sábado, 31 de agosto de 2013

MITRE PATRONO BIBLIOTECA POPULAR

La Biblioteca Popular de Victorica, provincia de La Pampa, es la primera fundada en los ex Territorios Nacionales de la Argentina.

Sabemos que los iniciadores de la idea fueron tres personas. El maestro Félix Romero, hijo de una familia riojana que llegó a Victorica, despues de pasar un tiempo en la provincia de San Luis trabajando en un campo con su familia.

La segunda persona sobre la que tenemos más noticias es sobre don Pedro Telmo Lobo, hijo del ex Juez de Paz con asiento en Victorica don Ángel Lobo, oriundo de la provincia de Santiago del Estero.

Y el tercer integrante del trio promotor de la fundación de una Biblioteca Popular fue don Alfredo Hernández, que al momento de enviarse las invitaciones al vecindario y demás personas se encontraba en Victorica como Comisario de Policía de la localidad.

De la lista de personas a las que se les hizo llegar circular "solicitando su benéfico concurso y amparo", fechada el 19 de Noviembre del año 1904, destaco que 43 fueron a vecinos de Victorica, en tanto que 12 fueron despachadas a la capital Santa Rosa, 3 a la localidad de Toay y 2 a la vecina localidad de Telén.
Debo recordar que Telén era la segunda localidad del Departamento Loventué, porque todavía no se habían fundado los demás pueblos que lo integran actualmente.

Resaltando además que aún las pujas entre don Alfonso Capdeville y quienes lo enfrentaron aún estaban muy frescas. El fundador de Telén por otra parte, que era el Presidente de la Comisión de Fomento en ese momento, había traído desde Francia una gran cantidad de libros, los que el periodista y el fotógrafo de la revista Caras y Caretas observan con bastante extrañeza, en el salón de lectura de "El Alto".

Hago notar además que hubo una sola invitación enviada a Buenos Aires y esta estuvo dirigida a Don Benjamín Victorica, General de la Nación retirado, que en esos tiempos estaba sumamente ocupado. Efectivamente el 26 de abril del año 1904 había sido elegido Presidente de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional. Paralelamente el 14 de julio del mismo año fue designado Decano de la Facultad de Derecho, y además Vicerector de la Universidad de Buenos Aires. Después de 1906 fue designado Director del Banco de la Nación Argentina, puesto desde el cual luchó para que el pùeblo de Victorica tuviese una Sucursal y luego el edificio propio. 

Del acta labrada y fechada el 4 de junio del año 1905, se desprende que la Asamblea se realizó en el salón de la Municipalidad y que estaban presentes a las 3.30 horas p.m. las siguientes personas:
Lemme, Domingo; Bustos, Medardo; Trapaglia, Generoso; Graff, Bernardo; Cachero, Ramón; Viniegra, Máximo; Ghizzo, Antonio; Garritani, Benjamín; Rebolini, Valentín; Lobo, Pedro T.; Romero, Félix; Guaycochea, Santos; Zamorano, Ignacio; González, Laureano; Ortíz, Hildebrando; Papaleo, Vicente; Fernández, Crispiniano; Paéz, Marcos y Alonso, Enrique.

De ese documento se desprende que el señor Alfredo Hernández, no estuvo presente, como tampoco el señor Manuel Reguera a quien se "dispuso pasarle nota comunicándole el nombramiento de vocal"

Medalla que se distribuyó el día de la inauguración de la Biblioteca Popular. (Gentileza de Rubén Gómez Luna)

Hago notar que el señor Valentín Rebolini era el Juez de Paz en ese momento, en tanto que don Enrique Alonso era el Presidente del Concejo Municipal ejerciendo el cargo de Intendente, a quien acompañaba en el cargo de Secretario don Pedro Telmo Lobo. Por otro lado dentro de los presentes ese día había tres maestros: Hildebrando Ortíz, quien era el Director de la escuela de varones en ese momento, Laureano González y el alma mater Félix Romero.

Siempre me ha perseguido la duda de saber quien propuso que se le impusiese el nombre de Bartolomé Mitre a esta Biblioteca. En los documentos que he consultado y a los que me he referido en otras notas en este Blog, no he podido hallar ningún dato.

En primer lugar digamos que al momento de la Fundación todavía vivía Mitre, aunque falleció en enero de 1906. Por otra parte en una apretada síntesis se podrá decir que Mitre había sido Gobernador de la provincia de Buenos Aires y Presidente de la Nación entre los años 1862 y 1868. Que además de político había sido militar, llegando al grado de General, también historiador, y periodista.

Durante su gobierno la Argentina integró la Triple Alianza que llevó adelante la guerra contra el Paraguay. Cuando terminó el mandato de su presidencia el Senador Nicasio Oroño denunció que las luchas del centralismo porteño contra los líderes federales habían producido la muerte de 4.728 argentinos que se revelaban contra la opresión del mitrismo.

Luego compró el diario La Nación Argentina y lo rebautizó con el nombre de "La Nación" a partir de 1870. En 1872 el presidente Sarmiento lo envía al Brasil para acordar la estrategia para determinar los límites con el Paraguay.

En 1873 se postula para un nuevo mandado pero es derrotado por Nicolás Avellaneda. Mitre acusa a sus vencedores de haber falseado los datos y se prepara para resistir. Sus aliados se preparan y el 26 de octubre de 1874 Mitre toma el mando de la revolución. Pero finalmente es derrotado y es sometido junto con Arredondo a Consejo de Guerra, siendo condenados y dados de baja del Ejército. Allí en la cárcel escribio "Historia de Belgrano o de la Independencia Argentina" dando comienzo a su trabajo como historiador.

