jueves, 18 de diciembre de 2008

REESTATIZACION DE AEROLINEAS

El Congreso Nacional acaba de expropiar la empresa “Aerolíneas Argentinas”, la línea aérea de bandera nacional, que había sido privatizada en la década de los 90 durante la oleada neoliberal.
En circunstancias muy complejas, tanto para el Estado Nacional, como del contexto internacional por la profunda crisis que envuelve también a todas las grandes líneas aéreas del mundo y por los innumerables problemas pendientes que sufre la propia empresa, se produce esta decisión política, que sabemos como empieza, pero no como termina y cuanto habrá de costarnos.

Y el cuanto tiene que ver no solamente con que la Empresa Aerolíneas Argentinas y su controlada "Iberia" la española, tienen un déficit mensual de varios millones de pesos, sino con la indemnización misma por la expropiación, cuyo precio no pudo ser acordado entre el Estado Argentino y sus anteriores propietarios el Grupo Marsans, sino y fundamentalmente también con el juicio que tendremos que afrontar, con altas probabilidades de perderlo.

La mayor parte de las aeronaves de la Empresa AA son alquiladas. ¿Habrá ingreso de capitales privados frescos para intentar reposicionarla en un mercado altamente competitivo?


Siempre que se presenta una decisión de esta naturaleza en la que los gobiernos de turno deciden desconocer contratos, abrogar convenios, rescindir obligaciones contractuales me viene a la memoria algunos ejemplos de lo que nos ha sucedido históricamente.

Desde aquel famoso empréstito de la Baring Brothers que tuvimos sobre nuestra espaldas varias décadas y que debimos pagar con crecer por los altos intereses por las refinanciaciones no cumplidas en tiempo y forma.

Hasta la rescisión de los contratos petroleros que hizo el gobierno de Arturo Illia, por no estar de acuerdo con las negociaciones que había hecho el gobierno de Arturo Frondizi con capitales de empresas norteamericanas.

Al actual juicio con la Siemens por la rescisión del contrato para emitir los nuevos documentos de identidad que hiciera el gobierno de de la Rúa y que había sido contratado durante el mandato de Menem.

En todos los casos siempre el Estado Argentino debió pagar cuantiosas indemnizaciones por daño material y lucro cesante, que han abultado la deuda externa argentina, dado que muchos de esos juicios fueron solventados emitiendo bonos.

Lo cierto es que no tenemos ninguna garantía en que esta decisión no termine siendo otro presente “griego”, que terminaremos pagando todos los argentinos. Pero lo más difícil será cómo hacer rentable una empresa con semejante déficit. Que tiene de sobra mucho personal, que tiene material obsoleto, que carece de capital y que la industria del turismo internacional entrará en recesión mundial a partir del 2009.


¿Cuánto vale y cuánto nos terminará costando a los argentinos este rescate complejo y altamente complicado de Aerolíneas Argentinas?

Es muy difícil que cuando las mayores aerolíneas del mundo están cerrando sus balances en rojo y cuando el sector se está concentrando y achicando que el Estado Argentino, que tiene innumerables problemas pendientes de financiación, pueda sobrellevar esta enorme carga adicional sin un proceso de racionalización y rediseño del negocio.

Pero lo más injusto es que para no tener que elevar las tarifas que nos saquen del mercado, las terminemos subsidiando infinitamente, consolidando un esquema totalmente que no hace a la redistribución de la riqueza. Porque justamente quienes usan los aviones no son los sectores de clase baja y media baja, sino quienes tienen mayor capacidad contributiva.

Si no se revisa el cuadro tarifario, si no se adecuan los gastos a los estrictamente necesarios para la prestación de un servicio y fundamentalmente si no se consiguen nuevas inversiones para mejorar la prestación de los mismos, estoy seguro que terminaremos en manos de alguna de las tantas mafias enquistadas en el Estado Argentino.

¿Estará pensando el Gobierno Argentino, cuando logre equilibrar mínimamente el funcionamiento de la Empresa tentar a empresarios de la "burquesía nacional", para que ingresen con capitales propios productos del "blanqueo"?

Nadie hace milagros y nadie perdona los errores políticos de los gobernantes. Ni los “fondos buitres”, ni los empresarios “amigos”, ni los “Organismos Internacionales” que tengan que decidir sobre esta cuestión, tendrán compasión de nosotros, que probablemente habremos sido una vez más responsables de las torpezas de funcionarios, gremialistas, empresarios y políticos corruptos, sean estos nacionales o extranjeros.

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