jueves, 23 de abril de 2009

EL FIN DEL MUNDO

Hace diez años atrás, participamos en la capital de Tierra del Fuego, de un encuentro nacional sobre educación, organizado por varias asociaciones privadas que nuclean a Escuelas, Colegios, Institutos e Instituciones de diferentes puntos del país, dedicadas a la educación en sus distintos niveles y gestionadas por entes de carácter privado.

El trencito turístico. Allí se ve el vapor de la locomotora, lista para salir a realizar uno de los viajes diarios.

Después de realizadas las deliberaciones y las conferencias previstas para el Encuentro, del que participamos , tuvimos la oportunidad de conocer un poco los alrededores de la capital, de la provincia más joven de nuestra República Argentina.

El Parque tiene una muy buena cartelería con datos y referencias, que no se ve en todos lados.

Era la primera vez que íbamos a recorrer lugares no sólo bellos desde el punto de vista paisajístico, sino también a pisar tierras por las que hace miles de años anduvieron los aborígenes de ésa región austral, luego los conquistadores, después los colonos, junto con ellos los religiosos, pioneros que repoblaron la zona.

Otro de los numerosos carteles para la interpretación del lugar, muy útil para los turistas. En el suelo se observan restos de árboles petrificados.

Otra cultura totalmente diferente a la nuestra, dado que estábamos en la Isla donde habrían habitado los “patagones”.

El mar, los rios, la nieve, la cordillera que rodea éstos ámbitos, presentan un contexto totalmente diferentes a la llanura pampeana. El trencito con vagones calefaccionados, permite hacer un amplio recorrido, pasando por la zona donde hay chozas construídas por los propios Onas y luego se interna en el Bosque, donde se aprecia la cascada La Macarena.

El trencito está dotado de varios vagones, muy cómodos y con vidrios a todos lados, lo que permite una magnífica visión. El recorrido que hace es el mismo que hacía el tren de la Penitenciaría cuando llevaban los presos al bosque a cortar leña.

Usuhaia, la capital de Tierra del Fuego con su puerto, su nuevo aeródromo y habiéndose solucionado definitivamente los reclamos por el canal de Beagle con Chile, estaba ya gozando de las inversiones para el Turismo de nivel Internacional.

El "Faro del fin del Mundo" inmortalizado por Julio Verne, el famoso escritor francés que publicó su novela en 1905, que recorrió la zona. El faro ha sido reconstruído totalmente a la misma escala que tenía el original.

El antiguo presidio convertido en Museo Marítimo con diversas muestras permanentes de distintos objetos culturales, es uno de los paseos obligados. Hasta allí fuimos con mi compañero de viaje, el profesor García. Si aún no conocen el lugar y si pueden, no se lo pierdan.

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