En 1883 pasó a Chile a estudiar las batallas emancipadoras para terminar de escribir "Historia de San Martín", donde nos legó los rasgos del genio militar, escondiendo las dotes de político del Padre de la Patria.
En la Biblioteca existe un gran cuadro con la figura de Bartolomé Mitre y que sepamos, nunca la mencionada Entidad recibió demasiado apoyo de la familia Mitre, ni del diario La Nación, los que muchas veces fueron donados a la Institución por algunos socios lectores y grandes colaboradores.

miércoles, 28 de agosto de 2013

LA PAZ

"!Pobre paloma herida!"
Nuevamente la Paz Mundial se ve amenazada en estos días por las grandes potencias, que aliadas desde hace ya muchos años, vienen llevando a cabo una lucha, que con distintos pretextos, se dice que es contra el terrorismo internacional y el narcotráfico, pero que según se vio en Irak lo que mas interesa es tener acceso al medio oriente donde hay grandes reservas de petróleo.

Parece que la ONU (Organización de las Naciones Unidas), no logra cumplir con su rol para el cual fue creada después de la Segunda Guerra Mundial. Porque la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) que es una organización militar intergubernamental, creada en 1949, se superpone y ejerce su poderío por encima de ella.

La Carta de fundación de la ONU en 1945 fue firmada originalmente por 51 países del mundo. Actualmente al año 2013 los países signatarios de la misma son en total 193 Estados miembros. La función principal de esta Organización es justamente preservar la Paz, pero el Consejo de Seguridad no logra muchas veces evitar que algunos de sus miembros actúen contradiciendo sus objetivos y metas.

El año 1947, cuando aún estaban frescos los recuerdos de la Segunda Guerra Mundial, que nos había afectado también a los argentinos, la maestra de 6º grado, de la Escuela Nacional Nº 7 de Victorica, doña María Fredesbinda Bustos Bazán de Ares, puso en manos de los alumnos del turno mañana un Decálogo de Paz.


Doña "Mecha" como le decían sus amistades, era además de maestra, una gran escritora, también poeta y por sobre todo una persona muy lectora y que desde sus inicios en la docencia, había inculcado entre sus alumnos, no sólo los derechos, sino fundamentalmente los deberes que como futuros ciudadanos deberían asumir.

Es por eso que en el punto II de ese decálogo se puede leer: "Tú sabes amar. Ama lo bueno, lo noble, lo generoso y ése, tu amor inacabable llegará hasta las vidas ásperas, con la pacífica obstinación de la llovizna mansa. Todas las vertientes de la vida se recuperan por el camino del amor."

 Ella aborda en este Decálogo los distintos valores que ha tratado que sus alumnos aprendan a respetar, por eso subraya a cada uno de ellos: la alegría, el amor, el pensamiento, la bondad, la humildad, la honradez, el trabajo, el estudio, el sentimiento.

 "Tu debes trabajar" comienza el apartado VIII, poniendo el acento en la obligación antes que en el derecho. Y continúa después: "Trabaja con empeñosa terquedad por que sabes que huele a paz el campo arado, el huerto florecido y el trigal maduro." Y remata su idea "Por el trabajo se llega a la paz interior y al pacífico retacear de la mirada."

En 1947, para el mes de agosto, ya hacía más de un año que Juan Domingo Perón había comenzado su primer mandato. En ese lapso había convertido en ley el decreto del gobierno anterior disponiendo la enseñanza religiosa en las escuelas. Además para ésa época se había realizado el anuncio del Primer Plan Quinquenal de Obras Públicas.

Leído a la distancia estos hechos, probablemente hayan desencadenado en esta maestra de una escuela del Territorio Nacional de La Pampa Central, sentimientos contradictorios. Porque dado su acendrado catolicismo ella compartía que esa enseñanza se impartiera en las escuelas. Pero como Perón era un militar y se lo había vinculado con el nazismo y el fascismo, pensaba que por ese lado podrían llegar malas ideas.

Es entonces que su pensamiento y su palabra machacan una y otra vez sobre el tema de los deberes y de la paz. Es por eso que los dos últimos preceptos son rigurosos: Dice el IX "Tu debes estudiar. Estudia a conciencia lo que pueda hacerte mejor para servir a la causa noble de los demás. Seguirás la trayectoria patricia que no tiene parangón en la historia de los pueblos grandes."

Su gran preocupación por la gran llegada a la escuela primaria y luego a la secundaria de aquellos "cabecitas negras", esos "grasitas" de Evita, hacen que no sólo refuerce el camino de la educación (estudiar), sino que también les marca a sus alumnos la trayectoria de ese derrotero: la patricia. Es decir entre San Martín y Perón, ella elije a San Martín, "serás lo que debes ser o sino no serás nada".

El último párrafo del Decálogo comienza diciendo: "Tú debes querer." todo un imperativo categórico, por aquello de "querer es poder". Y a continuación agrega: "Quiere como ninguno con la fortaleza de tu menudo corazón y la paz, -!pobre paloma herida!- se salvará en ti y por ti. Ese es tu destino, niño de mi tierra, en una humanidad que no debe volver a ser crucificada."

 Los alumnos de 5º y 6º grado de aquel año le enviaron una tarjeta de agradecimiento por este decálogo, entre los firmantes podemos leer: Marta Elena Gonzalez por 3º A, Juan Muñóz por 3º B, Jorge Oscar Rodríguez por 4º A, Teresa Escudero por 4º B,  Cristóbal Padrones por 5º grado y Juan Carlos López Scala por 6º grado.

martes, 27 de agosto de 2013

JAAK SWINNEN

El señor Santiago Eduardo María Swinnen llegó a la provincia de La Pampa, con su título de Arquitecto, en la época en que se estaba construyendo el complejo del Centro Cívico en Santa Rosa a principios de la década de 1960.

Había nacido un 28 de mayo del año 1933 en Lendelede (Bélgica), de donde emigra a la Argentina junto con su núcleo familiar compuesto por sus padres y dos hermanos. Se radican en Villa Flandria, entre Luján y Mercedes, provincia de Buenos Aires. Allí naceran otros hermanos.

