miércoles, 29 de diciembre de 2010

CANCIONERO PAMPEANO

Hace algunas semanas atrás fue presentado en Santa Rosa, capital de La Pampa y en Buenos Aires una selección de Música Pampeana bajo el título “La Pampa es un viejo mar”.
Aportaron para esta obra, contenida y registrada en tres discos compactos, que está destinada a la difusión y promoción de nuestra música y sus creadores, en Argentina y en el exterior, el Consejo Federal de Inversiones, el Gobierno de la Provincia de La Pampa y la Fundación Patagonia.

Se trata de una recopilación de sesenta y cuatro temas musicales, que fueron seleccionadas de entre más de trescientos cincuenta temas del cancionero popular pampeano, por Miguel Ángel Gutiérrez, Horacio “Chiquito” Díaz y Osvaldo Lagos.
El proyecto se desarrolló bajo la dirección general de Horacio Díaz, los textos a cargo de “Negra” Alvarado, Silvia Martins y Pamela Díaz, en tanto que la recopilación fotográfica corrió por cuenta de Ricardo Echaniz.

Lamentablemente Miguel Ángel Gutiérrez, cuya madre había nacido en tierra pampeana, falleció antes de la presentación de la obra, que se había comenzado a gestar cinco años atrás.

El título elegido tiene que ver con un poema que escribiera el escritor y poeta pampeano Juan Ricardo Nervi y que lleva precisamente ese nombre, que a los no enterados de las joyas del folklore pampeano, puede sorprenderlos.
Recordó Adriana Nervi, la hija del poeta, en declaraciones a la periodista de La Arena, cuyo artículo quedó publicado en el suplemento Caldenia del año 2004, cómo y en qué circunstancias su padre había evocado las primeras imágenes de este poema hoy convertido en emblemático.





“Cuando vivíamos en México, papá daba cursos de perfeccionamiento docente en varios puntos del país y viajaba constantemente. Yo lo acompañaba según los lugares a los que iba y del tiempo del que yo disponía. En una oportunidad me pidió que lo acompañara a Campeche, frente al golfo de México. Cuando terminó la jornada fuimos con unas alumnas a un restaurante con vista al mar, un lugar realmente paradisíaco. Y se puso a hablar con las alumnas y a decirles que La Pampa era como el océano, como el mar, que había gaviotas, que se parecía por su inmensidad. Y a partir de esas analogías que él hacía surgió la canción La Pampa es un viejo mar”.

Y agrega Adriana a continuación: “Esas comparaciones que él hacía a mi me sacaban de quicio, porque las alumnas le creían todo lo que les decía, entonces me daban ganas de decirles, no, La Pampa es campo no es mar. Pero papá vivía siempre pensando en La Pampa, era muy nostálgico. A pesar de que amaba México, porque es un país que le ha dado muchísimo, él vivía escuchando tangos, hablando de La Pampa y escribiendo cartas a sus amigos de aquí”.

A esta canción le puso música y la grabó hace ya unos cuantos años el cantautor, también pampeano, nacido en Rancul, Alberto Cortez.
Precisamente la primera página de los textos biográficos, después de la página de “Chiquito” Díaz destinada a recordar a Miguel Ángel Gutiérrez, está destinada a Alberto Cortez, quien además escribe en la contratapa un párrafo sobre “Ser Pampeano”.

“Yo vengo de La Pampa larga y ancha, llanura abierta al cielo, tierra brava que pueblan unos hombres que en la noche se ponen a cantarle a las estrellas al son de acompasados guitarrones.
“Pero ¿cómo somos los pampeanos? Abiertos como la tierra que nos vio nacer, abiertos y apasionados, al punto de llevar la pasión hasta extremos peligrosos para la convivencia. Hay un atisbo de arrogancia en cada pampeano, arrogancia que sin dudas deriva de la inmensa llanura de la que provenimos.
“Ser pampeano es una constante convocatoria a la poesía. Los que hemos nacido en la llanura total de la pampa tenemos que entrecerrar los ojos para divisar el horizonte”.



Algo de eso hay, pero puede que algunos no estén de acuerdo con esta semblanza que realiza Cortez.
Para mi precisamente, lo de arrogante es muy fuerte como para aceptarlo como común denominador, de lo que significa ser pampeano. Creo que la mayoría de los pampeanos, salvando las excepciones, por supuesto y que pueden encuadrar en lo que dice Cortez, no somos orgullosos, ni altaneros o soberbios.

Tampoco tratamos con desdén, insolencia o falta de respeto al otro. Que puede ser otro pampeano o venido de otras tierras. Al contrario creo que si hay algo que distingue al pampeano es justamente esa apertura de la que habla el mismo Cortez, para franquearle la puerta y brindarle hospitalidad, tanto al que viene de paso, como al que decide aquerenciarse en nuestra tierra.

La idea de llevar adelante este proyecto y convertirlo en realidad es un gran acierto que a no dudar dará sus frutos con el transcurso del tiempo. Tanto Cortéz, como Delfor Sombra que viven permanentemente en el exterior se han comprometido a difundir esta selección en los medios y entre los periodistas especializados o incluso entre las grabadoras.

Es nuestro deseo que lo que se siembre pueda ser cosechado por los músicos y cantores, sobre todo los de la nueva generación, que necesitan de este tipo de difusión.

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