martes, 28 de octubre de 2008

MISCELANEAS III

Intendente Torroba y "flores para las madres" con el bolsillo de todos los contribuyentes santarroseños.


Primeras semanas
El nuevo intendente municipal de la capital de La Pampa, Ingeniero Agrónomo Francisco Torroba, lleva solo unas pocas semanas a cargo de su nueva responsabilidad.
Por lo pronto ha estado reunido cuatro horas con el gobernador Jorge y hace pocos días otras tres horas con el Ministro de Economía de la provincia de La Pampa. Hasta ahora sólo ha conseguido un compromiso de un adelanto de un millón de pesos para la continuidad de la obra de Desagües Pluviales de la calle Chile que está paralizada por falta de envío de los fondos nacionales.
No ha tenido suerte con su petición de condonación de los anticipos de coparticipación que hizo. Tiene esperanzas que a partir del año que viene si se vota una nueva ley de coparticipación impositiva provincial el Municipio pueda recibir más fondos de ese origen.
Ha prometido hacer un plan de reducción de gastos con una austeridad casi “franciscana” para llegar a reducir el déficit actual de más del 30 % a un 7 o 10% para marzo del 2009.
Veremos si lo puede lograr. Por lo pronto los gastos de protocolo, agasajos y homenajes parece que siguen porque en sus salidas, sus colaboradores no lo quieren hacer aparecer como un tacaño y suelen hacer llegar presentes simpáticos a quienes visita.

Coordinador Oscar Folmer y una "gafe", por la que pidió disculpas a medias.



Infortunadas declaraciones
Hace pocos días en una rueda de prensa para promocionar el Rally Internacional que se correrá entre la Argentina y Chile en el próximo mes de enero de 2009 y que tendrá una parada de etapa en Santa Rosa La Pampa, el coordinador “metió la pata”.
Lamentablemente vaya a saber porque o como fueron realmente las expresiones, pero lo que se publicó es que Oscar Folmer, profesor y funcionario provincial, habría dicho:

De promedio, se producen tres muertos por competencia del Rally Dakar. No quiero ser morboso, pero ojala algunos de los accidentes fatales ocurran acá, en La Pampa”, dijo Oscar Folmer, en medio de la presentación de la competencia en la provincia.
Un silencio sepulcral inundó la sala. Pero Folmer, luego de unos segundos, trató de justificarse. “Claro, ojala que se produzca así se conoce más La Pampa en el mundo…”,
Ayer Folmer acaba de pedir disculpas y dijo que “lo sacaron de contexto”. Lamentablemente, sus dichos fueron nota nacional del periodismo, que casi siempre tiene por desgracia algún furcio y notas de color, generalmente las que menos nos benefician, como comunidad.

Clase en un aula de escuela secundaria tradicional de la Republica Argentina



Menos estudiantes secundarios
Hoy la prensa nacional trae la noticia de la menor cantidad de alumnos de nivel secundario en todo el país, comparado con los que asistían al nivel en 2001, año del estallido de la convertibilidad.
No son números que nos sorprenden, porque he sostenido siempre que una realidad social tan compleja no se arregla con leyes nacionales o provinciales.
El Ministro Nacional, profesor Juan C. Tedesco, un experto internacional en la materia, con un curriculum más que aceptable, vino proponiendo desde las distintas atalayas en que le toco actuar y aun desde sus libros, la búsqueda del consenso y la necesidad de arribar a acuerdos para que la educación sea una política de Estado.
Lamentablemente, más allá de las razones que haya tenido recientemente hemos conocido que no accedió a una entrevista con el ministro de la Capital en medio del conflicto docente desatado por el nivel salarial que estalló en un paro que aún está sin resolver.
Tampoco creo que para el futuro toda esperanza de recuperar la matrícula que decidió dejar las aulas pueda estar basada en estrategias débiles como “reconstruir la autoridad docente”, “promover el trabajo en equipo” y “modificar los contenidos curriculares”.
Esto es necesario, pero no suficiente. Cada decenio, cada reforma eductiva encarada, desde hace cuarenta años ha incluido siempre estos tres objetivos y sin embargo, la realidad de la escuela secundaria no solo no ha cambiado, sino que ha cambiado con peores resultados.
Creo que vamos a un nuevo fracaso, por varias cuestiones: señalo en primer lugar el error de haber sancionado una ley para las escuelas técnicas con un trayecto de seis años de duración.
En segundo lugar, estimo que es también un error declarar obligatorio el “nuevo secundario” y no hacer obligatorio la salita de 4 años del nivel inicial.
Y tercero, me parece que no arribaremos a buen puerto, porque la ley de financiamiento educativo tiene fecha de vencimiento el 2010 y el déficit de infraestructura escolar, equipamientos y capacitación es aún muy grande. La brecha entre la escuela publica y de gestión privada se ha amplificado por el deterioro de las finanzas publicas, las que están comprometidas en cuanto a educación respecta.
Con los últimos aumentos salariales que han otorgado las provincias, el gasto en Educación está destinado en algunos casos, casi exclusivamente a salarios y cargas sociales del personal en un promedio del 93 al 95 % de los recursos afectados a la finalidad. Con lo que resta, poco y nada se puede hacer en una comunidad donde el fantasma del desempleo, la pobreza y la marginalidad vuelve a aparecer con toda crudeza.

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