Después que termina la Segunda Guerra Mundial regresan a Europa, pero al poco tiempo, la gran nostalgia que los embarga, los impulsa a venirse definitivamente a la Argentina.
Luego de estudiar en la Universidad de Buenos Aires y ya diplomado y casado, llega a la capital pampeana en compañía de su esposa y siete hijos.

Recuerdo haberlos visto en aquellos primeros años en una rural, desplazarse por la ciudad, llevando los niños al colegio, haciendo compras o en alguno de los lugares que solían frecuentar. Alto, delgado, rubio, de ojos celestes, fumaba en pipa.

Como se enamoró del paisaje del bosque pampeano y de sus médanos, decidió construir su vivienda entre Toay y Santa Rosa, a la que le impone el nombre de "Vuriloche", cuyo topónimo significa "gente detrás del médano".

Muchas de sus obras arquitectónicas son reconocibles en la ciudad, la más visible es la Catedral de Santa Rosa. Pero además de su profesión de arquitecto, es un plástico, le gusta pintar el paisaje que lo rodea. El pasado 2 de agosto en la Galería de Arte "Alfredo Olivo" de la Municipalidad de Santa Rosa quedó inaugurada una muestra de parte de su obra titulada "Jaak y las cuatro estaciones".
"En una carpeta familiar se suceden pasajes de su vida profesional y artistica. Ahí nos enteramos de que en su familia lo llamaban Jaak. Este apodo lo aligera" dice Miguel de la Cruz en el programa.

"El hombre alto y delgado que fue, de pronto adquiere la dinámica de su arte; el sobrenombre se condice con un estilo. En general sus pinturas y dibujos dejan ver la primera impresión esbozada por alguien que está de paso y no quiere olvidar, o comtempla, o rememora."

"Su pincelada es sinuosa, un sendero que sube y baja por un nivel inestable, en partes medanoso, en partes crispado de vegetación achaparrada, más allá el infinito."

"Esta pincelada que aboceta el follaje de un caldén tiene el mismo ritmo que un camino a Toay, cerca de donde vivió y en donde solía señalar un caldén al fondo de la casa, para decirles a los suyos: qusiera que me entierren ahí", señala en la presentación de la Cruz.

"Quizá recién se asimile un lugar, cuando la idea de la muerte nos va anticipando en dónde reposarán nuestros restos. Es como volver a la madre, al primer latido que en sí incluye al último, ya que ser engendrado es empezar a vivir, y también a morir."

"Jaak sólo pintaba en el lugar donde había comenzado una obra; si el clima o el cansancio le impedían continuarla, volvía al otro día. No era un pintor de estudio, por lo que se ve; para dibujar en el tablero estaban sus proyectos de arquitecto. Sin embargo, el paisaje en relación con la arquitectura y la pintura, bien pudo cobrar en él una unidad del espíritu."

"Pintor de aire libre, su plenitud estaba en la luz diurna; de hecho, directa o indirectamente, sería afín a un movimiento pictórico de su país llamado iluminismo belga, de tendencia postimpresionista, cuya característica era la pincelada suelta, como la de Jaak"

"Su hija Clara -continúa escribiendo Miguel de la Cruz-, nos hace ver que Córdoba, Bélgica y La Pampa fueron los lugares de sus temas. Y que de las estaciones del año prefería el otoño, por los tonos que se van dando en las hojas de los árboles, de dorados a tostados, de rojizos a amarillentos, hasta que todo color se vuelve hojarasca y cada árbol un esqueleto de vida latente como un deseo oculto."

"Tendría su ánimo melancólico Jaak, si prefería el otoño, la estación donde el esplendor del verano deviene en una sobría madurez de días que se acortan. Igual Jaak armonizaba con todas las estaciones, en cada una encontraba su color, si no era el verde vibrante, era el azulado verdoso de los olivillos."

"Por algo escuchaba las cuatro estaciones de Vivaldi -acota de la Cruz informado seguramente por la familia del pintor-. "Clara señala que el tierra siena era uno de sus preferidos. Ahora, unido este color al azul cobalto de sus cielos que envuelve los caldenes y se proyecta en sus sombras, ambos conforman una dualidad cromática combinada con la nostalgia de la pradera tierna de su origen."

Al arquitecto Swinnen y su familia se lo solía ver además en las misas de los domingos y en todas las actividades organizadas por la Iglesia Católica. Este acercamiento a la Curia y su vinculación con el gobierno provincial y municipal le fueron propicio para ser contratado para sus obras de arquitectura. Cuando fue remodelada la Iglesia de Victorica para el Centenario del pueblo el año 1882, él fue autor del proyecto y director de la obra.

Jaak como se lo llamaba familiarmente y entre sus amistades, murió a los 76 años, habiendo dejado en La Pampa y particularmente en Santa Rosa parte de su trabajo arquitectónico y en el seno de su familia gran parte de su obra pictórica, aunque alguno de sus oleos integran el acerbo del Museo de Bellas Artes de Santa Rosa.

domingo, 25 de agosto de 2013

La versión del Cacique Yancamil sobre Cochicó

SOBRE EL COMBATE DE COCHICO
Según la placa que se halla en una de las caras de la pirámide que las tropas del Ejército Nacional construyera en el centro de la plaza del pueblo de Victorica, antes del año 1887, el enfrentamiento del Piquete de soldados y los lanceros de Yancamil se produjo el 19 de agosto del año 1882.

De este hecho de armas, ocurrido cuando ya había terminado la operación denominada "conquista del desierto", hay dos versiones antagónicas, con distintas variantes.

