viernes, 20 de marzo de 2009

UNA EXCURSION...

Entre Leuvucó y Poitahué
Algunos habrán leído “Una excursión a los indios ranqueles”, ese clásico de la literatura argentina que escribiera el coronel Lucio V. Mansilla, en el que relata su viaje al centro del país ranquelino Leuvucó.

Allí parlamentará con Mariano Rosas el cacique, que fuera apadrinado por don Juan Manuel de Rosas allá en su estancia, donde unos años antes estuvo Mariano.

Era el año 1870 cuando la llevó a cabo. Salió un 30 de marzo y el trayecto desde Río Cuarto hasta Leuvucó le demandó 28 días a caballo.

“La morada de Mariano Rosas consistía en unos cuantos toldos diseminados y en unos cuantos ranchos, construidos por la gente de Ayala, en un corral y varios palenques.” Observa y anota Mansilla y agrega seguidamente.

“Leubucó es una laguna sin interés; quiere decir agua que corre; de leubú, corre, y de có, agua. Queda en un descampado a orilla de una ceja de monte, en una quebrada de médanos bajos. Los alrededores de aquel paraje son tristísimos, es lo más yermo y estéril de cuanto he visto; una soledad ideal.”

En realidad la grafía usual de Leubucó es Leuvucó con “v” labiodental y, en consecuencia, más próxima a la pronunciación araucana “leufú”, que es la que debiera utilizarse.
El pincel de Lassalle traslada a la imagen visual, algunos detalles del encuentro entre el Coronel Mansilla y el cacique Mariano Rosas en las tolderías junto a la laguna de Leuvucó. Foto Lerc 02-2009

Enseguida el Coronel, observador y sobre todo algo sorprendido por lo que está viendo registra en su retina y retiene en su mente para luego volcarlo al papel de sus anotaciones.

“De Leubucó arrancan caminos, grandes rastrilladas por todas partes. Allí es la estación central. Salen caminos para las tolderías de Ramón, que quedan en los montes de Carrilobo; para las tolderías de Baigorrita, situadas a la orilla de los montes de Quenque; para las tolderías de Calfucurá en Salinas Grandes; para la cordillera, y para las tribus araucanas.”

Ochenta y un años después de aquel acontecimiento, muy cerca de allí se construye la Escuela Agrícola de Victorica y llega como director organizador el Ingeniero Agrónomo Juan Carlos Lassalle. (Ver la nota Victorica de antaño IV)

Por estos días el Museo Provincial de Artes en Santa Rosa alberga una muestra con objetos que le pertenecieran y que utilizó en sus diversas actividades. Además de su profesión desarrolló “un voluminosa obra como acuarelista, fotógrafo y escritor, no suficientemente difundida”.

La Escuela Agrotécnica conserva aún en el Comedor dos grandes oleos tipo mural. Uno registra la entrada a la Pampa de la fila de carretas a la zona de Salinas Grandes, en busca de la sal y el otro es el que de motivo a esta nota. Muy Bueno Sería identificar la obra y hacerle un proceso de restauración que luego de más de cincuenta años lo necesitan.

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