lunes, 2 de abril de 2012

MALVINAS: Antes y después de la guerra


El tema referido a la Guerra de Malvinas es complejo, tiene varias vertientes y es muy sensible a los sentimientos y no se agota en la Guerra de 1982, que dejó muchas víctimas, héroes y mártires. Porque hay un antes y un después de la misma que no podemos obviar para intentar comprender en qué situación estamos hoy.

En el contexto anterior hay que recordar que el 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado, merced al cual el Partido Militar desplazó al Gobierno Constitucional, electo en 1973 con más del 60 % de los votos. Era el último de los gobiernos democráticos en el Cono Sur del Continente Americano, en ese momento.

Desde allí se instauró una dictadura cívico-militar, que aplicó a fondo las normas de la Doctrina de la Seguridad Nacional, en el marco de la Guerra  Fría, que dividía al mundo en capitalistas y comunistas.
Dicho esto hay que hacer memoria además, que el proyecto político que puso en vigencia el Partido Militar, fue contra la subversión, pero también contra el Estado y contra el sistema industrial argentino, que había generado una poderosa central sindical.
Ese Partido Militar, que había estado en el gobierno varias veces, desde el primer Golpe de Estado en 1930, aprovechó la experiencia de fracasos anteriores y quiso tener el control total, tanto político, económico y cultural del país. Por eso Disolvió el Congreso Nacional, destituyó la Corte Suprema de Justicia. Los derechos de los trabajadores fueron suspendidos, incluido el derecho de huelga y toda actividad política. Intervino la CGT, todos los Sindicatos y la Confederación General Económica. Censuró todos los medios de comunicación e incluso quemó libros y revistas considerados peligrosos para la “seguridad nacional”.

Recuerdo que entre 1977 y 1982 iba a Buenos Aires a comprar libros para nuestra Librería y en una distribuidora llamada “Tres Américas”, me permitían pasar al depósito y de allí elegía lo que me interesaba. Recién poco después cuando la policía de Victorica pasó con la lista preguntando por ciertos títulos y autores, me enteré que había una “lista negra”, que en 1980 prohibió en las escuelas hasta “El Principito”.

 El ministro de Economía Alfredo Martínez de Hoz y sus “Chicago Boys” pusieron en vigencia el liberalismo económico decimonónico, reciclado bajo la máscara del neoliberalismo, clausurando la etapa de sustitución de importaciones. Se instaló la “apertura de la economía”, la “subsidiariedad del Estado” y la más cruda “eficiencia económica”.
La apertura de la economía fue combinada con una nueva Ley de Entidades Financieras, que abrió las puertas a capitales extranjeros, al esquema de la “financierización” y la especulación, con una fabulosa “bicicleta financiera”. Las “mesas de dinero” convirtieron al país en un gran casino.
A eso se le agregó el desmantelamiento de las Empresas del Estado, las privatizaciones y las tercerizaciones con la finalidad de ralear los afiliados a los más poderosos sindicatos. Débora Giorgi, la actual Ministra de Industria recuerda que entre 1976 y 1983 la ocupación en el sector industrial cayó casi un 35 % y que el PBI industrial del año 1982 fue un 15,7 % inferior al de 1975.

El slogan era “Achicar el Estado es agrandar la Nación”. Y luego cuando trascendió a nivel internacional el terrorismo de Estado que montaron para la eliminación de personas, los idiotas útiles utilizaron “Nosotros somos derechos y humanos” que había vociferado el gordo José María Muñoz congraciándose con la dictadura de Videla, que utilizó el Mundial de Fútbol de 1978 para permitir manifestaciones populares en las calles.
Debemos recordar también que Videla y la primera Junta Militar integrada por Massera y Agosti, estuvieron a punto de embarcarnos en una guerra con Chile por el tema del Beagle en diciembre del año 1978.

Cuando se pone el foco en el aspecto económico de la dictadura, es posible observar que el esquema inventado por Martínez de Hoz, de la famosa “Tablita”, mediante la cual tenía artificialmente controlado el valor del dólar, explotó inmediatamente cuando fue desplazado del cargo con la salida de Videla. Su sucesor Dr. Ssigaut nos legó una famosa frase: “el que apuesta al dólar pierde” y el valor de la divisa saltó por el aire y la moneda nacional se desvalorizó profundamente, creciendo la pobreza y la indigencia.

El fracaso de la gestión del segundo presidente de facto y su ministro de economía Sigaut fue rotundo, por lo que el Partido Militar se dio su propio golpe y destituyó al general Roberto Viola, se hizo cargo del mando el hasta entonces Jefe del Ejército Leopoldo Fortunato Galtieri.
No hay que olvidarse que Galtieri vino a La Pampa, porque en el edificio de la Escuela Hogar de Santa Rosa se habían instalado las tropas y el Comando del IV Cuerpo de Ejército.

Después participó el 12 de febrero de 1982 de los festejos del Centenario de Victorica. En esa oportunidad hizo una reunión con toda la dirigencia política nacional que adhería al Partido Militar, entre las que se encontraban representaciones de más de 12 provincias incluyendo a La Pampa con el gobernador de entonces y el líder Ismael Amit. 

El “Proceso”, aspiraba a tener su descendencia y desde primer momento abrigó e impulsó El MON (Movimiiento de Opinión Nacional) con Videla, la “Convergencia Cívico-Militar” con Viola o la “Tercera Fuerza” con Galtieri, pero fueron estériles, no pudieron engendrar.
Ya en diciembre de 1981 el Comandante de la Armada había propuesto a la Junta la idea de recuperar los archipiélagos australes, un antiguo proyecto de Massera.

Es que la idea era buscar un tema para correr el eje del conflicto interno, dado el descongelamiento político en marcha y de los movimientos de reclamo sindical cada vez más fuertes.
No debemos olvidar que en Agosto de 1981 vino a Santa Rosa, el Doctor Deolindo Felipe Bittel, el dirigente Justicialista, con quien mantuvimos una reunión en la sede partidaria cuya restitución se hizo en ese acto. Bittel había sido el autor de un duro informe sobre la situación de los derechos humanos ante la Comisión Interamericana que nos visitó el año 1979.

Galtieri y la Junta Militar, creyeron que ir a Malvinas iba a ser nada más que un paseo, intuían que Estados Unidos se iba a mantener neutral y que Inglaterra no iba a entrar en guerra por unas islas que solo le estaban consumiendo millones de presupuesto sin contraprestación.
Cuando entramos en guerra, la situación se vivió muy distinta, según fuera donde estuviese viviendo o trabajando cada uno de los dirigentes o personas. La guerra donde se vivió y sufrió más de cerca fue en las provincias de la Patagonia Sur. Y en Santa Cruz vivía la familia Kirchner.

Ha sido la Presidente Cristina Fernández de Kirchner que ha dispuesto la desclasificación como “secreto” del Informe Rattenbach, merced a lo cual podremos informarnos de las falencias, errores, improvisaciones, e irresponsabilidades que se cometieron por los que detentaban el poder usurpado.
La actual política de Malvinas, no es una cortina de humo, es un nuevo enfoque, más integral, que intenta presionar por todos los medios pacíficos a Inglaterra para que se siente a negociar una salida acordada a esta situación colonial de Malvinas, pero que tiene en juego poderosos intereses de por medio.



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