miércoles, 25 de julio de 2012

SER EVITA

"Cuando elegí ser "Evita" sé que elegí el camino de mi pueblo. Ahora a cuatro años de aquella elección, me resulta fácil demostrar que efectivamene fue así."

El año 1951 comencé la escuela primaria en el flamante edificio de la Escuela Nacional N* 7 de Victorica, pero en ese momento no sabía que esa era una de las obras del Primer Plan Quinquenal del gobierno encabezado por Juan Domingo Perón. Quien tenía en su gabinete como Ministro de Obras Públicas al General Juan Pistarini.

"Nadie sino el pueblo me llama "Evita". Solamente aprendieron a llamarme así los descamisados. Los hombres de gobierno, los dirigentes políticos, los embajadores, los hombres de empresa, profesionales, intelectuales, etc., que me visitan suelen llamarme Señora; y algunos incluso me dicen públicamente Excelentísima o Dignísima Señora y aún, a veces, Señora Presidenta. Ellos no ven en mí más que a Eva Perón."

El año anterior me habían operado de admigdalas en el Hospital por el Doctor Adolfo López Seoane. Allí permanecí internado varios días hasta que regresé a casa. Tampoco supe en ese momento que ese edificio se había inaugurado totalmente nuevo el año 1949, oportunidad en la que visitó personalmente Victorica el Ministro de Obras Pública Juan Pistarini y que había sido bautizado con el nombre de Luisa Pedemonte de Pistarini, madre del ministro, como homenaje.

"Los descamisados, en cambio, no me conocen sino como "Evita". Yo me presenté así, por otra parte, el día que salí al encuentro de los humildes de mi tierra diciéndoles que prefería ser "Evita", a ser la esposa del Presidente si ese "Evita" servía para mitigar algún dolor o enjugar una lágrima."

El año 1952 nuestro padre ingresó a trabajar en la recientemente inaugurada Escuela de Agricultura y Ganadería de la Nación, que se había construido en un campo cercano. Tampoco supe que en esa oportunidad había vuelto a visitar Victorica el Ministro de Obra Públicas el General Juan Pistarini, pero esa vez lo hizo acompañado del Ministro de Agricultura Ingeniero Emery.

"Ahora si me preguntasen que prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra "Evita" me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra."
"Cuando un obrero me llama "Evita" me siento con gusto compañera de todos los hombres que trabajan en mi país y aun en el mundo entero."


A principios del año 1952 mi tío me dijo que al Correo de Victorica habían llegado juguetes para el día de los Reyes Magos enviados desde Buenos Aires por la Fundación Eva Perón. Tampoco tenía demasiado claro quien era, pero fui a hacer la cola para recibir mi juguete nuevo.


"Cuando una mujer de mi Patria me dice "Evita" yo me imagino ser hermana de ella y de todas las mujeres de la humanidad."

Cuando Evita murió me di cuenta que debía ser alguien importante, porque el diario La Nación que compraban en casa de los abuelos maternos pude ver un suplemento en color sepia con muchas fotos sobre el funeral y el sepelio. Pero además en la casa de los tíos Spadini, propiedad de Domingo Di Dio se había levantado una capilla ardiente con una gran lámina de Evita, flores y velas y se solían ver personas llorando y demostrando mucho dolor por lo que había sucedido.

Años después me enteré que el grifo donde íbamos a buscar el agua potable para nuestra casa, pertenecía a la red de Obras Sanitarias de la Nación,  otra obra que se había logrado por la vinculación que tenía la Comisión Pro Fomento de Victorica presidida por don Domingo Di Dio con Pistarini, quien había nacido en Victorica, en la manzana donde estaba construida la escuela.

Tres años después me dí cuenta, porque mi padre no sólo hablaba del suceso, con sus amigos como Fortunto Romeo, los Muñóz o los Ochoa, sino también que a veces discutía con algunos parientes que venían de Buenos Aires y que no compartían su misma lealtad con respecto al pensamiento y la obra del gobierno de Perón y Evita.

Después del golpe que derrocó a Perón el año 1955, mi padre guardó debajo del colchón el libro "La razón de mi vida", porque había comenzado la censura y la caza de brujas, cuando no la persecución y la delación. Nuestro tío Modestino sufrió practicamente el destierro, porque lo trasladaron a una pequeña localidad del desierto de Rio Negro llamado El Cuy.

Muchos años después supe que el odio que tiró abajo el monumento en la plaza de Victorica, que hizo desaparecer placas de los lugares y edificios que contenían alusiones al gobierno del "tirano prófugo", que las cesantías y traslados y que la censura en la radio y los demás medios que prohibían nombrar a Evita y a Perón, había sido general en todo el país.

Muchos años después supe que el General Pistarini, había sido un gran amigo de Evita y por eso cuando vino la primera vez en 1949 fue a visitar el Asilo de Ancianos al frente de cuya comisión estaba doña Ema, la esposa de don Vicente Muñóz.

El 26 de julio de 2012 se cumplen 60 años de la muerte de Evita y creo que recién la estamos conociendo en profundidad, no sólo la calidad de persona que fue, sino la magnitud de la obra que desarrolló a través de la Fundación que dirigió y que se preocupó por solucionar los problemas de niños, madres solteras, ancianos, enfermos y desvalidos en general, dejando jirones de su vida por luchar contra la pobreza y las injusticias.

Fuente: Eva Perón "La razón de mi vida" Edición Escolar Peuser, Buenos Aires, abril de 1953.

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