jueves, 10 de noviembre de 2016

María de Los Ángeles enamorada del Folklore Argentino

Hoy, 10 de noviembre, se celebra en nuestro país, el Día de la Tradición en la República Argentina. Esa fecha es la del nacimiento de don José Hernández, (1834-1886) quien escribiera el Poema Nacional titulado Martín Fierro la vida de un gaucho y su segunda parte titulado: La Vuelta de Martín Fierro, donde su personaje el viejo Vizcacha, representa la moral cínica, a contrapelo del idealismo del padre Fierro que da consejos a sus hijos.

En 1949, el presidente de la Nación, Juan Domingo Perón, dictó el Decreto 3371/1949 de Protección de la Música Nacional, disponiendo que las confiterías y lugares públicos debían ejecutar un 50% al menos de música nativa, norma consolidada en 1953 con la Ley N.º 14.226, más conocida como Ley del Número Vivo, que ordenaba incluir artistas en vivo en las funciones cinematográficas. Las medidas promovieron una explosión de artistas y grupos folklóricos.
Y el 29 de mayo es en la Argentina el Día Nacional del Folklorista Argentino en homenaje a don Andrés Chazarreta (1876-1960), nacido en Santiago del Estero y primer difusor de la música folklórica nacional.

Esta introducción es para referirme a nuestra querida y siempre bien recordada señora María de los Ángeles Piorno de Martín. Amante del Folklore Nacional y Regional Pampeano, autodidacta, estudiosa de instrumentos musicales y de las danzas criollas.
Vivió con su familia en la casa del antiguo puesto "La Morocha", del campo de la familia Lernoud, a la entrada de Victorica sobre la actual ruta provincial Nº 10. Allí la recuerda su hijo Daniel, esperando ansiosa que llegaran de la escuela, llevándole la correspondencia de la casilla del correo, donde le llegaban las lecciones de la academia de Buenos Aires, en la que se inscribió para estudiar guitarra.
Doña María de los Ángeles ataviada con las pilchas criollas de los gauchos. Fotografía tomada en el puesto de "La Morocha" donde vivía esos años con su familia

En la décadas de los años 1930 y 1940 fue el mayor esplendor de algunas voces de mujeres que cantaban el tango rioplatense y el folklore nacional. Entre ellas mencionaré a Nelly Omar, Rosita Quiroga, Azucena Maizani y otras, que fueron sus preferidas, a quienes escuchaba por la radio y después por los discos antiguos. Aquellos de pasta de 48 rpm (revoluciones por minuto).

Cuando el año 1949 llegó a Victorica el General Juan Pistarini a inaugurr el edificio para el Hospital Regional que bautizaron con el nombre de su madre, un grupo preparó el pericón nacional y otras danzas para agasajarlo. Doña Ángeles con su guitarra acompañó a nuestro tío don Modestino Pérez recordado ejecutante del bandoneón. Su hija mayor Angelina, fue una de las parejas de baile.
En los finales de la década de 1950, estando con su familia ya instalada en Victorica, creó su recordado Conjunto "Pampa y Cielo", en el que cuatro parejas de baile ensayaban en su casa, antes de las presentaciones. Le gustaba tocar la guitarra y cantar con su amiga Choly Suarez, quien había integrado el Conjunto "Cochicó" con el pianista pampeano Enrique Fernández Mendía, de recordada actuación en LRA3 Santa Rosa, filial de Radio del Estado Nacional.
El año 1961 se lleva a cabo el Primer Festival de Folklore en Cosquín, provincia de Córdoba y allí va como integrante de la embajada pampeana, su hijo Daniel, a recitar poemas, cuyo repertorio ha  seleccionado con ayuda de su madre, que fue la guía de toda su carrera artística.
El año 1963 el cura párroco organiza la Fiesta del Agro, para orar por agua para la zona que sufría una gran sequía. Ella culminó con la inauguración en el cruce de "los cuatro esquineros" de la Virgen del Agro, por allí anduvo ella con su "Pampa y Cielo". 

Cuando el entonces intendente municipal,el Ingeniero Raúl Kenny, la invita, junto a su esposo, don Orlando Martín a integrar la Comisión de lo que sería la Fiesta de la Ganadería del Oeste Pampeano, el año 1968, ellos serán de los fundadores. Pero doña María de los Ángeles, por el conocimiento de los artistas nacionales que tenía, fue la asesora en materia de cultura y precisamente de la integración del elenco de la noche del folklore. Es que a Miguel Franco lo conocía de escucharlo en sus programas de radio.

Después creó una escuela a la que bautizó "La Siete de Abril" en la que enseñó instrumentos musicales, baile y canciones folklóricas. Estaba vinculada con la profesora de danzas Margarita Rodríguez de General Pico, quien dirigía la Escuela que había bautizado con el nombre de Juan de los Santos Amores, con quien había aprendido. Nuestra hija Jimena, fue una de sus alumnas, junto a sus nietas y nietos que hoy son continuadores de su legado.
La zamba “La 7 de abril” es un emblema que con su nombre marca también este día tan particular. Si bien no se conoce con exactitud su autor ni el motivo del nombre, santiagueños y tucumanos se disputan la pertenencia. Otras voces nos dicen, que este día se debe a la fundación de la Ciudad de Catamarca el 7 de abril de 1695.

Durante toda su vida compró revistas relacionadas con el folklore, luego discos, después cuando la tecnología fue avanzando, cassettes y posteriormente los discos compactos. En la sala de su casa tenía, además de su guitarra y bombo, un piano. A mediados de la década de 1970 se le ocurrió que su hijo Daniel y quien esto escribe debíamos hacer el esfuerzo de aprender a tocar guitarra, aprovechando el profesor Hernández que viajaba desde Santa Rosa a Victorica a dar clases a niños y jovenes.
No está haciendo la pose para la foto. Ella aprendió a tocar la guitarra por los métodos que solían publicar las revistas y además tomó clases por correo, más las enseñanzas que recibía de su amiga "Choly" Suarez.

Su amor por el folklore, la llevaron permanentemente a munirse de todos los medios tecnológicos que le pudiesen permitir escuchar la música folklórica. Primero los discos de pasta y la vitrola, después la radio, en la década de 1950 cuando se instalaron en Victorica, el cine, luego en la década de 1970 la televisión.
Pero también le encantaba bailar folklore y sobre todo la zamba, la solía acompañar su hijo Daniel.
Algunos deben recordar que el año 1973 se dio el gusto de bailar una zamba con uno de los hermanos Ábalos en el salón del Club Cochicó, en ocasión de la noche del folklore en la Fiesta Provincial de la Ganadería del Oeste Pampeano.
Nosotros la propusimos y ella recibió el "Premio Testimonio" de la provincia de La Pampa el año 1999 por su aporte al folklore y la cultura pampeana. La Municipalidad de Victorica, le otorgó la distinción como una de las mujeres destacadas en nuestra comunidad natal.

El ex integrante del conjunto folklórico de General Pico, Francisco Tello ha recordado que gracias a ella, con la que una de esas noches de serenata en Victorica, lo escuchó cantar y se le acercó para decirle que tenía buena voz. Después de ensayar varias semanas y aprendiendo de las indicaciones de ella se fue de su pueblo natal con esos conocimientos musicales. Allí ingresó al conjunto folklórico de más larga trayectoria que ha tenido esa ciudad y que se denominó "Los Labradores Pampeanos", convirtiéndose en la primera voz y ejecutando la armónica y el bombo.
 
!Que el Señor guarde su alma en paz,
a esta enamorada de nuestras raíces folklóricas, porque su espíritu inquieto siempre andará danzando entre nosotros!

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