martes, 17 de junio de 2008

EL DIABLO METIO LA COLA



Estábamos saliendo del infierno, nos encontrábamos en el purgatorio y con buenas perspectivas de salir de allí con éxito, rumbo hacia la meta de un país con inclusión social, con bajo desempleo, con altas tasas de crecimiento, con superávit comercial y fiscal, con buen nivel de reservas y respeto a los derechos humanos, preocupación por los más pobres y priorizando lo nacional.

Casi estábamos para tocar el cielo con las manos. ¿Pero qué pasó? ¿Por qué tenemos la sensación de estar yendo nuevamente hacia el infierno del que nos habíamos alejado a partir del 2003?

Hace mucho una amiga me regaló un cuento, que decía que cierta vez el diablo organizó un gran remate de sus pertenencias que ya no usaba más, a muy buenos precios de liquidación. Así que llegó el día del remate, que había tenido una gran promoción y además que como se sabe, de por si el propio diablo tiene buen marketing, fue mucha gente.

El diablo había aprovechado todas las instalaciones que tenía y con buen criterio fue distribuyendo cada instrumento para que la gente pudiese observar y apreciar cada cosa.

Había hecho como un circuito, de modo que los interesados no sólo podían curiosear, sino también quedar maravillados y hasta absortos con algunos artefactos de los más extraños.

Uno de los potenciales clientes, muy observador el señor, comenzó a preguntarle al diablo para que servía cada una de esas herramientas y porque se le había ocurrido venderlas.

Lucifer contestó muy cortésmente que en realidad estaba llevando a cabo un cambio de herramientas con nuevas tecnologías y que como no tenía tanto lugar, había decidido desprenderse de éstas que todavía estaban en buen uso, para quien quisiera adquirirlas a bajo costo.

El interesado preguntó, ¿esta herramienta como se llama?, el diablo contestó "esta es la envidia, siempre da resultados". El señor entonces le preguntó por otra que estaba más allá y el diablo dijo "esta es la injusticia, muy antigua, pero funciona". El señor entonces reparó en una herramienta que no tenía precio ni cartel identificatorio y le preguntó al diablo a cuanto vendía esa, que estaba casi como al descuido, colocada encima de de una hermosa planta.

El demonio dijo, ¡Ah no esa no está en venta!! Pero el cliente como era muy curioso y realmente había quedado impactado por ese aparato le preguntó ¿pero porqué no la vende si también es antigua?

A lo que el diablo contestó “efectivamente, pero como siempre da resultado, es la que más satisfacciones me ha dado y me sigue prestando gran utilidad, por eso no la vendo”.

Esto lo intriga mucho más al cliente que ya no aguanta su desconocimiento y le pregunta: bueno pero aunque sea ¿dígame como se llama?, a lo que el lobisón contesta, “el desaliento”.

Félix y Marta Coluccio publicaron hace más de veinte años un libro que titularon, “Presencia del diablo en la tradición oral de Iberoamérica”, de allí tomo un fragmento de una larga lista de noventa denominaciones del nombre que asume en distintas regiones de la Argentina y también la ilustración de la tapa.

Basilisco - Coludo - Cosa mala
Demonio - Duende - El diantre
Gualicho - Lobisón - Lucifer
Mal bicho - Mandinga - Pombero
Rabudo - Víbora - Zupay

1 comentario:

  1. No puedo creer tanta belleza en la palabra, y también tanta calidad y motivación del compilador. Felicitaciones. Lo disfruto mucho, sobre todo los poemas de mujeres.

    ResponderEliminar

Related Posts with Thumbnails