sábado, 22 de noviembre de 2008

PERSPECTIVAS SECTORIALES

El año 2007 había concluido con la elección de un nuevo Presidente, con una inflación más elevada que lo adecuado y con perspectivas para el 2008 relativamente buenas si se modificaban algunas cuestiones pendientes del gobierno anterior.

Lo primero que sucedió fue que la Presidente, confirmó a más del 50 % del gabinete del anterior presidente, el que ya tenía un desgaste y no hacía aconsejable darle continuidad en esa proporción por lo menos.

Es cierto que se tuvo temor de desmontar la totalidad de los cuadros de la administración, pero la continuidad fue leída negativamente, dado los escasos cambios.

Las medias reses tienen el sello que identifica la inspección fitosanitaria.



El primer error grave de la nueva administración fue el enfrentamiento por las retenciones con el Sector de Productores Agropecuarios, dado que se incrementaron las alícuotas sin hacer diferenciaciones entre tipos de productores, zonas geográficas y modalidad de producción.

Ya sabemos que la pulseada terminó negativamente para todos, dado que el Gobierno Nacional no logró incrementar los recursos de ese origen y el sector no pudo obtener un Plan de mediano y largo plazo para incrementar la producción y la productividad.

Como represalia por la derrota política y como previsión por la falta de alimentos a precios razonables en el mercado interno, el Gobierno Nacional decidió cerrar las exportaciones de aquellos productos de consumo masivo en la mesa de los argentinos. La lectura que hacen de esto los productores es que el Gobierno usa este mecanismo para mantener el poder adquisitivo de los salarios que se venían deteriorando por la inflación.

Pero encima de esta decisión política de cierre de las exportaciones, llegó una de las sequías más prolongadas de las últimas décadas en Argentina y en particular en la zona de las provincias productoras de carnes y granos. Por estos días en La Pampa con altas temperaturas, fuertes vientos y ausencia de precipitaciones, el grado de evapotranspiración es altísimo.

Sobre esto y cuando el gobierno nacional y aún los provinciales estaban diseñando la ayuda para los millares de productores que se encuentran en “Emergencia Agropecuaria”, apareció la tremenda crisis financiera global, que ya comienza a impactar en la economía real de los países. Personal despostando en la línea y clasificando los cortes

La Argentina es reconocida en el mundo por varias cosas y una de ellas es por su “bife de chorizo” y el más popular “asado”. Pero las políticas equivocadas, han llevado a que el Uruguay nos comience a copar mercados externos. Por otro lado los frigoríficos que exportan tienen abarrotadas las cámaras frías de productos congelados sin poder comercializar dado que la demanda de los tradicionales países compradores se ha retraído, producto del miedo que produce la crisis internacional.

Además las autoridades gubernamentales han puesto en marcha la exigencia que para exportar se debe comprobar que hubo ventas al mercado interno del 75 % de los productos cárnicos.
Esto ha comenzado a afectar el nivel de actividad de los frigoríficos, que ya no tienen más capacidad de almacenaje. El paso siguiente ha sido el comienzo del recorte de las horas extras del personal y la baja de empleados contratados.

En La Pampa el Frigorífico “Carnes Pampeanas” es el único habilitado para exportaciones con asignación de cuota Hilton. Un frigorífico más pequeño es el de Trenel, hay otro en La Adela, pero ninguno de estos tiene cuota Hilton. El frigorífico de Toay acaba de cambiar de dueños y recién está intentando retomar los niveles de faena. Por otro lado en General Pico existe un pequeño Frigorífico diseñado para exportaciones de carnes procesadas que esta situado dentro de la Zona Franca y que hace pocas semanas acaba de realizar recién su primer embarque.

También el efecto negativo se ha hecho sentir en toda la cadena de comercialización, llegando al primer eslabón que es el productor. Ya escasean los compradores en los remates ferias, los precios han retrocedido, ingresando la explotación en la zona de pérdidas.

La Pampa es una provincia con muy escaso desarrollo industrial. Su producción tradicional ha sido la de carnes y granos. Estos últimos años el avance de la soja al compás de los elevados precios internacionales, comenzó a arrinconar a la ganadería a la zona marginal.

Ya hace muchos lustros que la ganadería ovina prácticamente ha desaparecido, quedando pequeñas majaditas en algunos campos para consumo propio y hacerse de algunos pesos con la lana, más rápido que con los terneros.

Cortando la res en dos medias, así se vende a carnicerías.

Ahora esta ecuación de desequilibrio, con precios a la baja, costos en alza, falta de financiamiento a tasas razonables y la sequía que no amaina, debiera ser atendida por el gobierno compensando a los productores. Pero la compensación es muy magra, dado que solo consiste en no pagar impuesto inmobiliario mientras dura la emergencia y la entrega de algunos pocos fardos de pasto. Eso no alcanza, ya hay productores que por falta de pasto y alimento, están perdiendo muchas vacas por mortandad.

La perspectiva es que el año 2009, en virtud de la disminución de los vientres, a consecuencia del efecto combinado de mortandad, faena y venta (no retención), es que habrá menos terneros disponibles. Además porque normalmente en periodos de seca, la vaca no entra tan fácilmente en celo por su carencia de alimento.

Es probable que cuando el gobierno de señales de querer intentar alguna solución, el daño que se haya hecho sea demasiado y llegue tarde. ¿Será ese el precio que deberá pagar el sector por el enfrentamiento al gobierno nacional?

Tanto el gobierno nacional como el provincial están enfocados casi exclusivamente al diseño y financiamiento de un Plan de Obras Públicas, que pueda ayudar, pero estimo que esto se circunscribe a la construcción. Por otra aparte habrá que ver si la inversión estatal logra compensar la paralización de proyectos privados.

El tema es que en realidad el costo de la crisis y la falta de una buena red de contención social, no lo terminará pagando exclusivamente el productor sino todos los argentinos. Unos porque el precio de la carne no bajará y otros porque habrá menos trabajo en el sector.

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