Rancho de un habitante del noroeste de La Pampa en la zona de los "Bañados del rio Atuel"
Los Obispos han vuelto a llamar la atención del gobierno y la sociedad por el crecimiento de la pobreza. Esto significa que la Pastoral Social y Caritas, están constatando un incremento de la demanda de alimentos y ayudas para subsistir con respecto al año pasado.
Esta alarma se debe tener en cuenta por cuanto la Iglesia Católica tiene centros de ayuda diseminados a lo largo y ancho de todo el país y los comedores, los internados, como las asistencias no solo alimentarias sino también de vestido y aún sanitaria, merece una atención especial y prioritaria.
Las desigualdades regionales en nuestro país son amplias. Más abajo transcribimos declaraciones de una ONG que trabaja atendiento a niños pobres en las Villas. Pero también en las provincias hay desigualdades regionales que a veces no registran las estadísticas. Ni siquiera las oficiales por cuanto los centros de recolección de datos están circunsriptos por ejemplo a las ciudades mas importantes y dejan sin tomar en cuenta a los pueblos y parajes donde vive la población rural.
Además, las cifras del INDEC, que hasta hace pocos años eran uno de los estudios nacionales, que utilizabamos para cualquier analisis y diagnostico de situación, ha dejado de ser confiable a partir de la excesiva manipulación de los indicadores y del cambio de responsables que le han quitado credibilidad.
(Martes 11 de noviembre de 2008 Publicado en La Nación)
Niño pobre de una "Villa Miseria" del Gran Buenos Aires
La directora del comedor porteño Los Piletones, Margarita Barrientos, acusó ayer a la dirigencia oficialista de "vivir en una burbuja" por decir que ha bajado el número de pobres y les pidió irónicamente a los responsables del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que la acompañaran a "hacer las compras" al supermercado para constatar el aumento de los precios. Estudios independientes coinciden en señalar que, a pesar de que el Gobierno informó que el 17,8% de la población está por debajo de la línea de la pobreza, la incidencia real sería de entre el 32 y el 32,5%, es decir, 11,5 millones de personas. Se trata de la misma cantidad que en la crisis de 2001.
En declaraciones a Radio América, Barrientos señaló que en 2001 servían comida para "aproximadamente la mitad" de gente que ahora y contó que diariamente concurren al comedor del barrio de Villa Soldati 963 chicos y realizan 300 viandas. Consultada sobre los índices de inflación que elabora el Indec, sostuvo que "el aumento de los precios es impresionante" y comparó: "Hace seis meses íbamos al supermercado, comprábamos 15.000 pesos de mercadería y llenábamos tres camionetas. Hoy, apenas llenamos una camioneta, con el mismo dinero".
"Hay que decirle al Indec que me acompañe a hacer las compras. Me causa mucha bronca", enfatizó, y añadió que los políticos oficialistas "viven en una burbuja" cuando señalan que decrecieron los índices de pobreza. No obstante, Barrientos resaltó que realiza su tarea "con alegría, tratando de dar soluciones y no problemas".
Los dos mundos. El de la "Villa 31" de Capital Federal a pocas cuadras de los barrios de mayor poder adquisitivo. Hacinamiento y promiscuidad, enfermedades de la pobreza y el hambre que vuelve recurrentemente.
Según datos oficiales del primer semestre del año, el 17,8% de la población está por debajo de la línea de pobreza, cuando en enero-junio de 2007 se ubicaba en el 23,4 por ciento.
Barrientos, a quien se suele vincular con el macrismo, reconoció que la cantidad de personas que concurren al lugar "ha aumentado muchísimo en los últimos tiempos", ya que en los primeros meses del año asistían a 700 chicos. Dijo que lo que le causa "más dolor es que los hombres vengan a hacer cola para retirar la comida; antes eran ellos los que salían a buscar trabajo".
Barrientos, a quien se suele vincular con el macrismo, reconoció que la cantidad de personas que concurren al lugar "ha aumentado muchísimo en los últimos tiempos", ya que en los primeros meses del año asistían a 700 chicos. Dijo que lo que le causa "más dolor es que los hombres vengan a hacer cola para retirar la comida; antes eran ellos los que salían a buscar trabajo".
"Hace dos meses, diariamente se inscriben de tres a cuatro familias", precisó, y agregó que reciben donaciones de los gobiernos nacional y porteño, pero señaló que es complicado hacer frente a la situación porque dan desayuno, almuerzo y cena. Además, cuentan con un hogar de día para ancianos, una guardería con 130 niños de uno a cinco años y un centro de salud.
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