jueves, 12 de junio de 2008

Poetisas de La Pampa





Por aquí no pasaron los dioses con su carruaje
de fuego y de infancia.
Fue necesario el aliento largo del hombre,
para que se llamara Pampa.
Sólo bastó un ciervo de barro quemado,
prisionero del monte en calandrias infinitas.
Un caldén de huraño cobre en las treguas
silbadores del viento interminable.
Fue necesario un relámpago, alguna pena,
una raíz, una impaciencia,
la lágrima vegetal del cardo,
el hueso intransferible, la tacuara incierta,
el ala tardía de la nube violenta.
Un cielo incontable porque fue Todo el cielo
sobre la llanura mansa como una mujer
de manos nuevas.
Porque aquí no pasaron los dioses,
el Hombre se les había delantado.
Y sólo bastó el hombre para que se llamara Pampa.



Génesis del libro Pródiga de Diana Irene Blanco *



* Poetisa pampeana oriunda de Eduardo Castex, Provincia de La Pampa, Argentina. Una de las voces poéticas de las mujeres pampeanas, que enriquecen la literatura regional. Cuenta en su haber varios libros publicados.



En la foto se pueden ver la Sierra de Lihue Calel (Las Sierras de La Vida)



Fuente: Revista Nuevo 1º de Octubre CPE de Santa Rosa (La Pampa)

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