jueves, 9 de julio de 2009

EL MONTE BLANCO

La Pampa toda está sufriendo una intensa y prolongada sequía que está produciendo serios inconvenientes productivos, económicos y sociales. Hemos visto cientos de animales muertos en los campos o a la vera de alguna ruta.

En medio de estas penurias derivadas de los factores climáticas adversos, que el hombre nunca ha podido ni podrá manejar a su antojo y más bien que en su afán por dominar la naturaleza, no pocas veces ha incidido en ella negativamente desatando fenómenos mucho más severos como los que hoy estamos padeciendo, aparecen fenómenos llamativos, que motivan a la creación.

Convengamos que siempre hubo ciclos lluviosos y de sequías, pero ahora a esos fenómenos naturales se ha agregado el “calentamiento global”, “la rotura de la capa de ozono” y lo que es mas preocupante aún la degradación del aire, las aguas y el suelo, por la aplicación de productos tóxicos para la agricultura, por la eliminación de residuos sin tratamientos y por las actitudes delictivas de quienes no les importa la contaminación de lagunas, lagos, ríos, napas subterráneas y mares con tal de obtener más rentabilidad.

Hace unos días nuestro amigo Fabián Muñoz me anotició, cuando aún los "medios escritos" no habían comentado nada, de un fenómeno que se había dado en el Parque Luro.
Fabían hizo posar a su hija Cielo para que pudiésemos ver el contraste de colores

Como sabemos allí existe la reserva natural más grande de jurisdicción provincial el “Parque Luro”, sobre la ruta provincial 35, que partiendo de Córdoba llega hasta Bahía Blanca.

El bosque de caldén, con sus árboles amigos, el chañar, el piquillín, la sombra de toro, más la vegetación achaparrada y el pasto puna, conforman de por sí uno de los espectáculos más hermosos de observar.

Muchos artistas plásticos suelen internarse en esos lugares y han pintado hermosas obras. También reconocidos fotógrafos han obtenido en su momento registros con los que han sido distinguidos y premiados.

Pero tener la inquietud de hacerse un viaje especialmente de 70 kilómetros para tratar de obtener fotos sobre la base de información oral, sobre todo en tiempos de “seca” de toda especie, solo lo hacen quienes aún sienten amor por el arte.

El viento "Pampero" levantó el salitre de la superficie seca del sector oeste de la laguna del Parque Luro y lo depositó sobre la copa, las ramas y los troncos de los caldenes.

Apenas Fabián me comentó el fenómeno que se había anoticiado y que lo impulsó a organizar una rápida salida de campo con su hija, fue que el viento del día anterior había levantado el salitre de la laguna seca del Parque Luro y había cubierto con un manto blanco todos los árboles del parque.

Mientras conversábamos inmediatamente le hice recordar la caída de la ceniza del año 1932, de la que existen muy buenas fotos de algunos lugares de La Pampa, pero sobre todo de los pueblos. Pocas hemos visto del sector rural, si en cambio tenemos una literatura regional que se ocupó del fenómeno.

Fabián me decía como podría afectar esto a los caldenes, que es el árbol típico de nuestra provincia y el más difundido dentro del Parque. Con mis escasos conocimientos en la materia le recordé, que el caldén es un árbol de la región semiárida, que está preparado para resistir sequías intensas, por eso es que justamente tiene hojas muy pequeñitas y largas espinas en sus ramas que evitan la evapotranspiración.

En esta foto Fabián nos muestra una pequeña "isleta" de chañares rodeada de arbustos nativos, cercanos al lecho de la laguna que han sido impregnados por el salitre.

Además su raíz está constituida por un sistema profundo que le permite buscar la humedad o las vetas de agua subterráneas y alimentarse largo tiempo con muy poco líquido. En las épocas de las inundaciones en La Pampa, en la década del ochenta, por el contrario, hemos visto morir cientos de caldenes por exceso de agua justamente.

Lo que Fabián me comentaba con respecto a la coloración que había tomado la vegetación me hizo acordar rápidamente también la visión del desaparecido maestro Cristóbal Cleto Rodríguez Kessy que fuera director de la Escuela Hogar de Telen.
Esta toma es una creación del artista Fabián Muñóz. El tronco del caldén parece haber sido literalmente "blanqueado" con pinceleta.

Como la Escuela está ubicada en un abra, subiéndose a los techos o en aquella época a los molinos, era posible observar la caldenada, que a cierta hora y sobre todos ciertos días se veían en invierno de un color que le hizo bautizarlos como los “montes azules”.

También en esa conversación salió el tema del viento y la lluvia, que seguramente aunque fuese escasa “lavarían” las copas y los troncos y ramas de los árboles, desapareciendo el fenómeno. El viento que produjo el levantamiento del salitre, había sido del cuadrante del sureste, y seguramente que un cambio en el cuadrante del viento también incidiría en “limpiar” la pátina blanca con la que habían sido impregnadas todas las especies del bosque.

Este pedazo antiguo de tronco de caldén, también recibió el impacto de la volandera del salitre. El ocre intenso del horizonte es señal de la intensa sequía y el lecho seco de la laguna es testigo del sufrimiento de las aves que han debido emigrar.

Cuando vi. las fotos, no se porque las asocié a dos o tres paisajes que tenía archivadas en mi memoria. Una los caminos gredosos, sin pavimentar en la que el tránsito en esta época de sequía, cubre los caldenes con una pátina color ocre. Otra, la de alguna antigua foto que he visto en alguna revista o periódico de la época del fenómeno de la ceniza y una tercera que debe ser por el color del pasto puna y del suelo sin vegetación, asociada a algún paisaje lunar.

PD: Podrán ver algunas fotos más del Caldén en el recuadro de la columna derecha de este blog o quienes integran el Grupo Victorica en Facebook.

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