Una versión es la que se da por parte del Mayor Santerbó que comandó la columna de 150 hombres. Santerbó acampó en el sitio conocido como Paso de los Algarrobos, en los alrededores del río Salado-Chadileuvú, con la mayoría de su tropa. Desde allí desprendió un piquete compuesto por 25 o 26 soldados, comandados por "indios amigos" para que vayan en persecución de Yancamil y su gente a recuperar la caballada que había sido robada en los alrededores de Telén donde estaba pastando.

La otra versión es la que ha sido contada por los sobrevivientes, no ya de la tropa del Regimiento, sino por los indígenas. Aquí transcribiré ahora, la versión muy acotada que le da el propio capitanejo José Gregorio Yancamil al maestro Jarrín de la Colonia Emilio Mitre, Departamento Chalileo, Pampa Central.
Fotografía tomada por el maestro y Director de la Escuela don Manuel Lorenzo Jarrín, en oportunidad que Yancamil, en presencia de su antiguo lugarteniente don Santos Morales, hace su relato y da su propia versión concisa sobre el combate

"Jueves 12 de Febrero de 1914
Del Libro de observaciones diarias y apuntes del Director de la Escuela Nº 58 de la Colonia General Emilio Mitre, Departamento 13.S.VIII. Maestro Manuel Lorenzo Jarrín."

“Después de hablar del tiempo, del campo, de las haciendas, etc., le rogué me narrase el hecho de Cochicó, y para animarlo le leí un artículo aparecido en un periódico, con motivo del Aniversario del combate, cuando hube terminado Yancamill se sonreía y me dice -¡Cuánto se miente, Señor, cuanto se miente!
Voy a referirle, asegurándole que esta es la verdad de lo ocurrido en ese encuentro en el que el salvaje reducido y el salvaje libre hemos luchado con desesperación, unos porque eran soldados y nosotros porque éramos indios, todos defendiendo la vida y eso que la civilización llama honor y la barbarie decíamos derecho:"

"Era el 12 de agosto del año 1882, el cielo encapotado amenazaba descargar un fuerte aguacero, y si fuera ahora que nuestros cuerpos con la civilización se han hecho más delicados tendríamos frío, pero en aquella época, acostumbrados a todos los rigores del tiempo, ni los calores ni los fríos, ni el sol ni el agua hacían impresión en nosotros; hacía varios días que yo y Paineo y 8 compañeros más, habíamos venido del lado del poniente distanciándonos de las tropas que había en la Provincia de Mendoza, al entrar en La Pampa se nos unieron 7 soldados desertores,
Esta fotografía es del paraje Buta Ranquil, Departamento Puelén, (La Pampa), el lugar donde Yancamil tenía su campamento transitorio. Foto de Mario Ziaurriz

componiendo el 12 de agosto un grupo de 17 hombres armados de lanza, boleadora y cuchillo, bastante mal montados a causa de lo largo de la travesía que casi remató nuestros caballos; a poca distancia del paraje llamado Cochicó (agua dulce) avistamos un grupo de soldados que creo eran 23 hombres, indígenas reducidos al servicio del Ejercito Nacional, la sorpresa del encuentro nos obligó al ataque, así como creo que a los soldados los obligó a la defensa, los soldados iban cediendo el campo recostándose hacia el cerro de Cochicó, estaban armados de fusiles arma poco temible en manos de quienes no son diestros en su manejo, de cuchillos y algunos de boleadoras, los mandaban los tenientes indígenas Mora y Simón;  al llegar al cerro, la amenaza de lluvia se cumplió y llovía copiosamente, serían las dos de la tarde, Paineo se precipitó a la lucha antes de tiempo e hizo en los primeros momentos indecisa la victoria; tres horas largas duró el combate, el cansancio de aquella lucha cuerpo a cuerpo empezaba a notarse, 3 o 4 muertos había de cada parte, los insultos se cruzaban, heridas teníamos todos, a la voz de Paineo.

Este fragmento de mapa muestra el asentamiento de las tropas de los Regimientos 9 y 10 en el Fortín Resina, luego Victorica y la red de rastrilladas y huellas auxiliares que conectaban las distintas tolderías antiguamente existentes en Leuvucó, el Quenque, en Poitahue y Nahuel Mapu. Además está señalizado el lugar donde se produjo el Combate en el valle de Cochicó.

“Terminemos de una vez” redoblamos la fuerza del ataque, fue un momento terrible, la noche se hechó encima, eso favoreció el desenlace, 16 soldados aprovechando la oscuridad y contando que no podían ser perseguidos por los pocos que quedábamos y no tener caballos para eso, tomaron precipitadamente sus ensillados y se retiraron hacia el creciente, (1) quedamos pues dueños del campo; curamos lavando nuestras heridas y poniéndoles yuyos curativos, y nos acostamos sin desensillar nuestros caballos por el temor de que viniesen a sorprendernos; al rayar el día todo estaba tranquilo y pudimos reconocer ocho compañeros muertos y 6 soldados muertos y 1 bastante mal herido pero con vida, llamabase José Trainmá, lo auxiliamos, lo cuidé y me figura no ha de estado descontento del trato que se le ha dado pues aunque Paineo quería rematarlo yo me opuse a ello, cosa que motivó nuestra enemistad, pero no lo siento, pues antes, como después y como ahora, tengo la idea firme de que “a enemigo rendido no se le ataca, pero se le cuida.”
El manantial de Cochicó, en el Departamento Puelén (La Pampa) donde Yancamil y sus lanceros lavaron y curaron sus heridas. Foto Juan Pablo Monges.

“-¿A qué atribuye Ud. Señor Yancamill, eso de que 17 paisanos, hubieran vencido a 23 soldados?”, preguntó el maestro Jarrín a lo que el interrogado contestó:
“-Señor, a que un indio libre en aquellas épocas luchando por sostener la libertad, por la tierra que creíamos nos pertenecía, valía por 5 hombres, no temía la muerte y luchaba con coraje, esa es la causa.”

