miércoles, 2 de diciembre de 2009

FAMILIA LLORENS

ULTIMA PARTE: Después de la Gran Depresión y la Segunda Guerra.


Durante la década del veinte, después de terminada la Primera “Guerra Mundial”, se reactivó el consumo, y el clima favoreció con un ciclo favorable a la agricultura y la ganadería.
La educación expandió las posibilidades a las familias numerosas, que sin dejar de vivir en el campo, pudieron enviar a sus hijas e hijos a los internados que abrieron en Victorica la congregación Salesiana.
El deporte, sobre todo el futbol, el más popular de todos, produjo la creación de clubes como Cochicó y Juventud Unida.La salud publica dio un paso adelante con la radicación de nuevos profesionales del campo de la medicina y la creación de una Sala de Primeros Auxilios, llevada adelante por la Asociación de Beneficencia.

Don Juan José Llorens con una de sus nietas y el hijo del encargado de "La Porteña", el puestero Salinas.


La firma originaria, Llorens, Antich & Cía, aprovechó esa expansión para instalarse en la Isla del “Chalileo”, la zona de la confluencia de los rios Atuel y Salado muy apetecible para quienes se dedicaban a la crianza de lanares, caprinos, mulares, equinos y en menor escala bovinos. Fue un esfuerzo importante, que tuvo sus frutos. Había que recorrer miles de kilómetros por caminos de huella con carros y camiones que muchas veces quedaban varados en los medanales de la travesía.


Y había que competir con varios acopiadores, algunos instalados en la propia Santa Isabel y otros en Telen y Victorica que también operaban con Consignatarios en Avellaneda y tenían sus Barracas en aquellas localidades.





Copia de documentos comerciales de la empresa Juan José Llorens y Cía. conteniendo sus logos y marca registrada para Victorica.


Un antiguo poblador de Victorica ha recordado que don Juan José Llorens era hincha fanático del club River Plate y que cuando la Comisión del Club Cochicó le solicitó una colaboración, él les regaló un equipo completo a los integrantes del plantel de futbol, con la misma camiseta que utilizaba el club de sus amores.


Antes de desmenbrarse la última sociedad, cuando aún el antiguo Almacén de Ramos Generales, mostraba todavía su potencia comercial para Victorica y la zona.



Esto hizo que Cochicó cambiara la camiseta blanca y el pantalón azul por la camiseta blanca y la banda roja, que adoptó de allí en más como distintiva del equipo.
En ese equipo formaron parte varios de sus empleados como Julio Cirilo Rochereul, los Romero y también algunos de los hijos de su socio Nicomedes Gómez.


Los antiguos carros tirados por mulas cargados de lanas y cueros, frente a la barraca de la Sucursal en Santa Isabel, Departamento Chalileo, Territorio Nacional de La Pampa. Década del veinte.



Algunas otras personas han recordado que la firma de la “Casa Llorens”, regalaba a cada una de las mujeres embarazadas, sobre todo a las primerizas, un libro conteniendo toda una serie de recomendaciones y consejos a tener en cuenta antes, durante y después del parto, para un alumbramiento sin dificultades y para la crianza del bebé. El libro había sido publicado por la Editorial Ateneo, su autor había sido el Dr. Aníbal Olaranchans y se titulaba “Higiene y alimentación del niño”


A estas acciones educativas y de difusión de la nueva cultura que iba desplazando y cambiando lentamente de la mano de la ciencia y los adelantos tecnológicos, se sumaban otras de colaboración con las demás entidades de bien público del pueblo, o la impresión para regalar a su amplia clientela elementos útiles para el hogar o para la empresa familiar.




Uno de esos fue la edición de un mapa de la Republica Argentina de gran tamaño, impreso el año 1928, que aún se pueden encontrar en los archivos familiares de los abuelos o bisabuelos que lo atesoraron.
La Sucursal de Santa Isabel funcionó hasta el año 1929, el año en que el mundo, tendría la noticia del comienzo de una gran crisis mundial, que se inició en los Estados Unidos, pero que se expandió a todo el mundo.

Isidoro Orgales era el gerente de la Sucursal Santa Isabel de la firma Llorens, Antich y Cía. Esta fotografía fue tomada por el fotografo que viajó desde Trenque Lauquen en ocasión de la entrega de los primeros automóviles vendidos en Victorica y Santa Isabel.



