martes, 23 de septiembre de 2008

INFLACION Y POLITICA II

Historial de la Inflación en Argentina
La variación del nivel de precios de los bienes y servicios de consumo, es el indicador utilizado para medir la inflación.
Cuando ese índice se desplaza rápidamente, produce también el deterioro del poder adquisitivo de los salarios o ingresos fijos, de las clases más populares, como trabajadores, jubilados o pequeños rentistas.
Ese deterioro es producido por cuanto el valor real de la moneda se ha deteriorado merced justamente al incremento del nivel de los precios.
Esto instaura una carrera entre el nivel de los precios y el nivel de los salarios, en los que siempre sale perdiendo el salario. Es por eso que los gobiernos tienen que evitar que el nivel de la inflación se espiralice y para eso hay que desactivar las expectativas negativas. La inflación se vence con un plan, con un programa y con fuertes acciones de intervención, a los efectos de desterrar los orígenes de la misma, que pueden seer diversos.
El peronismo histórico

El año 1948 el nivel de precios al consumidor fue del 18,8 %, al año siguiente, año de elecciones de convencionales constituyentes para reformar la Constitución Nacional, que le daría la posibilidad de reelección a Juan Perón, la inflación pasó al 33,7 % por efecto de incremento del consumo de las clases populares. Al año siguiente se la consiguió meter en caja nuevamente y el índice retrocedió al 22,1 %. Pero el año 1951 el país sufrió una enorme sequía y esto hizo fracasar la cosecha de trigo y otros cereales, faltó la harina, aumentó el precio de la misma y por ende el de los fideos y del pan. Como consecuencia de ello la inflación sobrepasó el 50 %. Perón obligó a las masas populares a ajustarse el cinturón y hubo que comer pan negro amasado con centeno.
En el año 1952 hubo nuevas elecciones y Perón fue reelecto, murió Evita en Julio de ese año y el gobierno cerró el ejercicio con una inflación de sólo el 19,1 %.
El gobierno peronista del segundo mandato, logró bajar la inflación en 1954 al 16 % y el año 55 la tendencia era bajista, pero esto no sirvió para evitar el golpe de Estado que hicieron las fuerzas armadas opositoras al régimen.



El desarrollismo

Frondizi asumió a fines de 1958 y ese año el nivel de precios superó el 39 %, pero al año siguiente se disparó al 101,6 %, lo que trajo una gran preocupación por el tema a los desarrollistas, que veían complicadas las elecciones legislativas en 1960, dado que Perón ya había retirado el apoyo, con el que pudo ganar las elecciones. Rogelio Frigerio el mentor ideológico, logró bajar la inflación al 18,5 %.
Y así entre gobiernos civiles y militares transcurre la década que va de 1961 a 1970 en que la inflación oscila alrededor del 20 % con algunos años pico que sobrepasa el 30 %.
El interregno peronista

La llegada del peronismo nuevamente al poder en 1973, luego de 18 años de proscripción política hizo su debut con precios máximos y un acuerdo de precios y salarios entre los empresarios y los sindicatos, garantizado por el Estado. Esto sirvió para reducir la inflación al 43, del 64 % con el que había terminado el año 1972 conducido por el general Alejando A. Lanusse.
Pero las pujas políticas, la explosión internacional del precio del barril de petróleo, el mercado negro y la muerte de Perón a mediados de 1974, llevaron al estallido en 1975 con el conocido ajuste ortodoxo. Apareció la indexación de los créditos bancarios y rápidamente toda la economía indexó los precios. Ese año el nivel de la inflación fue del 335 % y al año siguiente sobrepasó el 347 %.
El "Proceso de Reorganización"