"!Cuanto se miente Señor, cuanto se miente! expresó  enfáticamente don José Gregorio Yancamil, después de 32 años del suceso en las inmediaciones del cerro Cochicó. De ser verdad su versión y ateniéndonos a la realidad de las circunstancias inmediatamente anteriores al Combate, lo más probable es que efectivamente Yancamil nunca pudo haber tenido consigo 400 hombres de pelea, como dice la versión de los militares responsables del desastre.

FUENTE: Tarquini, Claudia Salomón y Lanzillotta, María de los Ángeles "Un quijote en La Pampa" Fondo Editorial Pampeano, colección 2011 tomo 3.

lunes, 19 de agosto de 2013

COCHICO ULTIMO COMBATE

"EL COMBATE DE COCHICO"
                                                   Domingo Andrés Frois Regis
"Último episodio de la Conquista del desierto en el oeste pampeano. Desigual combate, que troncha de raíz las postreras esperanzas ranquelinas..."
"De acuerdo con la documentación del Estado Mayor General del Ejército, con los relatos de soldados e indios sobrevivientes y con el testimonio de antiguos pobladores contemporáneos de los sucesos, el Combate se produjo en las siguientes circunstancias:
Mes de julio de 1882. Deben ausentarse de Victorica el coronel Rodríguez y el Comandante Anaya. Queda al frente de la división el teniente coronel Froilán Leyría.
Llegan noticias de que una indiada, capitaneada por Gregorio Yancamil y Faineo reaparece en el escenario pampa. En su persecución parte del Fortín Victorica 150 hombres al mando del mayor Nicolás Santerbó. En agosto de 1882 acampan en el Paso de los Algarrobos (Departamento Chalileo), a 75 kms. al sur de la actual población de Santa Isabel. Desde dicho lugar Santerbó envía una comisión de 26 (a) hombres comandada por los tenientes indígenas Tránsito Mora y Simón Martínez; al llegar al valle de Cochicó (Departamento Puelén) sorprenden a un indio "bombero" (espía de avanzada) por el que descubren que más adelante hay otro "bombero". Según versión oral del investigador indigenista don Eliseo Tello, el primer "bombero" es degollado por los soldados (b) el que ha huido halla el cadáver de su compañero y corre para comunicar la novedad a la indiada del capitanejo Yancamil, éste estaba acampado en el paraje Buta Ranquil a unos 25 kms. al noreste (*) de Cochicó."

(a) "Según el Sr. Victoriano Mariqueo, hijo del soldado indígena Froilán Mariqueo hombre de 77 años, residente en Victorica, me informa que, según los recuerdos de su padre, la comisión militar estaba formada por 25 hombres."

(b) "En cuanto al degüello del bombero, el Sr. Mariqueo, hombre afable y de lúcida memoria, su padre nunca se acordó que mataran a ningún bombero; el que era muy hereje y criminal -aclara- era Yancamil, que mataba mujeres y niños. Interrogado el Sr. Mariqueo sobre otros datos vinculados al Combate de Cochicó, manifestó que entre los sobrevivientes estaba también Teófilo Milan, fallecido hace pocos años en Luan Toro. Además, mostrome un cuadro que guarda con orgullo; se trata de un diploma, de 40 por 60 cm. aproximadamente otorgado a su padre, en que se lee: 19 de agosto de 1922, La Nación reconocida a los bravos patriotas de Cochicó. Victorica, 19 de agosto de 1922. El pueblo de Victorica al soldado expedicionario Froilán Mariqueo conmemorando el 40 aniversario de la Batalla de Cochicó. Comisión de Homenaje. (aparecen alrededor de 20 firmas de caracterizados vecinos del Victorica de entonces)."

(*) donde dice noreste debe decir noroeste.

"La comisión militar prosigue su avance sin lograr capturar al segundo bombero; llega al paraje "El Copel", a unos 10 kms. del campamento de Yancamil. En la tarde del 19 de agosto de 1882, desde "El Copel", los soldados divisan nubes de polvo hacia el poniente; de inmediato calculan que se les viene el ataque Yancamil con no menos de 400 (-) lanzas. La estrategia aconseja retroceder hasta el valle de Cochicó, unos 15 kms. atrás, donde hay buena aguada y dos cerritos propicios para resistir desde allí el ataque; además, levantan densas humaredas con el fin de pedir refuerzos al Mayor Santerbó que espera en "Paso de los Algarrobos", tanto él como sus oficiales distinguen el humo, pero opinan que debe ser de algún otro origen."

"Los hombres de Yancamil, ante la retirada del piquete militar, cuyo número conoce por el bombero, se lanzan en su persecución. Los expedicionarios alcanzan a retroceder unos 7 kms. No hay más remedio que hacer frente de cualquier manera; prestos para combatir, esperan en un bajo montoso, en medio de jarillas, piquillines y otros arbustos (lote 22, Fracción B, Sección 24)."

"Los indios, arengados por Yancamil, forman en línea de guerra, atan sus lazos, de cuero crudo, por ambos extremos de sus cabalgaduras, y atacan con las rondas; lazos de 10 a 12 metros de largo con los que se lanzan a galope tendido sobre el piquete militar, volteando caballos y jinetes. Mientras una segunda oleada de indios con lanzas y boleadoras, completaban el mortífero ataque. Cinco formidables embestidas de los valientes lanceros de Yancamil son resistidas y repelidas por los no menos bravos soldados que, entre la furia del combate, tratan de reagruparse y ganar terreno hacia el este, con la esperanza de recibir los esfuerzos que pudieran llegar de Paso de los Algarrobos."

"La indiada se ensaña especialmente con los jefes indígenas del piquete, tenientes Mora y Martínez, por traidores a su raza. Al promediar la hora del sangriento combate Yancamil, que ha perdido unos 150 hombres, por las balas de los Rémington y las espadas rivales, en previsión de la posible venida de refuerzos para los expedicionarios, se retira hacia el oeste. De esta manera quedan los militares dueños del campo de combate, con catorce bajas, entre muertos y heridos."

