miércoles, 18 de febrero de 2009

LA RUTA DE LA LANA

La oveja, desde el momento en que se poblaron los campos confiscados al indio, y que ya estaba encerrada en los límites de las provincias de San Luis, Mendoza, Buenos Aires, tuvo una expansión hacia el sur.
Una de las zonas de mayor desarrollo fue justamente la cuenca de la confluencia de los ríos Atuel y Salado, con agua abundante y mucho pasto natural, donde supieron pastar más de 250.000 cabezas. Cuando en toda La Pampa llegó a criar más de 4.000.000 de lanares.

En los años que van entre 1882 a 1914 comienzo de la primera Guerra Mundial, Inglaterra era el principal comprador de lana para alimentar a su afamada industria textil. Nos compraban lana sucia y nos vendían telas y casimires.

Uno de los tantos que llegaron a La Pampa con muchas ovejas, algunos caballos y pocas vacas fue don Máximo García, acompañado por su amigo Ramón Galindez y por don Nicomedez Gomez, quienes compraron campos justo en el límite entre el Territorio Nacional de La Pampa Central y la provincia de San Luis.
Esta foto es una toma preparada especialmente por el dueño del carro don Vicente Serraino, quien está de pañuelo blanco y sostiene en sus manos los aperos de la mula.

Para que el fotografo pudiese registrar el momento su truco consistía en desatar la otra mula, atar el "muchacho" de atrás y colocar todo el peso al fondo del carro.

Esta toma es de alrededor de 1923/4, a la izquierda se encuentra don Isidoro Orgales quien era gerente de la Casa de Ramos Generales J. Llorens, J. Antich y Cía. de Victorica que tenía sucursal en Santa Isabel.

La ocasión del oportuno fotógrafo es porque formaba parte de la comitiva que viajó a Santa Isabel a entregar los primeros Ford "T" vendidos por la firma, uno de los cuales lo adquirió don Angel Nicolás, un árabe que se había instalado en un campo cerca del Salado con su familia.

El edificio que se observa era la "Barraca" de Eladio Rodriguez en la década del cincuenta. El encargado del escritorio era su hermano Alberto Rodriguez. Allí trabajaba el "Chocho" Gatica, el paisano Orozco y otros peones como uno de los indios Pral.

Las huellas, antiguas rastrilladas indigenas, se fueron convirtiendo en caminos de una sola mano para los vehículos que comenzaron a poblar la geografía del campo pampeano.

Javier Pérez, parado, conduciendo el camión de don Corsino Pérez, de Telén, paradas sobre el estribo sus hermanas Maricha y Laura, sobre la pila de lienzos un peón. Los camiones ya habían desplazado a los antiguos carros, aunque todavía los caminos eran guadales sobre todo en la "travesía" de Telén para el oeste.

Por pasar con voluminosas cargas de lanas don Máximo se enfrentó a Sidebottom ex capitan del ejercito Inglés, quien le había alambrado el camino vecinal y hechado llave a las tranqueras, obligándolo a dar una extensa vuelta con los carros y la recua de mulas, alargando el trayecto no en horas, sino en días.

La "Comparsa" de esquiladores acaba de entrar al campo "Las Vertientes" de la zona de Carro Quemado, con la máquina y los "bártulos" de sus componentes.

Pero para que llegara la lana al puerto y de allí embarcarla rumbo a Europa, primero había que realizar en los campos la tarea de esquilar las ovejas. Miles y cientos de miles de cabezas de ovejas, carneros, corderos, borregos, eran sometidos al proceso de la esquila.

Lo que se llamaba vulgarmente "la comparsa", que está integrada por un camión en el que se transporta la máquina esquiladora y algunos bártulos de los esquiladores, como elementos para cocinar y para dormir.

También un carro que se ve a la par, y un perro ovejero enseñado especialmente para el trabajo del encierro de las ovejas en el corral.

Y varios hombres, uno era el cocinero, otros hacían el trabajo de agarrar las ovejas y maniatarlas cerca de donde estaban los esquiladores con los peines de la máquina.

Esta comparsa tiene más de quince integrantes, entre el que está también el camionero. Las máquinas podían tener cuatro, seis u ocho brazos en cada uno de los cuales se apostaba el esquilador.

Cuando la lana tuvo buen precio en el mercado internacional, los ganaderos se encontraron con mucho dinero que invirtieron, gastaron y ahorraron los más previsores. Pero cuando llegó la década del treinta algunos consignatarios y representantes quebraron y no les pagaron las lanas a los productores que sufrieron el incumplimiento, sin siquiera iniciar juicio.

1 comentario:

  1. LUIS.........HAGO UNA ACLARACION, LA FOTO EN DONDE ESTÁ EL CAMIÓN CARGADO CON LANA NO ES DE LOS HERMANOS ECHEVESTE ERA DE CORSINO PEREZ .Y EL QUE ESTÁ PARADO ES MI SUEGRO, JAVIER PEREZ Y LAS 2 MUJERES SON SUS HNAS.MARICHO( ESPOSA DE PICHOLO VENDRAMINI) Y LAURA QUE ELLA VIVE EN TELEN...EL QUE ESTA ARRIBA SENTADO SOBRE LOS LIENZOS ERA UN AYUDANTE DE MI SUEGRO EN ESE MOMENTO........YO TENGO ESA FOTO POR ESO ME ATREVO A CORREGIRLO....CARIÑOS MUY BUENAS LAS PÁGINAS

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