La década del treinta fue de muchas complicaciones no solo por los efectos negativos del impacto de la profunda crisis, que llevó a la quiebra a comercios e industrias, y una ola de desocupación que afectó al consumo. Sino porque a ella se sumó en La Pampa, un clima adverso que incluyó sequías prolongadas, vientos, la caída de ceniza de un volcán chileno que afectó muchos campos del Territorio, la plaga de la langosta y la voladura de la capa fértil del suelo.


Para completar este panoramadesolador, a fines de la década del treinta dará comienzo en Europa la “Segunda Guerra Mundial”, con la cual los flujos de intercambio comercial vuelven a atascarse.




A mediados de la década del cuarenta se instala en Victorica una sucursal de la firma Federico Calandri y Cía con casa Central en Eduardo Castex, otro competidor para la firma Llorens. Los hermanos Romero, ex empleados, habían abierto una despensa, lo mismo había sucedido antes con José Eguía. Los comercios crecían, pero la población estaba estancada. Así quedó registrado en el Censo de Población de 1947 donde se verificó una disminución de habitantes con respecto al censo anterior.


Años después se produce la segunda reconversión de la empresa J.J. Llorens y Cía. En esta oportunidad la liquidación hace que don Vidal Sáenz se quede con la que era la Sección Tienda, don Gaudencio Pablo es adjudicatario de la Sección Almacén y con ella la Agencia Ford y don Juan José Llorens se queda con la Barraca.

Quien está parado al lado del primer auto es don Pedro Nicomedes Gómez, socio de la firma Juan J. Llorens, J. Antich y Cía. En la caja del camión se alcanza a leer la razón social. La Sucursal Santa Isabel funcionó entre 1920 y 1929.

En 1951 don Juan José LLorens forma una nueva Sociedad, en este caso de Responsabilidad Limitada que se denomina VIC SRL con el señor Manuel Serra y otros. Con dicha sociedad adquieren los campos “La Porteña” y “La Esperanza”, ubicados al sur de San Luis en el límite con La Pampa.


“La Porteña” había pertenecido al español Máximo García, que fue propietario muchos años de la casa en la esquina de la plaza frente a la Iglesia y al Almacén de Llorens.


Don Juan José Llorens en una de las fotos de sus últimos años, apoyado en la tranquera del campo mira la cámara.

Por su parte “la Esperanza” había sido de Ramón Galíndez Orueta, otro inmigrante español, quienes los habían adquirido entre 1885 y 1887. Ambos provenían de campos de la zona de Benito Juárez (Prov. De Buenos Aires), donde los Llorens también habían realizado actividades agropecuarias y comerciales.


La filiación política de Juan José Llorens fue su militancia en el socialismo. Era suscriptor del diario “La Vanguardia”. Su familia recuerda que en ocasión de negarse a realizar una donación para la Fundación Eva Perón, la policía lo detuvo en Trenque Lauquen. Sus argumentos habían sido que él sabía a quien se debía ayudar. Muchos de sus amistades organizaron manifestaciones de repudio, e iban a llevarle comida a la cárcel hasta que lo pusieron en libertad.


Este espejo que ahora forma parte del Patrimonio Histórico Municipal, estuvo durante muchos años expuesto en la Confitería, que funcionaba al lado del Cine Armonía y que regenteaba el recordado "Gato" Lamónica.

Don Juan José Llorens dejó de existir el año 1964, se había casado con Gracia Bassa de cuyo matrimonio nacieron seis hijos: Juan Jacinto, Luis, Sara Angela, Irene, Emilia Luisa y María Monserrat.

Sin dudas que Juan José Llorens, siguiendo el camino de su padre y tíos inmigrantes, que con su esfuerzo aportaron al crecimiento de la Argentina del Centenario, el también contribuyó con el suyo a la grandeza de La Pampa.
En la Municipalidad de Victorica se conserva un gran espejo con la marca registrada de “Casa Llorens” y en la esquina donde existió el Almacén, actualmente funciona un Café, talvez alguien pueda colocar alguna placa en esa esquina por donde pasó tanta historia lugareña.


PD: Agradezco especialmente a la familia de don Juan José Llorens por facilitar acceso a datos familiares, a "Mita" Peirone y su hija Lía por su gran colaboración y la cesión de fotos y también a Rubén Gómez Luna quien gentilmente ha compartido fotografías de su album familiar.

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