"Al comunicar al Mayor Santerbó el resultado de la misión, dicho jefe ordena una batida por la zona, pero Yancamil y su gente ya se han internado hacia la precordillera. Los sobrevivientes cristianos fueron: Sargento 1º Tolosa, Jesús Fernández, Juan Benitez, Antonio Benavidez, Ambrosio Gomez, Jesús Gonzalez y Villafañe. Los indígenas que salvaron sus vidas fueron: Pedro Morales, Santiago Cayupán, Froilán Mariqueo, Manuel Chancalito, José Primaso, José Talmar, Simón Martínez, Francisco Lemos, Vicente Antical y Juan Segundo.
Herido de 33 lanzasos, Tránsito Mora muere un año después."(c)


"Después una patrulla militar ubica los restos deshechos de los soldados muertos y los junta en una fosa común. Entre los años 1885 y 1886 una comisión del 9 de Caballería, al mando del Mayor Corbalán, llega hasta Cochicó y traslada los restos al Fortín Victorica.

Desde 1909 a 1923 los restos de los muertos en Cochicó descansaran en el basamento construido en el atrio de la Iglesia Parroquial. Finalmente son depositados al pié de la Pirámide que sus compañeros de armas levantaran en su memoria. La Pirámide conmemorativa, ubicada en el centro de la Plaza, conocida desde entonces con la denominación "Héroes de Cochicó", ostenta cuatro placas cardinales, fundidas en el Arsenal de Guerra por orden del Ministro General Victorica, las mismas fueron enviadas por el Superior Gobierno de la Nación.
Dicen así: Primera Placa: "25 de Mayo de 1882"
                Segunda  "      "19 de agosto de 1882"
                Tercera    "      "Cabo 1º Reg. 9 Matías Rosales, Miguel Cardozo, Juan Juarez. Cabo 1º disting. Juan Marques, Soldados: Tiburcio Vergara, Liberato Paez. Cabo 1º del Batallón 10 de Infant Francisco López. Soldado Dolores Ancalay"
                 Cuarta Placa:  "LA NACIÓN AGRADECIDA A LOS BRAVOS DE COCHICO"

"La posteridad ha fijado nuevas placas en la misma Pirámide, en testimonio de perenne homenaje a los inolvidables "HÉROES DE COCHICO"...
(-) Esta cifra no sería exacta. Lo más probable es que fuesen mucho menos según le dice el propio Yancamil al maestro Jarrín en la escuela de la Colonia Emilio Mitre muchos años después.

 (c) "Según el investigador Don José Silva, El Teniente Mora se radicó en el paraje Lobocó, hoy departamento de la Maruja, falleció a raíz de un accidente mientras cabalgaba en estado de ebriedad y se golpeó contra una rama de caldén, de cuyas consecuencias falleció."

"CONCLUSIONES"
"La Conquista del Desierto debe interpretarse como un proceso histórico natural, movido por impulsos reales y tendencias ideales. Factores económicos, políticos y espirituales inspiran al cristiano para dominar al indio. La campaña militar, con sus crueldades y sacrificios, traiciones y heroismos, no es más que la manifestación externa de ese afán de dominio. La política de captación de la cultura más primitiva por la más fuerte tiene raíces milenarias. Al iniciarse la fundación de Victorica la tendencia a la integración racial presenta hechos elocuentes, tales como los siguientes:
"1º) La existencia, entre las fuerzas expedicionarias que fundaran el "Fortín General Victorica, de un regimiento de indios amigos, mandados por el cacique Ramón Cabral.
2º) La presencia, en la lista de sobrevivientes del Combate de Cochicó, de 11 soldados indígenas junto a 7 cristianos. Esto prueba que las dos razas tendían a fundirse y a completar la mestización iniciada con la llegada de los primeros conquistadores.
3º) La participación de numerosos contingentes de indios en las guerras entre Buenos Aires y la Confederación y, varias décadas antes, en las guerras por la Independencia Sudamericana."

"El indio no se sentía un extranjero en su tierra sino un argentino injustamente postergado y despojado de lo que, por ley natural, le correspondía. En su resentimiento veía una fatalidad, que lo condenaba la humillación y a la pobreza. Terminada la Conquista del Desierto, paulatinamente van olvidándose los rencores de las luchas seculares. Descendientes de indios y blancos son hoy fuerza pujante que impulsa el progreso de nuestra Pampa."

"La fundación de Victorica marca el triunfo de la potencia civilizadora, heredada de la Madre Patria, y acrecentada con el aporte inmigratorio. Entre los primeros pobladores de este pueblo figuran italianos, españoles, franceses, ingleses, árabes... hombres de lejanas latitudes, dispuestos para el trabajo y ávidos de progreso. Los nombres de muchos de aquellos pioneros están registrados en las actas, a partir de 1888, de la Municipalidad local. Ellos trajeron el alambrado, la explotación ganadera, el comercio, la ciencia y la técnica que hizo posible el empuje inicial..., el más difícil y valioso..."

"Combate de Cochicó. ¿Héroes? ¿Víctimas del deber? ¿Barbarie contra civilización? ¿Hasta donde el mito suplanta a la realidad?.
Mucho se ha discutido sobre el alcance de estos conceptos. No tiene sentido hablar de quien tenía la razón. Para dar una interpretación honesta hay que ubicarse en el momento histórico y en las circunstancias de la lucha. No eran tiempo(s) de paz ni de reflexión serena. La consigna, por ambas partes, era luchar a muerte. Las instrucciones que traía el teniente coronel Eduardo Racedo, al acampar en "La Resina" eran:
"Dominar a los indios rebeldes que aun puedan encontrarse o morir en el cumplimiento del deber. Desde 1882, tanto sus contemporáneos como la posteridad, ha consagrado con el honroso título de héroes a los 8 soldados, cristianos e indígenas, que cayeron en Cochicó. El heroísmo no se discute; se siente, se vive en la emoción que inspira lo que lleva en su entraña vibraciones de excelsa grandeza.

