había sido Capital del Territorio Nacional de La Pampa.

En General Acha toman noticia de la demanda de gente en una estancia en desarrollo de la colonización al norte de Victorica y sur de San Luis, conocida como "Los Bajos Duros". Marini llega al lugar en una máquina perforadora, para alumbrar agua subterránea. En ese lugar Oreste conocerá a la joven María Rómula Chapa cuyo apellido tiene reminiscencias italianas, con la que habría de formar matrimonio. María era hija de doña Procesa Medina, descendiente de pueblo originario, quien fue una de las parteras idóneas hasta la mitad del siglo XX en Victorica.
La familia Marini se vio  bendecida por la llegada de varias hijas Aida Esther, Nidia Olga, Sara Carolina, María Mercedes, Dora Irma y el más pequeño fue el único varón Julio César apodado "Coco", con quien sabíamos izar barriletes que hacía el primo "Coco" Cesanelli. La Negra como le decían familiarmente se casó con Urbano Luján quien supo tener un taller de reparaciones. Tota se casó con Francisco Sicilia y vivieron en Burzaco, provincia de Buenos Aires.

Sara Carolina se casó con Vicente Martín integrante de la policía de La Pampa. María Mercedes "Mecha" para sus amigas, se casó con Delmo Sciu oriundo de Eduardo Castex, quien entre otras actividades fue peluquero y Dora lo hizo con Miguel Di Dio, hijo de don Domingo, presidente del Club Cochicó, donde el "Negro" fue arquero.

Sara y Mecha fueron empleadas del sastre José Martinowsky, aquel polaco que apareció por Victorica en la década de 1940 y puso su Sastrería frente a la plaza. Mecha entró a trabajar con catorce años y dejó ese puesto porque ingresó al Hospital Luisa Pedemonte de Pistarini como enfermera, de la mano del Dr. López Seoane, cargo en el que se jubiló.
Después que murió repentinamente Martinowsky, Sara se puso por su cuenta en la profesión que había aprendido y le fue muy bien. Se construyeron con su esposo la vivienda al lado de la de sus padres.

 Don Oreste con su familia comenzó cultivando una quinta sobre la calle Belgrano, cerca del camino viejo que llevaba por entre las chacras hasta Telén, detrás de la que cultivó el español Raimundo Urmente Gil. Allí se dedicó a plantar cebollas, zanahorias, ajos y otras hortalizas, cuya producción supo vender en el pueblo y a algunos comerciantes para obtener ingresos. En la huerta trabajaba toda la familia, hasta las niñas.

Años después, probablemente alrededor de 1925 ingresó a la Municipalidad para desempeñarse como encargado del mantenimiento de la plaza, que por aquellos años tenía un molino con tanque australiano instalado para realizar el riego a las plantas, arbustos y flores con que se había engalanado la misma.

"Juan se empleó un tiempo en Victorica como cuidador de la plaza municipal, y también consiguió una changa de alambrador."(1)
"El 25 de marzo de 1925 el comisario de Victorica, Mauricio Quiroga, recibió la denuncia del robo perpetrado la noche anterior en la tienda de Salomón, en Telén."(2)
"Las huellas llegaban hasta la panadería de Viglino, en Victorica, de donde Vairoleto había retirado el caballo esa mañana".(3)

En la foto de arriba, tomada por don Vidal Saenz en la plaza de Victorica al borde de un tanque lleno de agua se observan tres personas. El de la izquierda podría ser don Oreste Marini, que tiene entre sus manos una pipa. A su lado hay un joven de pañuelo blanco al cuello que tiene un cigarrillo en su mano y podría ser Juan Vairoleto.

En su estada en Victorica, el  bandolero Juan Vairoleto solía comer en lo de doña Leonarda de Costantino, su hijo Zoilo por ese tiempo era policía,  lo habría reconocido pero nunca dijo nada.

Mientras la plaza de Victorica estuvo a cargo de don Oreste, todos los años había flores, hermosos rosales y otras flores de temporada embellecían los canteros y muchas veces solía podar algunos arbustos con el diseño de animales u objetos que eran otra de sus habilidades. Muchos recuerdan las "uñas de gato" que supo cultivar en el borde de todos los canteros.

El 3 de octubre del año 1945 obtuvo su libreta de elector extranjero, con la que participó en las elecciones comunales de Victorica. Tenía la costumbre de fumar en pipa, y casi todos los vecinos antiguos del pueblo se recuerden verlo pasar caminando rumbo al trabajo, en la plaza trabajando o volviendo a su casa con su pipa con una caja de fósforos marca  "Ranchera" vacía y cortada sobre la misma, a modo de paraguas. Muchos creían que era para que no se le apagase, pero en realidad era para evitar que las chispas le quemasen la ropa.

De mis recuerdos de niño tengo presente, cuando solía estar en la casa del abuelo Luis Cesanelli, paisano de Marini, proveniente de la provincia de Macerata, verlo pasar hacia, o regresar de su trabajo. Era de esas personas con una puntualidad rigurosa. Solía cargar con él un reloj de cadena que llevaba en el bolsillo de su chaleco.

Vestía para el trabajo, pantalones de grafa,  faja negra de lana a la cintura, camisa de grafa, pañuelo al cuello y gorra visera. Ya entrado en años y para evitar las rigurosidades del sol anteojos ahumados. Era de pequeña estatura, pero tenía fortaleza para cargar una larga y pesada manguera que conectaba a las canillas para regar toda los canteros de la plaza.

Vivió hasta los 94 años y hasta ya entrado en la ancianidad solía cosechar sus propios pimientos que cultivaba en un cajón de manzana.

(1), (2) y (3) Chumbita, Hugo: "Última frontera. Vairoleto: Vida y leyenda de un bandolero" Editorial Planeta. Buenos Aires 1999.
Fuentes Orales consultadas:
Mercedes Marini
Dora Marini
Oscar Di Dio
Delmo Sciu
Fotografías
Miryam Lux Martin/Oscar Di Dio
Adela Irma Saenz de Peirone

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