viernes, 23 de marzo de 2012

VICTORICA LA NIÑEZ DEL SESENTA

Estamos en la semana de la Memoria, Verdad y Justicia, durante la cual tratamos de recordar aspectos relacionados con la vida y la muerte de muchos seres queridos, pampeanos, que en distintos lugares de la Argentina fueron secuestrados, torturados, desaparecidos, muertos u obligados al exilio para salvaguardar su vida, por pensar diferente, por soñar con una patria más igualitaria y luchar por un mundo distinto al que nos tocó sufrir.

Recién ahora, con los juicios que se están desarrollando, estamos conociendo algunos hechos que durante más de tres décadas y media se mantuvieron en el territorio de un prolongado silencio, producto del miedo al que fue sometido la sociedad y a la presión a los gobiernos democráticos, los que  por temor a una represalia intentaron poner punto final, sin demasiadas averiguaciones.

Hace pocos días atrás en Facebook, "Tala" Jaime uno de los jóvenes de la década del sesenta de Victorica (La Pampa), compartió con todos nosotros esta fotografía de su album personal, que me inspira algunas reflexiones. Aquí están los chicos que ganaron el Campeonato de Baby Futbol. El Director Técnico del grupo don Rogelio Sosa, cartero y bicicletero, sostiene en su mano la copa a que se hizo acreedor el equipo.


Algunos niños que integraban el equipo recibieron también una pequeña copa por actuación destacada en el torneo, la sostienen en su mano Oscar Constantino, Tala Jaime y  Juan Carlos Jaime en cuclillas.
Oscar Constantino y "Tala" Jaime se proyectaron en su vida laboral activa como dirigentes gremiales de base en Luz y Fuerza y Municipales respectivamente.

 Detrás de ellos están los padres y madres de los jugadores. Se observan a Dora Silva y Humberto Rivas, padres de Hugo Ribas, (a la izquierda pantalón blanco corto), don Paulino Jaime, el más alto de todos, a Trinidad Cesanelli de Roldán (vestido clarito) y a Zoilo Constantino (anteojos) y al lado su esposa.
En la foto hay otros niños-jóvenes, a la izquierda adelante está Alfredito Gesualdi (pantalón corto) a su lado "Calay" Olivares y del lado derecho con los brazos cruzados y pantalón largo se encuentra Oscar Antonio Di Dio. Delante de él en cuclillas, remera a rayas está nuestro hermano menor Raúl Alberto Roldán, "Rulo", otro de los asistentes al "Oratorio don Bosco".






 Por aquellos años integró el grupo de maestros del Colegio Don Bosco el RPS Renato Razza que es recordado por su gran labor con los niños y las familias. En el "Oratorio" iban de todos los colegios, no sólo los que cursaban allí, porque el deporte, los juegos, el teatro, la música y el cine los unía.

Oscar Di Dio, al que apodaron "Pollito", era hijo menor del matrimonio integrado por Juana Casenave y Nicolas Di Dio, egresó del nivel secundario en la Escuela de Comercio "Félix Romero", luego se fue a Buenos Aires a estudiar abogacía. Ingresó a trabajar en el Banco de La Pampa donde lo eligieron delegado sindical y después del golpe de Estado del 24 de marzo, el año 1977, mientras tabajaba para una empresa privada, lo secuestraron. Fue en el trayecto de la Pensión en la que se hospedaba y la parada del colectivo 101 en Estación Once donde lo iba a tomar. Nunca más se supo de su paradero, siendo uno de los miles de desaparecidos a quien aún buscan sus familiares.

Ricardo Di Dio su hermano que lo buscó intensamente, se entrevistó hasta con el Almirante Massera. A través de sus subordinados le hicieron saber que la Marina no había participado en el secuestro, por lo que las miradas se volvieron hacia el Ejército. Según los datos y atando cabos de quienes le dieron información, todo indicaría que había estado en Campo de Mayo, un lugar donde se sospecha había instalado un CCD (Centro Clandestino de Detención) que hasta 1980 estaba aún operativo, el lugar era conocido como "El Campito".

El represor pampeano Hugo Marenchino condenado y puesto en libertad hace poco, ha vuelto a quedar detenido, ahora se sabe que el viajó a Victorica en busca de antecedentes e información relacionada con Oscar Antonio Di Dio a quien se le venían siguiendo los pasos. Según una nota del Diario La Arena del 23 de marzo de 2012, el Capitán Héctor Pedro Vergéz, alias "Vargas" o "Gastón", al que se lo apoda como el "Chacal" habría mandado a matar a Di Dio después que se encontrara con él en un CCD en Buenos Aires. 

Por esas cosas de la vida, casi veinte años después de aquel momento que registra la foto, (circa 1963) Alfredo Eduardo Gesualdi escribirá su obra cumbre "La Plaza de la Historia y el dolor", una canción emblemática que en una de sus estrofas expresa: "No me puedo sustraer/del amigo que se fue y no volvió/en la noche de la infamia y el horror/la obsecuencia obstinada del temor/del Quijote de las pampas que pasó/el Bautista inmemorial de la canción".

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