jueves, 23 de octubre de 2008

MISCELANEA

Efecto Tango
La economía Argentina fue impactada durante la década de la convertibilidad por varias crisis internacionales, que los periodistas fueron apodando con distintos productos según el origen de la misma.
Así a la crisis mexicana de 1995 se la bautizó con la bebida más popular de México. Menem obtuvo la reelección porque creímos que con él estábamos seguros de varios años más de estabilidad, con ese invento de 1 peso=1 dólar.
En 1997 se originó una crisis en Asia, de los que también habíamos conocido periodísticamente por su importante desarrollo logrado en la década anterior como los “Tigres Asiáticos”. Corea, Hong Kong, Tailandia, Singapur. Como el principal alimento de las clases populares es un cereal, se la denominó “Efecto Arroz”.

Aquí la convertibilidad ya estaba más débil, Cavallo había sido echado por Menem que se había reivindicado como el padre de la criatura y el ministro de economía Roque Fernández había puesto “el piloto automático”. Menem era considerado por los Organismos Internacionales de las Finanzas globalizadas como el presidente “modelo” que había hecho todos los “deberes” del “Consenso de Washington”, abriendo la economía al mercado, haciendo la reforma financiera y bancaria para dar lugar a la banca internacional en un plano de igualdad, había privatizado cuanta empresa estatal se pudo vender, dieran perdidas o ganancias.
En 1998 los rusos dejaron de pagar la deuda que se había incrementado como consecuencia de su apertura hacia el capitalismo y la desintegración de lo que antiguamente había sido la Unión de Republicas Soviéticas Socialistas.
El muro de Berlín se había caído en 1989 y las antiguas naciones sojuzgadas por la dictadura del proletariado habían reasumido su autonomía.
Entonces conocimos el “Efecto Vodka”, nombre de la popular bebida rusa a la que son tan afectos los individuos de ese origen en un país de bajas temperaturas.
En 1999 Brasil, que ya venía con problemas y que había constituido junto a Argentina, Paraguay y Uruguay en 1.988 el Mercado Común del Sur, produce una devaluación drástica de su moneda doméstica como forma de devolverle competitividad a la economía que estaba siendo contagiada por una recesión que en Argentina había comenzado a mediados de 1998. Entonces la crisis tuvo nombre de “Efecto Café”, dado que este país es uno de los principales exportadores de este producto de consumo mundial.
Ahora el gobierno Argentino en medio de problemas propios, en un contexto de profunda crisis financiera internacional y en el paradigma de la economía globalizada vigente, se le ocurre, agregar su propia cuota de incertidumbre y de desconfianza a los “Mercados”, que despavoridos no saben como hacer para atenuar el pánico de los inversores, ahorristas y capitalistas.
Entonces los periodistas bautizan “Efecto Tango” a las propias olas de confusión que la presidenta y su equipo acaban de agregar con varias medidas que arrancan con la reestatización de Aerolíneas Argentinas, y ahora con la eliminación de las Administradoras de Fondos de Jubilación y Pensión. El impacto en la Bolsa Madrileña y de las empresas españolas con negocios en la Argentina ha preocupado a las autoridades Europeas a tal punto que se adelanta una próxima reunión cara a cara de Rodríguez Zapatero con Fernández de Kirchner, para ver si pueden bajar el nivel de ansiedad.





Punta Alta
Un estudio realizado por el Conicet y varias Universidades Nacionales que se acaba de conocer ha seleccionado a la ciudad de Punta Alta como la que encabeza el ranking de Mejor Calidad de Vida.
Conocí a Punta Alta en febrero de 1965 cuando me tocó el Servicio Militar Obligatorio. Punta Alta está junto a la Base Naval de Puerto Belgrano, uno de los atracaderos de la Marina Argentina.
La mayoría de mis amigos durante esos dos años disfrutaban los fines de semana de franco en Punta Alta. Yo no, porque había alquilado en Bahía Blanca una habitación y conseguido pase libre en el micro que desde la Base “Baterías” donde prestaba servicios, junto a oficiales y suboficiales que vivían en lo que en ese momento todavía pintaba como la puerta del Sur Argentino: Bahía Blanca.
En décadas anteriores cuando La Pampa era Territorio Nacional hubo un movimiento político para fundar una Nueva Provincia, cuya capital sería Bahía Blanca y el territorio sería el desprendimiento de la cola de la Provincia de Buenos Aires al que se la agregaría todo el Territorio Nacional de la Pampa Central. Se presento un proyecto de ley en el Congreso y los grupos que se movieron hasta fundaron un diario que todavía existe y que lleva por nombre justamente “La Nueva Provincia”.



Allí en Punta Alta vive actualmente la maestra, directora jubilada de la escuela hogar de Telén Celia Porras viuda de Ludueña con su hijo, que fuera nuestro alumno en la escuela Félix Romero.
Recuerdo una vez que le solicité al suboficial Tamalet si me traía en su auto hasta la entrada de Punta Alta para tomar el Colectivo de línea hacia Bahía Blanca. Me dijo que sí así que me acomodé adelante junto a él, dado que iba solo en un auto Chevrolet antiguo color negro.
Cuando llegamos al control de la Base Puerto Belgrano la guardia de la Policía Militar nos hizo parar, me pidió a mí los documentos y presente también la autorización de salida que tenía. En esa época tenia una Tarjeta de Identificación Naval porque los documentos habían sido retenidos por las autoridades militares y los devolvían al finalizar el periodo de lo que se llamaba corrientemente de estar “bajo bandera”.
Después le pidió al Suboficial que abriera el baúl, ante lo cual este le dice al guardia, “Che, pero si paso todos los días por acá, me vas a hacer abrir el baúl”. Ante lo cual el guardia insistió. Nuevamente el suboficial intento un justificativo aludiendo al tiempo que le hacía perder. Pero el guardia se puso firme y tuvo que abrir el baúl. Allí estaban perfectamente acomodadas, un tarro de leche, carne, leña cortada para el asadito del fin de semana, junto a otros paquetes, algunos de yerba y otras menudencias.
Aprovechando la discusión entre el Suboficial y el Guardia, me fui antes que me involucrara como testigo. El suboficial estaba rojo de ira, no se si de vergüenza, porque había sido descubierto defraudando al Estado.
No voy a generalizar diciendo que todos los militares son unos chorros, pero en este caso este hombre lo era. Además en Punta Alta había un mercado negro de todo lo que les robaban a los soldados que recién llegaban. A los novatos, nos robaban siempre los borceguíes, el pilotín desmontable porque eran las prendas de más valor.
A mi me rajaron la bolsa marinera y me robaron el pilotín sin estrenar.

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