El 24 de marzo de 1976 los militares dieron el golpe de Estado e instauraron el “Proceso de Reorganización Nacional”, para el área económica designaron al civil Dr. Alfredo Martínez de Hoz, quien desde que asumió hasta que se fue del cargo en 1980, logró reducir la inflación al 87,6 %. Luego asumió como ministro Lorenzo Sigaut, aquel que dijo la célebre frase “el que apuesta al dólar pierde”, dado que la reforma financiera había llevado a los ahorristas a inclinarse por buscar una tabla de salvación para sus ahorros en la moneda norteamericana, en esos momentos sin la competencia del Euro que no había nacido. El marco alemán había quedado desprestigiado luego de la gran inflación de la primera guerra mundial y luego de la segunda con la partición de este gigante con media capital ocupada por las fuerzas soviéticas y la otra media con tropas de la OTAN.
Por su parte la libra esterlina inglesa había sido desplazada del comercio internacional por el dólar. El área del dólar se había difundido hasta en Europa, donde se hablaba de un mercado del eurodólar y la moneda soviética estaba restringida a los países detrás de la “cortina de hierro”. No obstante Estados Unidos mantenía con Inglaterra un nivel de relaciones políticas y comerciales, además de las históricas, que permitieron que Inglaterra fuese salvada de las garras del nazismo por los aliados.
Los árabes de la OPEP, reciclaron sus petrodólares a través del sistema financiero estadounidense y los países del tercer mundo fueron inundados de préstamos atados a tasas y plazos que luego no pudieron devolver porque lo que vendían en el mercado internacional eran materias primas sin valor agregado y compraban manufacturas industrializadas al mundo desarrollado.
Eso no fue tenido en cuenta por los militares argentinos que en 1982 invaden Las Malvinas, llevándonos a la primera guerra del siglo XX. La inflación después de perdida la guerra y de haber aumentado la deuda externa a cifras varias veces más alta de lo que había sido en la época de Isabel Perón, elevaron la inflación al 209,7 %.
El periodo radical de Alfonsín

El año siguiente en las elecciones del 30 de Octubre en las que ganó Alfonsín sobre el peronismo, la inflación cerró con la tasa más alta hasta ese momento el 433,7 efecto todo de la dictadura militar del nefasto “Proceso de Reorganización”.
Alfonsín el primer año de su mandato no acertó con el plan económico y la inflación trepó al 688 %, como el año siguiente había elecciones Legislativas, el gobierno radical cambio el ministro de economía y lanzó un plan de reducción de la inflación que incluyó el cambio de la moneda. Allí apareció el austral. Alfonsín había lanzado el proyecto de trasladar la Capital a la ciudad de Viedma (Río Negro). Ganó las elecciones y pudo disminuir la inflación al 385 %, bajándola el año siguiente al 81,9 %.
El año 1987 Alfonsín perdió las elecciones en la mayoría de las provincias. El peronismo recuperó varias que pasaron nuevamente a ser conducidas por hombres de ese origen. La puja distributiva por la coparticipación elevó la temperatura fiscal. El año 1988 los peronistas lograron sancionar una nueva ley de coparticipación mediante la cual le sacaron seis puntos a la provincia de Buenos Aires, la más grande que estaba gobernada por el radicalismo y que había recuperado Antonio Cafiero para el peronismo. La inflación ese año cerró nuevamente en alza, llegando al 387,7 %, dado que la mayor industria que funcionaba en el país se decía que era “La Casa de la Moneda” que trabajaba horas extras para producir todos los billetes necesarios.
El año 1989, sin posibilidad de reelección Alfonsín se enfrenta con el propio candidato de su partido Angeloz de la provincia de Córdoba, quien había enarbolado una política de lápiz rojo contra el déficit fiscal de la Nación. El radicalismo perdió las elecciones a manos del Justicialismo cuya formula fue Menem-Duhalde y caímos en la hiperinflación con la astronómica suba del índice de precios del 4.923,6 %. Fue la más grande de todas las hecatombes inflacionarias de la historia Argentina, que dejó consecuencias muy graves en el terreno social, económico y político.
La actualidad
El problema que tenemos ahora los argentinos, además de una tasa de inflación alta en comparación con el resto delos países emergentes e incluso que Chile y Brasil, es que el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, organismo que construye el índice de precios al consumidor con el cual se mide la tasa de inflación está altamente sospechado de manipular esos indicadores. Si no hay confianza en las cifras que oficialmente son emitidas por el organismo estatal, no sabemos realmente cual es el índice. Los expertos privados y las instituciones como las Universidades y Fundaciones o Bancos hacen sus propios cálculos que son muy diferentes de las cifras oficiales. Por otro lado el FMI que da a conocer los índices mundiales, ha aceptado seguir colocando en el Informe sobre inflación las cifras de Argentina, pero con la aclaración que los índices relevados por el sector privado no coinciden, con lo cual pone en tela de juicio el patrón de medida utilizado por los empresarios o sindicalistas para la demarcación de precios y para la renegociación salarial.

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