lunes, 11 de febrero de 2013

ANIVERSARIO FUNDACION DE VICTORICA


Después del enfrentamiento en el paraje Cochicó, al suroeste del Territorio Nacional de La Pampa Central, ocurrido un 19 de agosto del año 1882, entre un piquete de soldados comandados por Tránsito Mora y Simón Martínez, dos integrantes del Escuadrón de "Indios Amigos" y los pocos lanceros que capitaneaba el cacique José Gregorio Yancamil, la tranquilidad volvió  al Fortín General Benjamín Victorica.

Recién se designaría un maestro, después que se sancionara por el Congreso Nacional la ley 1420 el año 1884 de Educación Común. En un principio y para atender las necesidades de alfabetización fue designado como maestro uno de los suboficiales de las tropas.

El año 1885 las autoridades militares de Victorica y los sectores de la pequeña burguesía comercial del pueblo firmaron un petitorio dirigido a la máxima autoridad nacional haciendo saber el interés de contar en la localidad con los beneficios del ferrocarril. Por supuesto entre los firmantes no se registran mujeres ni descendientes de aborígenes, que se habían opuesto a la llegada del ferrocarril, porque intuían que eso significaría la pérdida de sus tierras y por ende su desalojo.

Por decreto del Gobernador del Territorio y dentro de las facultades acordadas por la ley nacional 1532 de Organización de los Territorios Nacionales, se designa como Juez de Paz de Victorica al señor José de Vecchy (de Vechi según libro copiador de actas de la municipalidad).

En 1887, antes de dejar definitivamente el pueblo rumbo a los cuarteles de Villa Mercedes (San Luis) y Nuevo Sarmiento (Córdoba), el Comandante Froylán Leyría realiza dos últimas acciones. Una es llegarse al lugar donde habían muerto los soldados en el combate de Cochicó y trasladar los restos que encontraron hasta el cementerio de Victorica, donde quedaron depositados en el osario.

La otra fue terminar la Iglesia que fue construida por la gente bajo su mando y proceder a su inauguración. En la bendición e inauguración de la misma estuvo presente el primer Gobernador del Territorio el general Juan Ayala que se trasladó desde General Acha donde tenía su asiento por haber sido designada esa localidad como Capital.

Al año siguiente se realizaron las primeras elecciones municipales, el 24 de mayo del año 1888 asume el primer Concejo Municipal electo, integrado por Valentín Romero (ex Jefe de la Guardia Nacional con asiento en Victorica), don José de Vecchy (ex Juez de Paz de la localidad) y los vecinos José Pujol, Juan Bautista Cazaux y Juan Romero, integrantes todo ellos de la Comisión Escrutadora.

Al año siguiente don José de Vecchy informa al gobernador interino del Territorio que se ha hecho cargo de la administración municipal y que al revisar los libros y registros de contabilidad, se ha encontrado "con un verdadero caos", lo que inaugura tempranamente la etapa de las irregularidades en la conducción del patrimonio público victoriquense.

El año 1890 fue el del estallido de la primera gran crisis propia del Estado Nacional, que a ese momento era administrado por el presidente Juarez Celman. A mediados de ese periodo se anuncia que Argentina no puede pagar su deuda externa, con lo cual se produce una corrida bancaria, la burbuja financiera explota cayendo estrepitosamente el valor de las acciones y la gran cantidad de quiebras, entre las que se destacan las de los bancos agudiza y profundiza la depresión generando pánico, desempleo y pobreza.

Una de las fotografías más antiguas que se conoce, de un sector del pueblo de Victoria, sobre la calle de entrada y frente a la plaza Cochicó, registra el momento de la llegada del Obisplo Monseñor Cagliero

El 20 de diciembre de ese año se presenta ante las autoridades del Concejo Municipal de Victorica, el francés Alfonso Capdeville quien es representante de la firma "La Ganadera Nacional S.A." y en su carácter de apoderado de la misma deja por escrito el reclamo por la propiedad de la tierra donde se halla situado el pueblo. Efectivamente esto fue un error del Comandante de las tropas del Ejército que fundó Victorica, que creyó hacerlo en tierra fiscal, pero luego se advirtió que las mismas pertenecían a propietarios privados que las habían adquirido mediante la tenencia de títulos de la deuda publica garantizada con tierras que se "conquistarían en la campaña contra el desierto".

En octubre del año 1884 el Congreso Nacional había sancionado una ley disponiendo la adquisición de  dos lotes de tierra de cuatro leguas cada uno, en la cantidad de m$n 42.160,00, destinados al establecimiento de un fuerte y al fomento de la población y pueblo existentes. No sabemos porqué motivo esta autorización no se llevó a cabo, aunque se puede intuir que el cambio de gobierno nacional, la escasez de recursos del Tesoro Nacional y sobre todo el descuido de lo que sucedía en los Territorios Nacionales se combinaron para que después de seis largos años el problema no había sido resuelto.

Curiosamente cuando el 8 de marzo del año 1891 se llevan a cabo nuevas elecciones para renovar el Concejo Municipal, son electos don José Pujol que había sido uno de los integrantes en el primer periodo, don Francisco Larrocea un español dueño de campo mas al oeste, don José L. Guaycochea el primer Encargado de la Estafeta Postal, don Federico Decauvette un maestro francés y el mismísimo Alfonso Capdeville, quien tenía como hemos dicho un juicio por supuesta usurpación de tierras contra la Municipalidad, pero que no obstante ello fue electo Presidente.

A principios de 1892 hace su llegada a Victorica el maestro francés don Miguel De Fougéres, designado por el Consejo Nacional de Educación para hacerse cargo de la dirección de la escuela de varones. Es probable que esta designación haya sido gestionada por el multifacético don Alfonso, quien poseía el título de bachiller y que a partir de su elección como Intendente se preocupó por designar en todos los puestos claves no sólo gente competente, sino fundamentalmente de su absoluta confianza y especialmente inmigrantes franceses.

Ese mismo año llega desde San Luis el joven Félix Romero en compañía de su familia, originarios de La Rioja, que venían bajando desde aquella antigua provincia en busca de nuevos horizontes en el suelo pampeano, donde había tanto por hacer.

Desde 1891 a 1899 gobierna Victorica el empresario con múltiples actividades comerciales, agropecuarias e inmobiliaras don Alfonso Capdeville. Pero ese largo periodo terminó violentamente con un enfrentamiento entre quienes lo apoyaban y quienes se le oponían. La violencia desatada le costó la vida a tres personas y varias quedaron heridas a consecuencia del tiroteo. De allí en adelante la sociedad victoriquense quedó dividida durante muchos años. Capdeville se retiró y fundó en su estancia Telén a pocos kilómetros al oeste una nueva población.

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