"Si..., fueron héroes... héroes como lo fueron el Sargento Cabral, el Negro Falucho, los gauchos de Güemes y tantos otros que, como los soldados de Nelson en Trafalgar, supieron responder con sus vidas a la sencilla arenga de su jefe:
"!Que cada cual sepa cumplir con su deber! Nuestra simpatía y gratitud hacia los Héroes de Cochicó se une, a su vez con un sentimiento de admiración por el coraje de los vencidos. Su causa imposible no desmerece el idealismo con que defendieron lo que ellos creyeron que era "su libertad" y "su justicia"...
"Y más allá de todo... el juicio de la posteridad: La Nación Agradecida a los Bravos de Cochicó"

BIBLIOGRAFIA UTILIZADA
1.- Escuela Agrícola de Victorica-La Pampa: Revista Huitrú Mapú En adhesión a la 2da Fiesta Provincial de la Ganadería en el Oeste Pampeano. Victorica año 1969
2.- Bustos Bazán de Ares, María Fredesbinda: "Oración y Canto" Victorica (La Pampa) 1982
3.- Ediciones Efebe: "Album del Centenario" Victorica 12-2-1982. Ilustraciones de Carlos Alberto "Pocho" Riela.

viernes, 16 de agosto de 2013

El Padre de nuestra Patria.

Dice el Investigador e Historiador don Norberto Galasso en su importante libro " Seamos Libres y lo demás no importa nada Vida de San Martín" (1).
"Los historiadores eruditos complementaban, entonces ese aserto, señalando que la posta se llama Yatasto -cuyo nombre había sido impuesto en la historia escolar que aprendimos en nuestra época de niños- o Ayatasto o Llatasto y que pertenecía a la hacienda del acaudalado vecino Vicente Toledo y Pimentel, en la provincia de Salta."

"Sin embargo -agrega Galasso seguidamente- un estudio serio debido al espíritu investigador de Julio Arturo Benencia probaría ahora que el abrazo se produjo en la posta de Algarrobos (Salta), junto al río Juramento a dos leguas al oeste de Yatasto, y que el diálogo entre ambos ocurrió en la estancia "Las Juntas", propiedad de Manuel José Torrens".

Es el comienzo del mes de enero del año 1814 y San Martín llega a esa entrevista con Manuel Belgrano, enviado por las autoridades porteñas a hacerse cargo del Ejército del Norte. Belgrano lo destina como su  segundo a Tucumán. Allí estará San Martín durante tres meses tratando de rehacer las fuerzas de las tropas y analizando profundamente cual es la mejor estrategia para vencer al enemigo en la frontera norte.
Oleo Augusto Ballerini 1875. El General Manuel Belgrano recibe al General San Martín y ambos se saludan amicalmente con un abrazo, rodeado de parte de oficiales, soldados y baquianos

Expresa el escritor Galasso en la obra mencionada que estamos glosando que: "En este ejército de los Andes, participan los emigrados chilenos, asilados en Mendoza después de la derrota de Rancagua." Y más adelante deja registrada una importante observación con respecto a don Bartolomé Mitre, que escribiría su propia "Historia de San Martin y de la organización nacional".

Obra que fuera reeditada con motivo del Centenario del fallecimiento del General San Martín el año 1950 por la Editorial El Ateneo de Buenos Aires. El año 2010 con motivo del Bicentenario de Argentina, la misma editorial dispuso una nueva reedición, sobre la que comenta el diario de los Mitre:
"El Ateneo había reeditado la obra en 1950, para conmemorar los 100 años de la muerte de San Martín. Es la misma edición, expresamente, sin prólogos agregados ni comentarios. El libro de por sí lo dice todo. No hay mejor descripción de San Martín en detalle y rigor histórico. La documentación y la riqueza narrativa no han sido superadas por estudios posteriores", dijo Henríquez. (2)

Sin embargo Galasso nos advierte: "Llama, pues, la atención que Mitre sostenga: Este Ejército por su bandera, su composición y su espíritu, era esencialmente argentino y los emigrados chilenos no habían tenido cabida en sus filas, ingresando a él algunos oficiales de esa procedencia que prestaron servicios recomendables."

"De esta manera, -describe Galasso- apelando a todos los medios posibles, el Gran Capitán consigue armar, hacia fines de 1816, una fuerza expedicionaria de aproximadamente cinco mil hombres, con diez mil mulas y mil quinientos caballos, para lanzarse al cruce de los Andes."

Hacia fines del año 1815 San Martín había comenzado sus actividades de preparar el futuro Ejército Libertador, en Mendoza.
Los terrenos de esta localidad -conocida como El Plumerillo por la abundancia de blancos penachos semejantes a plumeros- fueron cedidos en préstamo por el vecino Don Francisco de Paula de La Reta.
 
El ingeniero Alvarez Condarco delineó el campamento y el brigadier Bernardo O'Higgins construyó los cuarteles definitivos. Desde ese lugar en enero del año 1817 salen las tropas a cargo de los distintos jefes de regimientos bajo la comandancia general de San Martín rumbo a la cordillera de los Andes para pasar a Chile.
José Bouchet 1901. El Campamento "El Plumerillo" en Mendoza, fue el lugar donde se alistaron las tropas, se prepararon las armas, se realizó la instrucción militar a quienes no la tenían y se fabricaron armas, municiones y pertrechos necesarios para la titánica tarea de cruzar los Andes y combatir a los maturrangos.

