martes, 24 de febrero de 2009

RAICES DE NUESTRA IDENTIDAD

Creo que fue el escritor mexicano Carlos Alonso, quien ha expresado que "los mexicanos descienden de los Aztecas, los peruanos de los Incas y los argentinos de los barcos".

Por supuesto que se trata de una "chicana", para hacernos saber que no tenemos identidad, dado que nuestra nacionalidad ha sido producto de una mezcla muy polifacética de culturas. A pesar que durante muchas décadas, alguna generación se creyó que eramos Europa trasplantada a la América. Fueron los momentos que tomábamos distancia de los países hispanoamericanos, con profundas raíces mestizas.
Fachada del Hotel de los Inmigrantes, recuperado y convertido en Museo Nacional.

Nuestros abuelos, abuelas, bisabuelos y bisabuelas, junto a tios y tías, llegaban en barcos que partían de puertos europeos, que trasladaban miembros de familias, de naciones no sólo europeas, sino también asiáticas.

La mayoría de los inmigrantes pobres venían a América por varias causas, entre ellas las más comunes eran, escaparle al hambre y a la guerra. También coincidían en la intención de trabajar algunos años "hacerse la América" y volverse a su Patria, junto a su familia. Pero para la mayoría las circunstancias fueron muy duras y no les fue posible volver.

Luigi Cesanelli dejó en Sant´Angelo de Impontano, provincia de Macceratta, frente al Adriático a sus padres Salvador y María Ricucci y a sus hermanos. A los que nunca volvió a ver, porque jamás pudo regresar.

Los barcos atracaban en un espigón, frente al Hotel "de los Inmigrantes", hoy convertido en Museo. Si entre la tripulación o el pasaje se detectaba alguna enfermedad contagiosa, se imponía a la totalidad de esos pasajeros y tripulantes lo que se llamaba "la cuarentena", en alusión a los cuarenta días que debían transcurrir, desde su llegada hasta que, después de vacunados eran autorizados recien a descender.

El descenso se hacía frente al Hotel, donde luego de registrarse en las oficinas de Migraciones, las familias o personas eran alojadas en las instalaciones del mismo. Allí recibían alimentación, hasta que estuviesen en condiciones de sobreponerse a las peripecias del viaje (que para los pobres era en tercera clase) y emprender por sí mismos los contactos con sus parientes que ya estaban en Argentina, y ofrecer su fuerza de trabajo y experiencias a algún "paisano" de la colectividad y comenzar a ganarse los primeros "garbanzos".

En el caso de nuestro abuelo italiano Luigi Cesanelli, el viajó con un primo José Cesanelli, quien se afincó por Luan Toro, casándose con Rosa Zaldarriaga. Cuando llegaron la Argentina estaba en ebullición, rumbo a la fiesta del Primer Centenario.

Este es el Comedor del "Hotel de los Inmigrantes", con las mesas y réplicas de panes, donde comían los adultos y los niños diariamente. Foto Lerc julio 2001.

Cesanelli, Leyton y Lamónica, según testimonio oral de Carmelo Lamónica (h), habrían sido contratados por la empresa que estaba construyendo las estaciones, las casas, los galpones y las demás dependencias del Ferrocarril del Oeste, que ya se había internado en el Territorio Nacional de La Pampa Central.

Cesanelli llegó el año 1908, a la edad de veinte años, justo cuando el Ferrocarril estaba terminando los tramos de Monte Nievas a Telén, que sería la punta de riel, pero con la perspectiva de continuar luego rumbo al Pacífico.

Los proyectos de las empresas ferrocarrileras de esos años tenían previsto grandes inversiones en extensión de líneas. Así por Victorica además de la línea del Oeste que fue la primera en llegar, estaba previsto que la línea que venía del puerto de Bahía Blanca y que ya estaba en Toay desde 1896, proseguiría rumbo a Victorica, con destino final Villa Mercedes (San Luis).

Por otra parte la línea del Oeste, que llegaría a Winifreda, tenía prevista la prolongación (pasando por Victorica) rumbo a Mendoza y desde allí a Chile.

Victorica era el principal centro urbano poblado del Territorio, según la constatación del II Censo Nacional de Población de 1895 y hasta los primeros años del 1900. Probablemente si no hubiese existido el enfrentamiento entre Alfonso Capdeville y un sector que creyó ver amenazados sus intereses, que partió la sociedad en dos bandos y originó la fundación de Telén en 1901, esa primacía, se hubiese sostenido. Además si se hubieran llevado a cabo las nuevas líneas forraviarias que la hubiesen convertido en un importante nudo de las comunicaciones de mercaderías y personas, eso la habría consolidado.

Pero la primera Guerra Mundial, iniciada en 1914 paralizó todos los proyectos y luego de finalizada la misma, las inversiones no se hicieron, comenzando el éxodo. Algunos hacia Telén, otros retornando a sus países de origen y muchos a otros pueblos del Territorio que habían comenzado a tener importancia como General Pico (que se había fundado en 1905) y Santa Rosa, que ya se había convertido en la nueva Capital.

Nuestros bisabuelos y abuelos inmigrantes traían sus petates, en baúles, valijas, volsos, cajas, de los mas diversos materiales, tamaños y colores. En este sector del Museo se puede apreciar una pequeña muestra de los mismos. Foto Sigar julio 2001.

Luiggi Cesanelli se casó con Jacinta Paz, hija de Juana Paz, de marcados rasgos aborígenes, que había venido con las tropas fundadoras del Fortín "Resina".

El piamontés Carmelo Lamónica se casó con una "paisana" italiana de apellido Bessone y Teodoro Leyton se casó con una criolla de apellido Medina.

Cesanelli y Leyton fueron socios durante varios años. Todos ellos construyeron sus casas en Victorica donde albergaron sus familias. Aparentemente la más antigua es la de Carmelo Lamónica que aún se mantiene en pie. La de Leyton que esta ubicada frente al lateral izquierdo del Colegio Maria Auxiliadora, de ladrillo a la vista aún está también en pié. Y la del "tano" Cesanelli, también resiste el paso del tiempo, en la esquina, frente al actual Cuartel de Bomberos Voluntarios. Tiene pisos de mosaico fabricados en su propia fábrica y está revocada con materiales y mano de obra de muy buena calidad, los que se mantienen intactos pese a su más de 80 años de antigüedad.

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