Cita Galasso, en la obra que estamos siguiendo, los temores que embargan el espíritu del Gran Capitan:
"Crea que lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan oponer los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes, le ha escrito San Martín a Guido, meses atrás."

"Efectivamente -agrega el investigador- observese que el cruce por Los Patos obliga a superar cuatro cordilleras: la precordillera de La Rioja, San Juan y Mendoza, llamada, en el sitio del pasaje, sierra del Paramillo, la cordillera del Tigre, la cordillera del Espinacito (que debe atravesarse a 4.500 metros de altura) y la cordillera andina que sirve de límite a Argentina y Chile."

Para tener una mínima idea del gran esfuerzo que debieron afrontar los hombres y las bestias para alcanzar con éxito el punto de destino, conviene leer algunos párrafos que sintéticamente ilustran la inconmesurable tarea. "Sólo quien haya cruzado la cordillera en tren o en auto -señala el padre Guillermo Furlong- puede formarse una idea de lo que fue cruzarla en 1817...sin carreteras, sin puentes ni túneles, como ahora. Un camino de mulas, más que caminos, huellas empinadas y tortuosas, senderos de cornisa... Llevar un ejército de 5.423 hombres, con 9280 mulas, 1500 caballos y 16 piezas de artillería, además de sobrestantes, anclotes, vituallas, forraje y municiones... Fue una hazaña que raya en la esfera de lo impracticable, de lo imposible."


Pedro Maggi. San Martin a caballo y a su lado un baqueano. Después su estado de salud hizo necesario que se lo transportase en una camilla.

"En la tarde del 13 de enero de 1820 -señala Vicente Fidel López- San Martín se reunía con O!Higgins, quien había salido hasta Huechucaba para recibirlo con los brazos abiertos."

Pocos días después, "el Director Supremo de Chile designa a San Martín en el cargo de Jefe del Ejército Expedicionario..."

Por otros decretos dispone hacer cesar  las denominaciones "Ejército Unido" y "Ejército de los Andes, disponiendo que el que Chile alista, se denominará en adelante, "Ejército Libertador del Perú".

San Martín se ha negado a poner a disposición de las luchas intestinas el Ejército que ha preparado con toda su sapiencia e inteligencia, ganándose con ello la inquina de los gobernantes porteños, quienes lo llegarán a tildar de traidor.
Pedro Subercaseaux 1908. El abrazo de Maipú, entre el Ejército de los Andes con su bandera capitaneado por San Martín y el de Chile comandado por don Bernardo de O!Higgins con la bandera chilena

Pero es que San Martín piensa en la libertad de América y su Ejército está preparado desde el concepto de la Patria Grande. "Es el propio San Martín quien dos años después le escribe a O!Higgins expresándole: "Veo lo que Ud. me dice de Buenos Airs. El partido actual (Unitario en 1822), no me perdonará jamás mi negativa a sacrificar la división que estaba en Mendoza a sus miras particulares, pero ni usted ni yo, mi buen amigo, no esperemos recompensas de nuestras fatigas y desvelos y sí sólo enemigos. Cuando no existamos, nos harán justicia".

Palabras premonitarias de San Martín dado que así efectivamente sucedió, y por eso y todo lo que le hicieron, decidió tomar el camino del exilio y cuando quiso regresar, se encontró con una guerra civil tan enconada, que lo impulsó a no desembarcar y volverse a Europa.

Años después cuando el bloqueo francés San Martín le escribirá, ya ancianoo a don Juan Manuel de Rosas ofreciendo sus servicios, experiencia y su presencia para defender nuestra Patria, en una muestra más de su lucha por salvar la independencia y la libertad de las Provincias Unidas del Río de La Plata.
Oleo Juan Lepiani 1904. Proclamación por San Martín de la Independencia del Perú el 28 de julio de 1821 en Lima.

San Martín se prepara en Chile para lanzarse por mar con las tropas bajo su mando a la empresa de liberar al Perú, todavía foco reaccionario. Vimos que cruzó la cordillera con la Bandera de los Andes y que las autoridades chilenas lo han designado Jefe del Ejército Expedicionario. ¿Bajo qué bandera llegará a Lima?

Dice el profesor Norberto Galasso "Por esta razón, a pesar de las largas décadas de historia boba en las escuelas, tampoco debe escandalizar la circunstancia de que la fuerza expedicionaria al Perú enarbole bandera chilena; el ejército, de argentino-chileno, lo convierte en chileno, cuando más en chileno-argentino. Se pone al servicio del gobierno de Chile y con dinero, bandera, hombres e instrucciones de Chile, se entrega a la campaña del Perú"

Y agrega el autor del libro que estamos siguiendo: "Los argentinos hemos repetido durante tantos años que tuvimos la generosidad de darle la libertad al Perú, que ahora suena rara esta verdad indiscutible de que las fuerzas de mar y tierra del Ejército expedicionario sanmartiniano enarbolaban bandera chilena."
El Monumento en el Cerro de la Gloria en Homenaje al Ejército de los Andes comandado por el General José de San Martín, construído en la provincia de Mendoza (Argentina)

 El Monumento se originó como iniciativa del Gobierno Nacional, para celebrar el centenario de la Independencia Argentina, y homenajear a quienes intervinieron en uno de los hechos que la hizo posible: la gesta del Cruce de la Cordillera de los Andes por el Ejército de Los Andes al mando del General José de San Martín para liberar Chile y Perú y asegurar la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Para mayor información al respecto de esta monumental obra, digna de la majestuosa obra de la Independencia no sólo de Argentina sino también de Chile y Perú sugiero ver: http://es.wikipedia.org/wiki/Monumento_al_Ej%C3%A9rcito_de_Los_Andes

Bibliografía Utilizada:
(1) Galasso, Norberto: "Seamos libres y lo demás no importa nada. Vida de San Martín" Editorial Colihue. Buenos Aires, Argentina, agosto año 2000
(2) Diario Clarín
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